Esos locos bajitos, como Serrat los define en una de sus canciones, saben muy bien como robarnos el corazón. Aunque en este caso, bien debo decir que siempre me quedará la duda, de quién lo robó a quién.
Lauri era una niña minúscula, testaruda y mal educada. Esquiva como “gato escaldado” y con cara de “enfado permanente”, parecía ignorar lo que era reír. Con la misma expresión y pose de su padre, a la vez que vestida como un “pilluelo”, asemejaba la réplica exacta de Aldo pero……en chiquitín.
Desi se quedó sumamente extrañada cuando en su primer encuentro con ella, la niña le dedicó con cara de rabia y como único saludo, la palabra “puta”. Tan solo tenía tres tiernos añitos.
Lauri era una niña minúscula, testaruda y mal educada. Esquiva como “gato escaldado” y con cara de “enfado permanente”, parecía ignorar lo que era reír. Con la misma expresión y pose de su padre, a la vez que vestida como un “pilluelo”, asemejaba la réplica exacta de Aldo pero……en chiquitín.
Desi se quedó sumamente extrañada cuando en su primer encuentro con ella, la niña le dedicó con cara de rabia y como único saludo, la palabra “puta”. Tan solo tenía tres tiernos añitos.
RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.