Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

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Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.

martes, 17 de junio de 2008

24- AL AMPARO DE LOS SABIOS CONSEJOS DE UN SABUESO.

Tras superar la perplejidad que mis palabras le ocasionaron, Julio añadió:.....- Tú no sabes que es lo que pasó entre su mujer y él. A pesar de no ser la forma más adecuada de actuar, quizás la actitud de tu pareja respondiera a una vil provocación de la suegra y de su ex, por la cual, ¡encima!, tuvo que pagar él. Te lo creas o no, no será el primer hombre que por una discusión familiar, se ve penado por alguna causa Desi. En cuanto a lo del “supuesto tráfico de drogas”, o sus posibles vinculaciones al tema que tanto se comentó en el barrio, te diré que bajo mi punto de vista, es muy improbable que Aldo participe de ello, pues de ser así y por la experiencia que yo tengo, en su casa no he visto ostentaciones ni comodidad alguna.-

Julio había sido invitado al domicilio de Aldo y conocía perfectamente las condiciones tan deplorables en las que aquella familia vivía. El comisario añadió:…..”Un traficante siempre acostumbra a hacer ostentación”. Sin embargo, la situación económica del portugués y de la madre de su hija, en apariencia, distaba mucho de ser así.
Me tranquilizó que Julio, todo un comisario de la Brigada Secreta y con su experiencia en la policía, viera en Aldo a un hombre quizás, no fácil de amoldarse al sistema, llamándolo “culo de mal asiento” pero que, en absoluto se le pudiera llegar a considerar un delincuente. Puede ser que simplemente se tratara de un hombre algo inadaptado que viviera la vida de forma "distinta" a la nuestra. ¡Y en verdad era cierto que Aldo tenía mucha fantasía! ¡Y también era cierto que los coches lo enloquecían! Y no era menos cierto que……¡Nunca llevaba un duro encima!
- Además (siguió diciendo), piensa en la acusación de Candi. ¡Jamás fue probada! No saques conclusiones erróneas, Desi. Es muy fácil difamar a una persona y creo que tú, ahora, te estás dejando influir por los comentarios maléficos de “nuestros colegas”. Quien más, quien menos, hemos tenido juicios en nuestras vidas y cuando te mezclas con “la justicia”, muy probablemente puedas salir mal parado a pesar de no haber hecho nada. La justicia es así. Sorda y ciega. Poco le importa nuestros motivos y explicaciones. Ella solo se limita a las pruebas y estas no son siempre lo claras y justas que debieran ser. Piensa que el que tú hayas tenido una vida tranquila y cómoda, no quiere decir que los demás no puedan tener problemas y cada cual, se los resuelve como mejor sabe. Aldo puede ser visceral en sus reacciones pero, no por ello tiene que ser un delincuente. ¡Yo lo veo buen chaval!.....¿A ti que te parece? -
Después de despedirme de Julio, seguí pensando en todo lo que me había rebatido y aclarado. Si un policía con su experiencia y su edad, no veía nada sospechoso en la vida de mi compañero…..¿Por qué tenía que ser yo quién mal pensara de él después de haber convivido con ese hombre tan “encantador”?......Seguramente se trataría de un “simple” problema puntual de inmadurez o depresión. Sería mejor tranquilizarme.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

NEFASTAS DEDUCCIONES. (Reflexiones)

Ni que decir tiene que cualquiera de nosotros huiríamos sin dudar de una situación como la que "nuestra Desi" expresa pero, no es menos cierto que muchos de nosotros haríamos una excepción si la persona penada, sentenciada o enjuiciada fuera nuestro padre, nuestro hijo o algún buen amigo al que conocemos bien. Eso por no hablar de nosotros mismos, en el caso de vernos "arrollados" por un error policial o judicial teniendo la conciencia bien tranquila de que no somos culpables de nada o que simplemente fue un arrebato, un accidente o cualquier cosa antes que creernos delincuentes. Uno, a sí mismo, se supone que debe conocerse bien. ¿Verdad?......Y sin embargo ya hemos visto que para la psiquiatría y la criminología, cualquiera de nosotros podemos ser delincuentes o criminales en potencia. Solo hace falta que las circunstancias o las caracteristicas genéticas, sean las adecuadas.
Ya hemos comentado anteriormente que la justicia no está exenta de errores y que los tópicos que residen en nuestra sociedad, diversa en sus moralidades y moralinas, puede dar perfecta cabida a la comprensión, perdón y encubrimiento de casi cualquier situación. Muchos tenemos o hemos tenido amigos o familiares en situaciones comprometidas o penados en la cárcel. ¿Deberían sus familias repudiarlos sin más?......
Creo que solo tenemos que estar vinculados a esa persona o ese proceso para darnos cuenta de que no es tan improbable el que podamos vernos en una historia así. Y solo hace falta vivirlo, para entender lo que sucedió después de digerir la documentación que la desagradable Maleta Negra le mostró. Aunque sí es cierto, no lo voy a negar, que por lo pronto.....las ganas de salir corriendo, fueron muy reales.
Hablar, es muy fácil.

lunes, 16 de junio de 2008

23- LA MALETA NEGRA.

Centrándome finalmente en ojear los papeles que Aldo me pidió que revisara, poco a poco me fui dando cuenta de que todos ellos hacían referencia a juicios y problemas con la ley. Extrañada, puse más atención a lo que estaba viendo y comencé a leer. Aquellos documentos hablaban de un proceso penal iniciado en Lisboa ocho años antes y por el cual condenaban a mi portugués, a tres años de cárcel por robo y allanamiento de morada.
Al ver eso me dio un vuelco el corazón. No había tenido suficiente con su confesión anterior, que por si ello hubiese sido poco, lo que me quedaba por ver……¡Era aún peor!
Volví a releer con mayor atención.
Los escritos estaban en portugués y no era fácil su interpretación. Creí haber entendido mal, cuando de pronto, repasando el texto, apareció un nombre que me era familiar. Minda. Ella también figuraba en el proceso junto a otra mujer de apellidos similares. Sin embargo……¡Eran ellas las demandantes! Entonces entendí....
Aldo había entrado a la fuerza, saltando una tapia y trepando por una pared (en lo que parecía ser el domicilio de su propia suegra) robando del interior de la casa una máquina de fotos y unos álbumes fotográficos. Por aquel incidente se había celebrado un juicio y el resultado fue, que si no quería ir a la cárcel, tenía que pagar. Junto al pliego del juzgado, se hallaban un séquito de ingresos de una entidad bancaria española a una cuenta portuguesa y a nombre de un tal Sr. Gil. No pude entender cual era el total ingresado ya que las cantidades se hallaban en escudos portugueses. (Jamás conocí a Minda en persona, aunque sí por teléfono y muy al contrario de Flor, ella nunca me molestó con intrigas, ni amenazas. Conmigo siempre se mostró educada y prudente. Ahora creo que Minda, debió ser una buena mujer, posiblemente acobardada por los actos y amenazas de su ex marido.)

Mientras mantenía aquellos documentos en mis temblorosas manos, pensé que era un tanto curioso no haber visto nunca ninguna fotografía suya, al contrario que del resto de su familia. Según la versión de Aldo, ella se había quedado con todas las fotos tras su separación. Pero allí decía claramente que él…..¡las había robado de la casa!. Entonces……¿Donde estaban esas fotos?
Rápidamente me levanté de mi asiento recordando que la partida de matrimonio que Aldo había pedido a Portugal para la posterior tramitación del divorcio, la tenía yo guardada en el cajón de mi armario. Temblorosa, incrédula y con los papeles frente a mí, no terminaba de entender lo que mis ojos estaban viendo. En dicha partida, una mujer llamada como una de las denunciantes de aquel proceso, era la que figuraba como su mujer. Tragué saliva. Entonces me di cuenta del porque del aparente temor y reticencia que la tal Minda había demostrado en las conversaciones mantenidas telefónicamente con mi compañero para el trámite de divorcio. Minda no se fiaba de él y posiblemente, le tuviese miedo. Triste y confusa, habiendo creído por fin entender, pasé página.
Tras ello, nuevamente el texto hablaba de un segundo proceso.....¡Era otro distinto!.
El segundo juicio hacía referencia, a un incidente de tráfico sucedido en una población cercana a Barcelona y al parecer, de menor importancia que el anterior. O al menos, inicialmente, eso me pareció. Pero en dicho proceso, también se le reclamaban indemnizaciones a mi querido compañero. Este aún estaba vigente y pendiente de resolución. Seguí leyendo. Pero sin darme cuenta, nuevamente volví a leer en portugués. Creí que sería el anterior pero.....¡NO! En esta ocasión, hacía mención a un problema de robo de un vehículo en el cual, le era reclamado a Aldo……¡Un BMW, por unos señores de Valladolid!....Aquel también estaba pendiente de juicio. ¡No me podía creer lo que estaba viendo con mis ojos! ¿Sería ese el proceso al que el día de la lectura de cartas, él aludió, interesándose insistentemente por el supuesto indulto o la amnistía? ¿Debía deducir que yo había estado viviendo con un delincuente? ¿Quizás un ladrón o un estafador? ¿Quién era Aldo
?
Dentro de mi confusión, seguí intentando entender a duras penas, lo que mis enturbiados ojos veían. De entre el último pliego de hojas cayeron al suelo unos documentos sueltos entre los cuales, se encontraba una denuncia. En ella se hacía mención a un problema de estafa, en la que los denunciantes eran Aldo y Flor denunciando a un concesionario de la ciudad, que supuestamente les había vendido un BMW en malas condiciones y con una matrícula distinta al anterior. Dicho concesionario se negaba a hacerse cargo de la reparación del coche. Aquel era su último BMW. El de la tapicería roja que había desaparecido, supuestamente, vendido por Flor.
Observando bien los escritos y a excepción de la última denuncia, me llamaron la atención las fechas de los mismos. Los dos de Lisboa pertenecían a un periodo de tiempo de unos ocho a diez años atrás, coincidiendo prácticamente con la fecha de defunción de su madre y la separación de Minda. Los de Barcelona y Gavá eran posteriores y no muy lejanos a las fechas en las que nos conocimos.
Intentando buscar explicaciones y excusas a lo que había visto, me pregunte si sería realmente la muerte de Emi el motivo por el cual aquel hombre se había metido en tantos problemas durante aquellos años, o quizás fuera que Aldo fuese un verdadero inadaptado social.
Pensando y pensando se me fueron abriendo nuevas dudas y otra vez recordé a Candi y a mis amigos del barrio luchando por echar al portugués de su trabajo, con la “excusa” de un robo que nunca pudo ser probado. Todos aquellos avisos que yo dejé caer en saco roto sobre, quién podía ser mi amor y los comentarios sobre su amigo gitano, al cual atribuían ser un “genio” en el tráfico de las drogas y todo aquel movimiento de coches en los cuales, según parecía, los BMW tenían un papel estelar, me desencajaron. ¿Serían casuales sus amistades en San Cosme, o a caso Aldo participaba también de los “negocios” y “trapicheos” que por esos barrios se podían encontrar?
Revisé ansiosa el resto de los papeles compuestos por nóminas diversas. Parecía que trabajar, había trabajado, aunque bien era cierto que en periodos de tiempo muy cortos, ya que sus nóminas delataban duraciones entre los quince días y los tres meses. ¡Qué desastre! (pensé yo).
Una fría sensación recorrió todo mi cuerpo. ¿Dónde me había metido? Siguiendo un primer impulso y a pesar de la hora (un poco tardía), llamé a mi buen amigo el comisario de policía Julio, el cual, también había conocido al portugués y a la supuesta madre de su hija. Mi desesperación y el grado de alteración era tal, que sin querer le asusté. El me escuchó en silencio, con la misma perplejidad que yo había experimentado minutos antes. Luego me fue tranquilizando buscando respuestas mínimamente lógicas a los temores y a las dudas. ¿Quién no las hubiese buscado después de conocerlo?......Tan tierno…Tan educado….Tan cordial…..Tan sufrido.....

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

22- REFLEXIONANDO TRAS EL SUSTO.

Con aquellos pliegos de papel frente a mí y lo que me había contado, creí darme cuenta de lo complicado que es conocer a algunas personas. Hasta aquel momento, la ciega confianza depositada en quién había considerado el posible hombre de mi vida y lo que él me había querido mostrar de si mismo, había propiciado que durante los anteriores meses viviera en una nube de agradable color rosa pero, después del mes vivido y de lo acabado de escuchar, me planteaba si, quizás yo, había crecido en un mundo irreal. Quedaba claro que hasta entonces, simplemente fui una feliz “señorita” que siempre había vivido en un maravilloso “mundo de hadas”.

....Durante unos instantes repasé mi vida y mis gratos recuerdos de infancia y adolescencia. Visualicé a mi familia y a mis amigos…..Recordé a los que ya no estaban junto a mí....Y me di cuenta de cuanta generosidad había recibido en mi vida y lo poco que hasta entonces la había valorado por creerlo normal. Entonces vi con claridad, lo mucho que vale crecer en un ambiente de sosiego, amor, sinceridad y respeto. También recordé las caras de aquellos clientes y conocidos, que habían pasado frente a mí con sus complicadas y desorganizadas vidas y con los que en su día, me solidaricé, aunque en el fondo, la necesidad de blindarme ante su sufrimiento, me hiciera huir de ellos para que sus problemas no me salpicaran. Seguramente hubiese tenido que actuar así y no de otra forma con Aldo pero, no lo hice. Preferí integrarlo en mi vida y entre los buenos deseos de quienes siempre me habían respetado al entender que, me quería de una forma “blanca” a pesar de sus problemas…..al igual que los demás.
El destino tiene bromas muy pesadas y la casualidad había querido implicarme en una historia realmente extraña, en la que yo no tenía claro ni que hacía ahí, ni como seguir. Ni tan siquiera…..¡Cómo salir de ella! Lo único que sabía en esos días era que, esa relación no se parecía en nada a lo que yo había imaginado ni a cuanto había conocido. Realmente me sentía perdida y sin saber cómo manejarla.
La gente relacionada con el mundo esotérico, hablamos habitualmente del “Karma” que arrastramos de “otras vidas”. Y en aquel momento, yo estaba convencida de que la relación que vivía, no era casual si no que con toda certeza, había llegado a mi vida para seguir completando mi aprendizaje en este mundo y por tanto, no debía huir de ello. La obligación era afrontarlo, crecer y superarlo. De lo contrario, con toda seguridad, al pasar de los años volvería a encontrarme con una situación igual o similar, aunque los personajes hubiesen cambiado. Quizás era más conveniente afrontarla y no “darle esquinazo”. Pero…..¿Cómo hacerlo?......

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

21- ABSURDAS FLAQUEZAS.

....De espaldas a la realidad, ignorante de lo que se estaba cociendo a mis espaldas.....después de haber presenciado de Flor todo lo que vi, supongo que en el fondo, no debí dudar demasiado de la versión del portugués. Pero a pesar de todo, hubiese sido mucho más prudente por mi parte haberle hecho caso en aquel instante y no dejarme convencer de lo contrario. Sin embargo, mientras él me hablaba, recuerdo que yo solo lloraba y lloraba desconsoladamente, escuchando todo lo que Aldo me contaba. Sufría por él, por la niña y hasta por la miserable Flor.
Había escuchado relatos extraños en mis clientes. ¡Cosas verdaderamente crueles que te cuenta la gente! Sabía que en ocasiones las vidas de nuestros semejantes, supera con creces la ficción más desagradable. Pero todo aquello que mis oídos habían captado y que mi mente aún no había asimilado, lo superaba todo. Y sin embargo, cada minuto que pasaba, más admiraba a Aldo por tener la entereza necesaria al sobrellevar adecuadamente su difícil situación.
Poco a poco me fui recomponiendo dándome cuenta del gran respeto que me merecía aquel hombre menudo que, asiéndome las manos con cariño, esperaba de mí mi comprensión. ¡Dios!...... Pero……¿Por qué tenía que ser siempre tan difícil para mí el amor? Si El y Flor habían decidido darse una segunda oportunidad, ¡estaban en su más absoluto derecho! ¡Aquel hombre me estaba pidiendo que entendiera que debía “volar” y ya tenía una vida suficientemente dura, como para que yo, con mi presencia accidental en ella, aún se la complicara más! No era justo negarme y no facilitarle su regreso con ella. Debía colaborar. De otra parte, yo esperaba tener una relación correcta y tranquila sin los sobresaltos que en esta, se podían augurar. Así que sin pensármelo más, le dije a mi compañero que no había ningún problema y a pesar de mi dolor, intenté disimular. Pero él, no me debió ver convencida. Repentinamente se levantó de su silla y cogiendo su maleta de documentos del armario, me dijo con convicción:
- ¡Mira!.....Supongo que ya has tenido tiempo de ver lo que hay aquí……
Yo negué con la cabeza. (Llevábamos cinco meses viviendo juntos y en ningún momento se me ocurrió, por extraño que pueda parecer, chafardear en sus papeles.) Sorprendido ante mi respuesta preguntó:…...- ¿De verdad no sabes qué es lo que hay aquí dentro?.......
Y yo, nuevamente, le dije que no.

Entonces su voz cambió de tono y como si estuviera molesto, me preguntó:....- Y si este maletín estuviera lleno de drogas....¿Qué harías ahora? ¡Lleva guardado en tu casa cinco meses! ¡Cinco meses Desi!. ¿Cómo eres tan confiada?....
Ante sus palabras y su actitud, me quedé tan asustada que no supe responder. Entonces (recordando las acusaciones de mis antiguos colegas del barrio) entendí lo ingenua que había sido y respiré tranquila cuando al abrirlo, solo vi papel. El sacó los documentos dejándolos sobre mis piernas y acto seguido, de pie y mirando su reloj dijo que debía ir a despedir a su hermano porque regresaba a Portugal.
Me dijo “Adiós” dándome un tierno beso en la frente mientras con sus manos asía mi cara pero, antes de salir por la puerta, volvió a mirarme y me pidió que revisara con calma aquellos papeles. Me aseguró que en un rato volvería para seguir con la conversación que en aquel instante dejábamos a medias pero…..Aldo se fue y a pesar de sus palabras, aquella noche, tampoco regresó a casa.


RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

PONZOÑA.

Supongo que en el fondo, nunca valoré realmente hasta que punto el veneno de Flor podría influirnos a todos, Aldo, Lauri y yo.....pero lo que sí fue cierto es que sus celos y malas ideas, deterioraron con mucha mayor rapidez lo que quizás nunca hubiese tenido que ser. Si ya se hacía complicado soportar la presencia de aquella desagradable mujer en nuestras vidas, más complicado aún era aguantar sus embestidas y los costos innecesarios que aportaban sus arrebatos, a mis bolsillos.

....Sus malos modos y sus permanentes rabietas, las pagaba con todo cuanto encontrara a su paso, incluido mi pobre R-5, en el cual se cebó todo cuanto quiso. En tan solo medio año, apareció rayado de lado a lado, en un montón de ocasiones.
Al parecer a Flor, le parecía divertido estropear la pintura del mismo con la primera llave que encontraba entre sus dedos o emprenderla a patadas contra él (a falta de tenerme a mí ante ella), supongo que por la envidia y los celos descontrolados que sentía al no disponer de uno propio. Lauri me lo había chivado. Era incapaz de conducir un coche. Su torpeza la limitaba.
……Opticas rotas, limpia parabrisas retorcidos, abolladuras……En definitiva, si mi coche ya tenía su “edad” antes de conocerla, pero se mantenía en buen estado, después de que ella entrara en mi vida, envejeció de golpe.



RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

domingo, 15 de junio de 2008

LOCURAS DE UNA SUPUESTA MADRE.

...Solo puedo decir que no se me olvidará en la vida, el día que Flor nos esperó hasta las dos o las tres de la madrugada bajo su casa, paseando como una gata acorralada…..esquina arriba, esquina abajo, mientras asía a su cría del brazo como si fuera una simple muñeca de trapo. Cuando vio aparcado mi coche, apretó a correr hacia nosotros a la vez que consciente o inconscientemente arrastraba a una niña de tan solo 3 años por el asfalto, sin atender a sus desesperados llantos y peligrosos brincos, en el vano intento de incorporarse o librarse de sus estirones. Aún no comprendo cómo su tierno bracito soportó semejantes vaivenes.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

20- DIAS GRISES.

A media tarde del Domingo, llamaron al timbre de la puerta y al contestar el interfono, reconocí su voz. Estaba tranquilo y amable y me preguntó (con su característica educación) si podía subir a hablar conmigo. Necesariamente debíamos afrontar la realidad. No se ganaba nada postergando el diálogo y la inminente despedida. Así que abrí la puerta y le dejé entrar.
Su actitud humilde y su mirada serena, había vuelto a ser la misma de siempre. Incluso, su tono de voz, volvía a ser más suave y tranquilo. Me abrazó y me acompañó hasta el sofá y acomodándome, cogió una silla y se sentó frente a mí.
Al mirarlo sentí el impulso de acariciar su cara y recordé la última imagen grabada en mi mente como si de una fotografía se tratara, tras el incidente del bofetón. Entonces rompí a llorar de vergüenza y arrepentimiento. Era la primera vez que algo así me había sucedido y me sentía fatal. Le pedí perdón y él me dijo que no me preocupara, que había sido culpa suya, porque no debió actuar así. Después de tranquilizarme me explicó, todo lo que en las últimas semanas había sucedido y que hasta ese instante, no se había atrevido a contar.
Al parecer, cuando Flor y Aldo se separaron, estaban arreglando el piso en el cual vivían. El consideró que aquella reforma (a pesar de su separación) debía terminarla antes del regreso de su hermano a España. Así que aprovechando que aún no tenía trabajo pero, que en breve firmaría un contrato con la empresa en donde trabajaba su ex cuñado y que posiblemente en los siguientes meses no podría cumplir con su promesa, le pareció justo arreglar y pintar el piso de su hija (como él decía) durante aquellas fiestas de Pascua. Aclaró que el dinero para los materiales lo puso Flor.
Siguió diciéndome que, durante esos días que estuvo arreglando el piso, su ex le había expresado el deseo de volver a estar juntos y que él estaba indeciso. Pero puntualizó que su indecisión no era por el sentimiento hacia ella, sino por lo que sentía por su hija y el miedo que tenía a abandonarla en manos de “aquella loca”. Además, al comunicarle días antes a su hermano la separación entre ambos, al parecer Joau no lo aprobó. Con lo cual se vio obligado a pasar el mayor tiempo posible con ellos y evitar así las discusiones con Flor, que sin lugar a dudas, ella hubiese provocado ante su hija, su cuñada y su hermano, para conseguir mayor presión. Era por ese motivo por lo que decidió que, mientras durara la estancia de Joau en Barcelona, debería evitar la posibilidad de que Flor manipulara y empeorara más la situación.
Aldo me explicó que su familia era muy tradicional y que a pesar de que a Flor nunca la aceptaron, como buena familia conservadora, tampoco vieron con buenos ojos eso de que él se separara y “dejara” a su niña en manos de aquella mujer. A Aldo se le permitía tener amantes, pero no abandonar el hogar conyugal…..
- Por todo ello....(decía) tienes que ver cariño que ¡no podemos seguir juntos! La “otra” me está haciendo chantaje y si no vuelvo con ella, no veré un duro del dinero de mi madre, ni tampoco a mi hija. Además me amenaza con poner al corriente de mi situación a mi padre y al resto de mis hermanos. ¿Tu como lo ves, mi vida?....¿Te das cuenta de que no nos dejan estar juntos? Mira…..no soy hombre para ti. Tú te mereces algo mejor que yo…..¡Eres demasiado buena para mí!.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

REMORDIMIENTOS DE CONSCIENCIA.

Su desagradable frase de menosprecio a mi dedicación y preocupación, en la que sin decírmelo abiertamiente, me avisó de que "sus asuntos eran suyos" y no mios, provocó en mi interior el estallido de la frustración, dando rienda suelta a mi arrogancia y a mis instintos más primarios. Ese fue el justo pago a mi sacrificio y entrega hacia él.
Mi actitud y mi gesto me pasaron una cara factura en las semanas siguientes, culpabilizándome continuamente por la falta de respeto que yo había cometido, ante la imposibilidad de comprender cual era el resorte que me había hecho saltar. Pasaron muchos días hasta que conseguí volver a mirarlo a la cara, la verguenza me consumía y sus explicaciones posteriores, alimentaron astutamente mis remordimientos de consciencia.

19- MENOSPRECIO Y PROVOCACION.

Aldo sabía que yo estaba “a la caza” de su teléfono y no se separaba de él ni para ir al baño. Yo sentía la necesidad de darle un chasco a esa mujer tan maleducada y desagradable que se complacía tan descaradamente en fomentar los problemas y el mal estar entre nosotros dos. Pero lo que mas me chocaba de la actitud de Flor era que, hasta el momento en el que Aldo no habló de “trabajo”, ella no molestó. Estaba claro que él se lo contaba todo cuando acudía de visita a su casa y aquello....¡aún me indignaba más! ¿Por qué a ella sí la hacía confidente de sus cosas y sin embargo, a mí no me estaba contando nada?
Ante su actitud y su falta de complicidad, empecé a desesperarme. Si para él nuestra relación estaba terminada......¡y tanto echaba de menos a su hija!......me parecía lógico que nos separáramos sin hacernos daño. ¿Qué necesidad había de vivir amargándonos la vida?

Sin dejar pasar más tiempo, la mañana del Sábado esperé a que saliera del lavabo y con todo mi dolor, le planteé una posible ruptura. Paulo se sentó junto a mí, me miró y asintiendo con su cabeza, respondió:....- Ya te diré algo.-

Esa misma tarde, después de comer, me sobresaltó una nueva llamada en su móvil. Intentando esconderse en algún lugar del piso para evitar que yo escuchara su conversación, habló con un tal Joau en portugués.
No hace falta conocer ese idioma para, sabiendo castellano, identificar la idea general de la conversación. Aldo se había citado en casa de Flor con él y su cuñada. Su hermano estaba en España.

Nada más colgar (ignorándome como últimamente venía haciendo) se duchó, se vistió con su mejor traje y se dirigió a la puerta para salir. Fue entonces cuando yo le pregunté que “a donde iba” y él me contestó, que “a ver a la niña y que hiciera el favor de no meterme en sus cosas”.
Su respuesta me encendió. Sabía que tenía un hermano que se llamaba Joau y que cuando este y su cuñada venían a Barcelona, se hospedaban en casa de Flor. Aquello confirmaba lo que creí haber entendido de su conversación.
También sabía que aquella misma mañana antes de llegar tarde a comer a casa, había estado con la madre de su hija y con la pequeña. Era evidente por lo tanto, que tenía planes familiares dentro de los cuales, no entraba yo.
Durante unos segundos, reflexioné y sin dejar de mirarnos fijamente a los ojos, retándonos como dos gatos a punto de saltar el uno sobre el otro, pensé que quizás, habiendo sido todo tan rápido entre nosotros, mi compañero no había tenido la oportunidad de avisar a su hermano de la ruptura con Flor, con lo cual se podía entender que quisiera estar a solas con ellos y plantear su nueva situación. Pero de pronto, la lógica me invadió y súbitamente me vi asaltada por una nueva pregunta:…..Si era así……¿Por qué seguía allí callado frente a mí, sin darme la mas mínima explicación?....
Deduje que cuando uno se calla, es porque algo otorga o nada bueno esconde. Entonces recordé cómo había transcurrido la semana, mis solitarias vacaciones y el sacrificio vivido al no poder disfrutar del descanso merecido y de la compañía de mis familiares y amigos por intentar estar a su lado y automáticamente.....mi mano cobró vida por sí misma.
Cuando quise darme cuenta, ya había estampado sobre su cara impertérrita, un soberano bofetón. Y allí, de pie frente a la puerta, estábamos el uno ante el otro sin mediar palabra.
Aldo se tocó con extrañeza su rostro y siguió mirándome sin decir nada, de pronto abrió la puerta y se marchó. Allí me quedé.....Sola en casa, con mi colega de cuatro patas.
Las lágrimas brotaban de mis ojos y no podía creer lo que había pasado. Intenté llamarlo al móvil para disculparme, sin obtener respuesta. El teléfono sonó y sonó, pero él, no contestó.
Por fin, después de casi una hora de insistir en la llamada.....en un momento de la noche……alguien descolgó y sin que nadie contestara, escuché voces de fondo. En algún sitio de la ciudad, se estaba celebrando una animada reunión familiar. Castellano, Portugués, Portugués, Castellano…Niños, mujeres, risas y.... ¡Aldo! Creí verlo todo muy claro. La decisión estaba tomada y yo debía aceptarla. Mi amor, había vuelto con Flor.
En mi interior, mientras los escuchaba y a pesar de mi rabia, les deseé suerte en su nuevo intento. Colgué. Aquella noche no regresó a casa.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.