Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

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Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.

viernes, 1 de febrero de 2008

9- SU CÓMPLICE.

Flor era una mujer de 32 años, morena y más bien gordita. Su pelo castaño y liso, cortado en media melena, siempre lo recogía en una diminuta coleta. Su complexión, al igual que la de Aldo y la mía, era más bien pequeña. De tez clara y cara redonda, habitualmente destacaba, sus pequeños labios en color rojo pasión. Con andares hombrunos y calzando viejas camperas, se vestía con tejanos gastados.
No se podía decir de ella, que fuera una mujer en exceso femenina. Más bien daba la impresión, de una chica ruda y tosca, de carácter fuerte y claras convicciones. Insistente, vasta y testaruda, chocaba totalmente con la apariencia refinada de Aldo.
Pero si algo llamó la atención en mí, de aquella mujer, fueron sus cejas. Mejor dicho…..¡La ausencia de ellas!. No estaba de moda en aquellos años, quitarse las cejas. Más bien aquella fue, una moda de los años setenta y sin embargo, ella, se paseaba por la calle con aquel look extraño y una rara expresión.
Pero con el paso del tiempo y según la fui conociendo, entendí el porqué de su extraña apariencia. Al parecer, cada vez que a Flor le daba una de sus crisis de histeria y ansiedad, se arrancaba con los dedos, los pelos de sus cejas. Y un buen día descubrí, curiosamente......que mi compañero, también sufría el mismo tic.

....Entonces me contó que una tarde (llegando de su trabajo), se encontró a la madre de su hija con un amigo de su suegro en la cama. Al parecer, la pareja atravesaba una mala racha económica y a cambio de dinero, Flor, prestó “sus favores”.
……- Desde ese momento (dijo Aldo), decidí “pasar” definitivamente de ella.-
El ya no volvió a esforzarse nunca más por crear un falso hogar. A fin de cuentas.....Todo había sido un pacto.
Después de dicho incidente, los “engaños” (por llamarlos de alguna manera) hacia su compañera, se sucedieron, uno detrás de otro. Aldo llegó a mantener relaciones con su propia sobrina Diana, la cual era la “canguro” de la niña. Y paralelamente a Flor, también mantuvo relaciones con una vecina. Cuando nos conocimos, tenía una amante que (según él contó), era la mujer de un guardia civil vecino de mi barrio.
¡Que pena de vida! (me decía a mi misma mientras lo escuchaba). Pero por desgracia, demasiado habitualmente entre parejas mal avenidas y sin amor, se dan episodios similares. Eso todos lo sabemos. Y es muy triste que, los niños y los adultos, se obliguen a vivir sin amor, ni respeto, dentro de cuatro paredes cuando, fuera de ellas y planteándose las cosas de otra manera, tienen posibilidades de ser mucho más felices.
Pero cada pareja es un mundo y yo no era quién para aconsejar, ni decidir. Todo aquello me parecía lamentable.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.