Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

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Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.

viernes, 1 de febrero de 2008

8- PRESIÓN.

Ante mi resistencia a aceptarlo en el hogar e intentar frenar sus impulsos, en el vano intento de conocernos más a fondo antes de tomar una decisión, Aldo incrementó brutalmente su presión.

"Durante la semana siguiente, Aldo vino a visitarme (cada noche sin falta), a la salida de su trabajo.
Sobre las dos de la madrugada, llegaba a la puerta de casa y daba un discreto timbrazo, mi perro se despertaba, daba un tímido ¡guau! y yo me levantaba contenta y muerta de sueño para recibir a mi amor. Ponía música, le servía su “chupito” y sentados en la cama, apoyados uno sobre el otro, compartíamos una hora ó dos de animada conversación. Charlábamos sobre cómo había ido el día, planes de futuro, broncas con su ex, qué tal mi negocio etc. etc……Después, se despedía y se marchaba respetuosamente a su casa.
Cada mañana me llamaba para darme los “buenos días” y comprobar que no me quedara dormida. El era muy consciente de que al romperme el sueño e ir cansada, sería posible no oír el despertador cuando sonara. Parecía ciertamente muy considerado. Todo en él, era tacto y delicadeza.
Pero ahora, al analizar lo relatado, dudo de si lo hacía por estar enamorado de mí ó simplemente fue una treta para obligarme a decidir con mayor premura. A mayor cansancio, mayor prisa tendría yo por resolver la situación.
Estaba claro que mientras él siguiera fuera de casa, yo seguiría recibiendo sus visitas y rompiendo mi sueño, lo cual originaría en mí, el deseo de terminar las “noches de sueño interruptus” y ello, precipitaría su entrada en casa que, en definitiva…..era lo que él deseaba. Pero ese detalle, al igual que otros, no los vi hasta mucho tiempo después.
Mientras tanto yo, seguía feliz aunque “hecha polvo” y durante el día, comentaba con mi amiga Francis, como había transcurrido la visita de rigor de Arnaldo. Mis dudas, mis miedos.......¡En fin!. Esas cosas que la mayoría de las personas comentamos cuando nos sentimos inseguras en una situación. Entre dudas e hipótesis, transcurrían nuestras conversaciones. Pero en definitiva, fue mi cuñada Marta, la que me dio el argumento que yo necesitaba para decidirme. ¡Ya no éramos niños!......Y ambos, estábamos de vuelta......digamos que, de “unas cuantas cosas”.
A mi él me encantaba y Arnaldo necesitaba una solución rápida a su problema. ¿Qué había de malo en facilitarnos las cosas y darnos un voto de confianza?....... - A fin de cuentas, si la cosa no funciona.......¡Se deja!.....intentando no perjudicar a nadie y……¡Listos!. Para algo sois adultos.- (Añadió). - ¡No te lo pienses más Desi!. ¡Ya has sufrido mucho!. Tienes derecho a ser feliz y tener tu pareja. ¡No tienes porqué pensar que esta vez también se tiene que estropear!. ¡Sé positiva!. Esta vez saldrá bien. Ya lo verás.-
Marta tenía razón. Mi cuñada era una chica muy sensata a pesar de su juventud.
Así que durante esa semana, entre los consejos de Francis y los de Marta, empecé a ver las cosas más claras. Además.......¡El sueño me mataba! ¡No podía seguir así!.
Supongo que mi naturaleza positiva e impulsiva, me invitó a resolver con rapidez. Y ese mismo fin de semana, le di permiso a Arnaldo para que trajera sus cosas a casa. A partir de ese momento.........Dejó de ser “el Arnaldo” para pasar a ser “mi Aldo”.
(Ahora me doy cuenta de lo que vale escucharse a una misma. Siempre se dice que es muy importante la intuición, pues es, como la voz de un “Guía Protector” ó nuestro “Pepito Grillo” que nos aconseja desde el interior. ¡A mi esa voz me frenaba!. La oía pero.......No la quise escuchar. Tan solo tomé conciencia de lo que me decía, algunos años después. Pero en aquellos tiempos, la ilusión, me provocó una grave sordera.)"

"Estábamos casi en el final de mes. Aldo había traído ropa, zapatos y distintos enseres a casa. Pero lo hacía con lentitud. Muy poquito a poco. Y a mí, me extrañaba mucho su actitud.
Al preguntarle, decía que era para que, “la otra”, no se enterara de que “se estaba yendo” pues, si se percataba de lo que él estaba haciendo, no le dejaría sacar sus cosas del piso.
Habían días en los que venía con dos ó tres camisas puestas, una encima de la otra. ¡Yo no entendía nada!.
- Pero Aldo…..¿No erais vosotros los que teníais prisa en regularizar vuestra situación? (le preguntaba).- Y él me respondía que Flor era, ¡tan variable! que tan pronto decidía una cosa, como otra. Así que para evitar problemas ante su hijita, prefería hacer las cosas de esa manera, porque de otra forma……”se le podría complicar todo”.
La verdad es que durante los cuatro años de convivencia, me di cuenta de que él tenía razón. Y durante muchos meses después de su llegada, aún siguió trayendo ropa a casa que, según él dijo.......”Flor, la tenía escondida bajo la cama”.
Todo aquello me parecía muy lamentable. La vida que Aldo había tenido con aquella mujer, debía haber sido un horrible infierno. ¿Qué tipo de relación habrían mantenido ellos dos, para tener que llevar a cabo una ruptura tan extraña?.
Pero lo cierto es que, a pesar de algunas cosas “algo raras” (siempre relacionadas con Flor y su hija), entre nosotros, los días, iban transcurriendo tranquilos y felices como cualquier pareja de recién enamorados. Después de mis dos anteriores relaciones, la paz y tranquilidad que Aldo me proporcionaba con su compañía, cariño y dedicación, la agradecía cada mañana."

Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Calar".