Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

Datos personales

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Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.

miércoles, 31 de diciembre de 2008

UN DESEO DE PAZ Y FELICIDAD PARA TODOS.

Quisiera hacer un alto en el camino para desearos a todos los Amigos y Amigas que me seguís silenciosa y anónimamente, lo mejor y más grande para este Nuevo Año 2009.


Que la Paz, el Amor y la Prosperidad inunde vuestras vidas.

Felices Fiestas!!!!!.........

lunes, 29 de diciembre de 2008

ALUCINACIONES.

El sol de Mayo se empezaba a notar en el ambiente y tras el reparador sueño de la noche, mis ideas estaban algo más claras, pero una desagradable sensación, similar a la de la resaca (a pesar de no haber probado ni una gota de alcohol), estaba en mi interior. La mañana me había dado la única respuesta que debía saber. A pesar de mi aturdimiento, decidí no seguir con él. Delincuente o no, su forma de vivir y de hacer las cosas, era demasiado diferente a la mía y a pesar de lo enamorada que me sentía, no quería seguir adelante con una persona tan complicada y distinta a mí. Le diría a Aldo (cuando llegara), que me reafirmaba en mi decisión y que respetaba la nueva oportunidad que habían decidido darse ellos dos (él y Flor).

RDA/2007-Las Cosas que no se deben Callar.

martes, 17 de junio de 2008

24- AL AMPARO DE LOS SABIOS CONSEJOS DE UN SABUESO.

Tras superar la perplejidad que mis palabras le ocasionaron, Julio añadió:.....- Tú no sabes que es lo que pasó entre su mujer y él. A pesar de no ser la forma más adecuada de actuar, quizás la actitud de tu pareja respondiera a una vil provocación de la suegra y de su ex, por la cual, ¡encima!, tuvo que pagar él. Te lo creas o no, no será el primer hombre que por una discusión familiar, se ve penado por alguna causa Desi. En cuanto a lo del “supuesto tráfico de drogas”, o sus posibles vinculaciones al tema que tanto se comentó en el barrio, te diré que bajo mi punto de vista, es muy improbable que Aldo participe de ello, pues de ser así y por la experiencia que yo tengo, en su casa no he visto ostentaciones ni comodidad alguna.-

Julio había sido invitado al domicilio de Aldo y conocía perfectamente las condiciones tan deplorables en las que aquella familia vivía. El comisario añadió:…..”Un traficante siempre acostumbra a hacer ostentación”. Sin embargo, la situación económica del portugués y de la madre de su hija, en apariencia, distaba mucho de ser así.
Me tranquilizó que Julio, todo un comisario de la Brigada Secreta y con su experiencia en la policía, viera en Aldo a un hombre quizás, no fácil de amoldarse al sistema, llamándolo “culo de mal asiento” pero que, en absoluto se le pudiera llegar a considerar un delincuente. Puede ser que simplemente se tratara de un hombre algo inadaptado que viviera la vida de forma "distinta" a la nuestra. ¡Y en verdad era cierto que Aldo tenía mucha fantasía! ¡Y también era cierto que los coches lo enloquecían! Y no era menos cierto que……¡Nunca llevaba un duro encima!
- Además (siguió diciendo), piensa en la acusación de Candi. ¡Jamás fue probada! No saques conclusiones erróneas, Desi. Es muy fácil difamar a una persona y creo que tú, ahora, te estás dejando influir por los comentarios maléficos de “nuestros colegas”. Quien más, quien menos, hemos tenido juicios en nuestras vidas y cuando te mezclas con “la justicia”, muy probablemente puedas salir mal parado a pesar de no haber hecho nada. La justicia es así. Sorda y ciega. Poco le importa nuestros motivos y explicaciones. Ella solo se limita a las pruebas y estas no son siempre lo claras y justas que debieran ser. Piensa que el que tú hayas tenido una vida tranquila y cómoda, no quiere decir que los demás no puedan tener problemas y cada cual, se los resuelve como mejor sabe. Aldo puede ser visceral en sus reacciones pero, no por ello tiene que ser un delincuente. ¡Yo lo veo buen chaval!.....¿A ti que te parece? -
Después de despedirme de Julio, seguí pensando en todo lo que me había rebatido y aclarado. Si un policía con su experiencia y su edad, no veía nada sospechoso en la vida de mi compañero…..¿Por qué tenía que ser yo quién mal pensara de él después de haber convivido con ese hombre tan “encantador”?......Seguramente se trataría de un “simple” problema puntual de inmadurez o depresión. Sería mejor tranquilizarme.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

NEFASTAS DEDUCCIONES. (Reflexiones)

Ni que decir tiene que cualquiera de nosotros huiríamos sin dudar de una situación como la que "nuestra Desi" expresa pero, no es menos cierto que muchos de nosotros haríamos una excepción si la persona penada, sentenciada o enjuiciada fuera nuestro padre, nuestro hijo o algún buen amigo al que conocemos bien. Eso por no hablar de nosotros mismos, en el caso de vernos "arrollados" por un error policial o judicial teniendo la conciencia bien tranquila de que no somos culpables de nada o que simplemente fue un arrebato, un accidente o cualquier cosa antes que creernos delincuentes. Uno, a sí mismo, se supone que debe conocerse bien. ¿Verdad?......Y sin embargo ya hemos visto que para la psiquiatría y la criminología, cualquiera de nosotros podemos ser delincuentes o criminales en potencia. Solo hace falta que las circunstancias o las caracteristicas genéticas, sean las adecuadas.
Ya hemos comentado anteriormente que la justicia no está exenta de errores y que los tópicos que residen en nuestra sociedad, diversa en sus moralidades y moralinas, puede dar perfecta cabida a la comprensión, perdón y encubrimiento de casi cualquier situación. Muchos tenemos o hemos tenido amigos o familiares en situaciones comprometidas o penados en la cárcel. ¿Deberían sus familias repudiarlos sin más?......
Creo que solo tenemos que estar vinculados a esa persona o ese proceso para darnos cuenta de que no es tan improbable el que podamos vernos en una historia así. Y solo hace falta vivirlo, para entender lo que sucedió después de digerir la documentación que la desagradable Maleta Negra le mostró. Aunque sí es cierto, no lo voy a negar, que por lo pronto.....las ganas de salir corriendo, fueron muy reales.
Hablar, es muy fácil.

lunes, 16 de junio de 2008

23- LA MALETA NEGRA.

Centrándome finalmente en ojear los papeles que Aldo me pidió que revisara, poco a poco me fui dando cuenta de que todos ellos hacían referencia a juicios y problemas con la ley. Extrañada, puse más atención a lo que estaba viendo y comencé a leer. Aquellos documentos hablaban de un proceso penal iniciado en Lisboa ocho años antes y por el cual condenaban a mi portugués, a tres años de cárcel por robo y allanamiento de morada.
Al ver eso me dio un vuelco el corazón. No había tenido suficiente con su confesión anterior, que por si ello hubiese sido poco, lo que me quedaba por ver……¡Era aún peor!
Volví a releer con mayor atención.
Los escritos estaban en portugués y no era fácil su interpretación. Creí haber entendido mal, cuando de pronto, repasando el texto, apareció un nombre que me era familiar. Minda. Ella también figuraba en el proceso junto a otra mujer de apellidos similares. Sin embargo……¡Eran ellas las demandantes! Entonces entendí....
Aldo había entrado a la fuerza, saltando una tapia y trepando por una pared (en lo que parecía ser el domicilio de su propia suegra) robando del interior de la casa una máquina de fotos y unos álbumes fotográficos. Por aquel incidente se había celebrado un juicio y el resultado fue, que si no quería ir a la cárcel, tenía que pagar. Junto al pliego del juzgado, se hallaban un séquito de ingresos de una entidad bancaria española a una cuenta portuguesa y a nombre de un tal Sr. Gil. No pude entender cual era el total ingresado ya que las cantidades se hallaban en escudos portugueses. (Jamás conocí a Minda en persona, aunque sí por teléfono y muy al contrario de Flor, ella nunca me molestó con intrigas, ni amenazas. Conmigo siempre se mostró educada y prudente. Ahora creo que Minda, debió ser una buena mujer, posiblemente acobardada por los actos y amenazas de su ex marido.)

Mientras mantenía aquellos documentos en mis temblorosas manos, pensé que era un tanto curioso no haber visto nunca ninguna fotografía suya, al contrario que del resto de su familia. Según la versión de Aldo, ella se había quedado con todas las fotos tras su separación. Pero allí decía claramente que él…..¡las había robado de la casa!. Entonces……¿Donde estaban esas fotos?
Rápidamente me levanté de mi asiento recordando que la partida de matrimonio que Aldo había pedido a Portugal para la posterior tramitación del divorcio, la tenía yo guardada en el cajón de mi armario. Temblorosa, incrédula y con los papeles frente a mí, no terminaba de entender lo que mis ojos estaban viendo. En dicha partida, una mujer llamada como una de las denunciantes de aquel proceso, era la que figuraba como su mujer. Tragué saliva. Entonces me di cuenta del porque del aparente temor y reticencia que la tal Minda había demostrado en las conversaciones mantenidas telefónicamente con mi compañero para el trámite de divorcio. Minda no se fiaba de él y posiblemente, le tuviese miedo. Triste y confusa, habiendo creído por fin entender, pasé página.
Tras ello, nuevamente el texto hablaba de un segundo proceso.....¡Era otro distinto!.
El segundo juicio hacía referencia, a un incidente de tráfico sucedido en una población cercana a Barcelona y al parecer, de menor importancia que el anterior. O al menos, inicialmente, eso me pareció. Pero en dicho proceso, también se le reclamaban indemnizaciones a mi querido compañero. Este aún estaba vigente y pendiente de resolución. Seguí leyendo. Pero sin darme cuenta, nuevamente volví a leer en portugués. Creí que sería el anterior pero.....¡NO! En esta ocasión, hacía mención a un problema de robo de un vehículo en el cual, le era reclamado a Aldo……¡Un BMW, por unos señores de Valladolid!....Aquel también estaba pendiente de juicio. ¡No me podía creer lo que estaba viendo con mis ojos! ¿Sería ese el proceso al que el día de la lectura de cartas, él aludió, interesándose insistentemente por el supuesto indulto o la amnistía? ¿Debía deducir que yo había estado viviendo con un delincuente? ¿Quizás un ladrón o un estafador? ¿Quién era Aldo
?
Dentro de mi confusión, seguí intentando entender a duras penas, lo que mis enturbiados ojos veían. De entre el último pliego de hojas cayeron al suelo unos documentos sueltos entre los cuales, se encontraba una denuncia. En ella se hacía mención a un problema de estafa, en la que los denunciantes eran Aldo y Flor denunciando a un concesionario de la ciudad, que supuestamente les había vendido un BMW en malas condiciones y con una matrícula distinta al anterior. Dicho concesionario se negaba a hacerse cargo de la reparación del coche. Aquel era su último BMW. El de la tapicería roja que había desaparecido, supuestamente, vendido por Flor.
Observando bien los escritos y a excepción de la última denuncia, me llamaron la atención las fechas de los mismos. Los dos de Lisboa pertenecían a un periodo de tiempo de unos ocho a diez años atrás, coincidiendo prácticamente con la fecha de defunción de su madre y la separación de Minda. Los de Barcelona y Gavá eran posteriores y no muy lejanos a las fechas en las que nos conocimos.
Intentando buscar explicaciones y excusas a lo que había visto, me pregunte si sería realmente la muerte de Emi el motivo por el cual aquel hombre se había metido en tantos problemas durante aquellos años, o quizás fuera que Aldo fuese un verdadero inadaptado social.
Pensando y pensando se me fueron abriendo nuevas dudas y otra vez recordé a Candi y a mis amigos del barrio luchando por echar al portugués de su trabajo, con la “excusa” de un robo que nunca pudo ser probado. Todos aquellos avisos que yo dejé caer en saco roto sobre, quién podía ser mi amor y los comentarios sobre su amigo gitano, al cual atribuían ser un “genio” en el tráfico de las drogas y todo aquel movimiento de coches en los cuales, según parecía, los BMW tenían un papel estelar, me desencajaron. ¿Serían casuales sus amistades en San Cosme, o a caso Aldo participaba también de los “negocios” y “trapicheos” que por esos barrios se podían encontrar?
Revisé ansiosa el resto de los papeles compuestos por nóminas diversas. Parecía que trabajar, había trabajado, aunque bien era cierto que en periodos de tiempo muy cortos, ya que sus nóminas delataban duraciones entre los quince días y los tres meses. ¡Qué desastre! (pensé yo).
Una fría sensación recorrió todo mi cuerpo. ¿Dónde me había metido? Siguiendo un primer impulso y a pesar de la hora (un poco tardía), llamé a mi buen amigo el comisario de policía Julio, el cual, también había conocido al portugués y a la supuesta madre de su hija. Mi desesperación y el grado de alteración era tal, que sin querer le asusté. El me escuchó en silencio, con la misma perplejidad que yo había experimentado minutos antes. Luego me fue tranquilizando buscando respuestas mínimamente lógicas a los temores y a las dudas. ¿Quién no las hubiese buscado después de conocerlo?......Tan tierno…Tan educado….Tan cordial…..Tan sufrido.....

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

22- REFLEXIONANDO TRAS EL SUSTO.

Con aquellos pliegos de papel frente a mí y lo que me había contado, creí darme cuenta de lo complicado que es conocer a algunas personas. Hasta aquel momento, la ciega confianza depositada en quién había considerado el posible hombre de mi vida y lo que él me había querido mostrar de si mismo, había propiciado que durante los anteriores meses viviera en una nube de agradable color rosa pero, después del mes vivido y de lo acabado de escuchar, me planteaba si, quizás yo, había crecido en un mundo irreal. Quedaba claro que hasta entonces, simplemente fui una feliz “señorita” que siempre había vivido en un maravilloso “mundo de hadas”.

....Durante unos instantes repasé mi vida y mis gratos recuerdos de infancia y adolescencia. Visualicé a mi familia y a mis amigos…..Recordé a los que ya no estaban junto a mí....Y me di cuenta de cuanta generosidad había recibido en mi vida y lo poco que hasta entonces la había valorado por creerlo normal. Entonces vi con claridad, lo mucho que vale crecer en un ambiente de sosiego, amor, sinceridad y respeto. También recordé las caras de aquellos clientes y conocidos, que habían pasado frente a mí con sus complicadas y desorganizadas vidas y con los que en su día, me solidaricé, aunque en el fondo, la necesidad de blindarme ante su sufrimiento, me hiciera huir de ellos para que sus problemas no me salpicaran. Seguramente hubiese tenido que actuar así y no de otra forma con Aldo pero, no lo hice. Preferí integrarlo en mi vida y entre los buenos deseos de quienes siempre me habían respetado al entender que, me quería de una forma “blanca” a pesar de sus problemas…..al igual que los demás.
El destino tiene bromas muy pesadas y la casualidad había querido implicarme en una historia realmente extraña, en la que yo no tenía claro ni que hacía ahí, ni como seguir. Ni tan siquiera…..¡Cómo salir de ella! Lo único que sabía en esos días era que, esa relación no se parecía en nada a lo que yo había imaginado ni a cuanto había conocido. Realmente me sentía perdida y sin saber cómo manejarla.
La gente relacionada con el mundo esotérico, hablamos habitualmente del “Karma” que arrastramos de “otras vidas”. Y en aquel momento, yo estaba convencida de que la relación que vivía, no era casual si no que con toda certeza, había llegado a mi vida para seguir completando mi aprendizaje en este mundo y por tanto, no debía huir de ello. La obligación era afrontarlo, crecer y superarlo. De lo contrario, con toda seguridad, al pasar de los años volvería a encontrarme con una situación igual o similar, aunque los personajes hubiesen cambiado. Quizás era más conveniente afrontarla y no “darle esquinazo”. Pero…..¿Cómo hacerlo?......

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

21- ABSURDAS FLAQUEZAS.

....De espaldas a la realidad, ignorante de lo que se estaba cociendo a mis espaldas.....después de haber presenciado de Flor todo lo que vi, supongo que en el fondo, no debí dudar demasiado de la versión del portugués. Pero a pesar de todo, hubiese sido mucho más prudente por mi parte haberle hecho caso en aquel instante y no dejarme convencer de lo contrario. Sin embargo, mientras él me hablaba, recuerdo que yo solo lloraba y lloraba desconsoladamente, escuchando todo lo que Aldo me contaba. Sufría por él, por la niña y hasta por la miserable Flor.
Había escuchado relatos extraños en mis clientes. ¡Cosas verdaderamente crueles que te cuenta la gente! Sabía que en ocasiones las vidas de nuestros semejantes, supera con creces la ficción más desagradable. Pero todo aquello que mis oídos habían captado y que mi mente aún no había asimilado, lo superaba todo. Y sin embargo, cada minuto que pasaba, más admiraba a Aldo por tener la entereza necesaria al sobrellevar adecuadamente su difícil situación.
Poco a poco me fui recomponiendo dándome cuenta del gran respeto que me merecía aquel hombre menudo que, asiéndome las manos con cariño, esperaba de mí mi comprensión. ¡Dios!...... Pero……¿Por qué tenía que ser siempre tan difícil para mí el amor? Si El y Flor habían decidido darse una segunda oportunidad, ¡estaban en su más absoluto derecho! ¡Aquel hombre me estaba pidiendo que entendiera que debía “volar” y ya tenía una vida suficientemente dura, como para que yo, con mi presencia accidental en ella, aún se la complicara más! No era justo negarme y no facilitarle su regreso con ella. Debía colaborar. De otra parte, yo esperaba tener una relación correcta y tranquila sin los sobresaltos que en esta, se podían augurar. Así que sin pensármelo más, le dije a mi compañero que no había ningún problema y a pesar de mi dolor, intenté disimular. Pero él, no me debió ver convencida. Repentinamente se levantó de su silla y cogiendo su maleta de documentos del armario, me dijo con convicción:
- ¡Mira!.....Supongo que ya has tenido tiempo de ver lo que hay aquí……
Yo negué con la cabeza. (Llevábamos cinco meses viviendo juntos y en ningún momento se me ocurrió, por extraño que pueda parecer, chafardear en sus papeles.) Sorprendido ante mi respuesta preguntó:…...- ¿De verdad no sabes qué es lo que hay aquí dentro?.......
Y yo, nuevamente, le dije que no.

Entonces su voz cambió de tono y como si estuviera molesto, me preguntó:....- Y si este maletín estuviera lleno de drogas....¿Qué harías ahora? ¡Lleva guardado en tu casa cinco meses! ¡Cinco meses Desi!. ¿Cómo eres tan confiada?....
Ante sus palabras y su actitud, me quedé tan asustada que no supe responder. Entonces (recordando las acusaciones de mis antiguos colegas del barrio) entendí lo ingenua que había sido y respiré tranquila cuando al abrirlo, solo vi papel. El sacó los documentos dejándolos sobre mis piernas y acto seguido, de pie y mirando su reloj dijo que debía ir a despedir a su hermano porque regresaba a Portugal.
Me dijo “Adiós” dándome un tierno beso en la frente mientras con sus manos asía mi cara pero, antes de salir por la puerta, volvió a mirarme y me pidió que revisara con calma aquellos papeles. Me aseguró que en un rato volvería para seguir con la conversación que en aquel instante dejábamos a medias pero…..Aldo se fue y a pesar de sus palabras, aquella noche, tampoco regresó a casa.


RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

PONZOÑA.

Supongo que en el fondo, nunca valoré realmente hasta que punto el veneno de Flor podría influirnos a todos, Aldo, Lauri y yo.....pero lo que sí fue cierto es que sus celos y malas ideas, deterioraron con mucha mayor rapidez lo que quizás nunca hubiese tenido que ser. Si ya se hacía complicado soportar la presencia de aquella desagradable mujer en nuestras vidas, más complicado aún era aguantar sus embestidas y los costos innecesarios que aportaban sus arrebatos, a mis bolsillos.

....Sus malos modos y sus permanentes rabietas, las pagaba con todo cuanto encontrara a su paso, incluido mi pobre R-5, en el cual se cebó todo cuanto quiso. En tan solo medio año, apareció rayado de lado a lado, en un montón de ocasiones.
Al parecer a Flor, le parecía divertido estropear la pintura del mismo con la primera llave que encontraba entre sus dedos o emprenderla a patadas contra él (a falta de tenerme a mí ante ella), supongo que por la envidia y los celos descontrolados que sentía al no disponer de uno propio. Lauri me lo había chivado. Era incapaz de conducir un coche. Su torpeza la limitaba.
……Opticas rotas, limpia parabrisas retorcidos, abolladuras……En definitiva, si mi coche ya tenía su “edad” antes de conocerla, pero se mantenía en buen estado, después de que ella entrara en mi vida, envejeció de golpe.



RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

domingo, 15 de junio de 2008

LOCURAS DE UNA SUPUESTA MADRE.

...Solo puedo decir que no se me olvidará en la vida, el día que Flor nos esperó hasta las dos o las tres de la madrugada bajo su casa, paseando como una gata acorralada…..esquina arriba, esquina abajo, mientras asía a su cría del brazo como si fuera una simple muñeca de trapo. Cuando vio aparcado mi coche, apretó a correr hacia nosotros a la vez que consciente o inconscientemente arrastraba a una niña de tan solo 3 años por el asfalto, sin atender a sus desesperados llantos y peligrosos brincos, en el vano intento de incorporarse o librarse de sus estirones. Aún no comprendo cómo su tierno bracito soportó semejantes vaivenes.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

20- DIAS GRISES.

A media tarde del Domingo, llamaron al timbre de la puerta y al contestar el interfono, reconocí su voz. Estaba tranquilo y amable y me preguntó (con su característica educación) si podía subir a hablar conmigo. Necesariamente debíamos afrontar la realidad. No se ganaba nada postergando el diálogo y la inminente despedida. Así que abrí la puerta y le dejé entrar.
Su actitud humilde y su mirada serena, había vuelto a ser la misma de siempre. Incluso, su tono de voz, volvía a ser más suave y tranquilo. Me abrazó y me acompañó hasta el sofá y acomodándome, cogió una silla y se sentó frente a mí.
Al mirarlo sentí el impulso de acariciar su cara y recordé la última imagen grabada en mi mente como si de una fotografía se tratara, tras el incidente del bofetón. Entonces rompí a llorar de vergüenza y arrepentimiento. Era la primera vez que algo así me había sucedido y me sentía fatal. Le pedí perdón y él me dijo que no me preocupara, que había sido culpa suya, porque no debió actuar así. Después de tranquilizarme me explicó, todo lo que en las últimas semanas había sucedido y que hasta ese instante, no se había atrevido a contar.
Al parecer, cuando Flor y Aldo se separaron, estaban arreglando el piso en el cual vivían. El consideró que aquella reforma (a pesar de su separación) debía terminarla antes del regreso de su hermano a España. Así que aprovechando que aún no tenía trabajo pero, que en breve firmaría un contrato con la empresa en donde trabajaba su ex cuñado y que posiblemente en los siguientes meses no podría cumplir con su promesa, le pareció justo arreglar y pintar el piso de su hija (como él decía) durante aquellas fiestas de Pascua. Aclaró que el dinero para los materiales lo puso Flor.
Siguió diciéndome que, durante esos días que estuvo arreglando el piso, su ex le había expresado el deseo de volver a estar juntos y que él estaba indeciso. Pero puntualizó que su indecisión no era por el sentimiento hacia ella, sino por lo que sentía por su hija y el miedo que tenía a abandonarla en manos de “aquella loca”. Además, al comunicarle días antes a su hermano la separación entre ambos, al parecer Joau no lo aprobó. Con lo cual se vio obligado a pasar el mayor tiempo posible con ellos y evitar así las discusiones con Flor, que sin lugar a dudas, ella hubiese provocado ante su hija, su cuñada y su hermano, para conseguir mayor presión. Era por ese motivo por lo que decidió que, mientras durara la estancia de Joau en Barcelona, debería evitar la posibilidad de que Flor manipulara y empeorara más la situación.
Aldo me explicó que su familia era muy tradicional y que a pesar de que a Flor nunca la aceptaron, como buena familia conservadora, tampoco vieron con buenos ojos eso de que él se separara y “dejara” a su niña en manos de aquella mujer. A Aldo se le permitía tener amantes, pero no abandonar el hogar conyugal…..
- Por todo ello....(decía) tienes que ver cariño que ¡no podemos seguir juntos! La “otra” me está haciendo chantaje y si no vuelvo con ella, no veré un duro del dinero de mi madre, ni tampoco a mi hija. Además me amenaza con poner al corriente de mi situación a mi padre y al resto de mis hermanos. ¿Tu como lo ves, mi vida?....¿Te das cuenta de que no nos dejan estar juntos? Mira…..no soy hombre para ti. Tú te mereces algo mejor que yo…..¡Eres demasiado buena para mí!.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

REMORDIMIENTOS DE CONSCIENCIA.

Su desagradable frase de menosprecio a mi dedicación y preocupación, en la que sin decírmelo abiertamiente, me avisó de que "sus asuntos eran suyos" y no mios, provocó en mi interior el estallido de la frustración, dando rienda suelta a mi arrogancia y a mis instintos más primarios. Ese fue el justo pago a mi sacrificio y entrega hacia él.
Mi actitud y mi gesto me pasaron una cara factura en las semanas siguientes, culpabilizándome continuamente por la falta de respeto que yo había cometido, ante la imposibilidad de comprender cual era el resorte que me había hecho saltar. Pasaron muchos días hasta que conseguí volver a mirarlo a la cara, la verguenza me consumía y sus explicaciones posteriores, alimentaron astutamente mis remordimientos de consciencia.

19- MENOSPRECIO Y PROVOCACION.

Aldo sabía que yo estaba “a la caza” de su teléfono y no se separaba de él ni para ir al baño. Yo sentía la necesidad de darle un chasco a esa mujer tan maleducada y desagradable que se complacía tan descaradamente en fomentar los problemas y el mal estar entre nosotros dos. Pero lo que mas me chocaba de la actitud de Flor era que, hasta el momento en el que Aldo no habló de “trabajo”, ella no molestó. Estaba claro que él se lo contaba todo cuando acudía de visita a su casa y aquello....¡aún me indignaba más! ¿Por qué a ella sí la hacía confidente de sus cosas y sin embargo, a mí no me estaba contando nada?
Ante su actitud y su falta de complicidad, empecé a desesperarme. Si para él nuestra relación estaba terminada......¡y tanto echaba de menos a su hija!......me parecía lógico que nos separáramos sin hacernos daño. ¿Qué necesidad había de vivir amargándonos la vida?

Sin dejar pasar más tiempo, la mañana del Sábado esperé a que saliera del lavabo y con todo mi dolor, le planteé una posible ruptura. Paulo se sentó junto a mí, me miró y asintiendo con su cabeza, respondió:....- Ya te diré algo.-

Esa misma tarde, después de comer, me sobresaltó una nueva llamada en su móvil. Intentando esconderse en algún lugar del piso para evitar que yo escuchara su conversación, habló con un tal Joau en portugués.
No hace falta conocer ese idioma para, sabiendo castellano, identificar la idea general de la conversación. Aldo se había citado en casa de Flor con él y su cuñada. Su hermano estaba en España.

Nada más colgar (ignorándome como últimamente venía haciendo) se duchó, se vistió con su mejor traje y se dirigió a la puerta para salir. Fue entonces cuando yo le pregunté que “a donde iba” y él me contestó, que “a ver a la niña y que hiciera el favor de no meterme en sus cosas”.
Su respuesta me encendió. Sabía que tenía un hermano que se llamaba Joau y que cuando este y su cuñada venían a Barcelona, se hospedaban en casa de Flor. Aquello confirmaba lo que creí haber entendido de su conversación.
También sabía que aquella misma mañana antes de llegar tarde a comer a casa, había estado con la madre de su hija y con la pequeña. Era evidente por lo tanto, que tenía planes familiares dentro de los cuales, no entraba yo.
Durante unos segundos, reflexioné y sin dejar de mirarnos fijamente a los ojos, retándonos como dos gatos a punto de saltar el uno sobre el otro, pensé que quizás, habiendo sido todo tan rápido entre nosotros, mi compañero no había tenido la oportunidad de avisar a su hermano de la ruptura con Flor, con lo cual se podía entender que quisiera estar a solas con ellos y plantear su nueva situación. Pero de pronto, la lógica me invadió y súbitamente me vi asaltada por una nueva pregunta:…..Si era así……¿Por qué seguía allí callado frente a mí, sin darme la mas mínima explicación?....
Deduje que cuando uno se calla, es porque algo otorga o nada bueno esconde. Entonces recordé cómo había transcurrido la semana, mis solitarias vacaciones y el sacrificio vivido al no poder disfrutar del descanso merecido y de la compañía de mis familiares y amigos por intentar estar a su lado y automáticamente.....mi mano cobró vida por sí misma.
Cuando quise darme cuenta, ya había estampado sobre su cara impertérrita, un soberano bofetón. Y allí, de pie frente a la puerta, estábamos el uno ante el otro sin mediar palabra.
Aldo se tocó con extrañeza su rostro y siguió mirándome sin decir nada, de pronto abrió la puerta y se marchó. Allí me quedé.....Sola en casa, con mi colega de cuatro patas.
Las lágrimas brotaban de mis ojos y no podía creer lo que había pasado. Intenté llamarlo al móvil para disculparme, sin obtener respuesta. El teléfono sonó y sonó, pero él, no contestó.
Por fin, después de casi una hora de insistir en la llamada.....en un momento de la noche……alguien descolgó y sin que nadie contestara, escuché voces de fondo. En algún sitio de la ciudad, se estaba celebrando una animada reunión familiar. Castellano, Portugués, Portugués, Castellano…Niños, mujeres, risas y.... ¡Aldo! Creí verlo todo muy claro. La decisión estaba tomada y yo debía aceptarla. Mi amor, había vuelto con Flor.
En mi interior, mientras los escuchaba y a pesar de mi rabia, les deseé suerte en su nuevo intento. Colgué. Aquella noche no regresó a casa.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

jueves, 14 de febrero de 2008

18- UNA EXTRAÑA ACTITUD.

Aquella noche, al regresar a casa de la cena familiar, no “abrí la boca” en todo el trayecto. Esperé paciente a que Aldo me diera alguna explicación, pero el siguió callado, con su mirada agachada sin decir ni “mú”. Después de aparcar el coche, subió al piso, se desnudó y se metió rápidamente en la cama, dándome la espalda bruscamente.
Su actitud inusual, me desconcertó totalmente. Deduje que habiéndose sentido “pillado” en su mentira y habiéndose “pasado de listo” conmigo, sabía que yo le pediría cuentas. Y eso, era obvio que, por el momento y por el motivo que fuera, no estaba dispuesto a hacerlo. Creí que preferiría consultar con su almohada, para encontrar una convincente respuesta que darme. Así que esperé.
Pero a la mañana siguiente, salió mas pronto que de costumbre de casa, dándome la excusa de que, “tenía que llevar a la niña al colegio porque la madre estaba enferma y no podía llevarla ella”.
Aldo no llamó en todo el día por teléfono. Si yo marcaba su número de móvil, estaba apagado ó fuera de cobertura.
Extrañada y sorprendida, tuve la sensación de que “ese”, no era mi Aldo. ¡Esas actitudes no eran propias de él!. Hasta la fecha, nunca se había comportado así conmigo y siempre estuvo dedicado a mí....Si tenía cosas que hacer que le impidieran acompañarme, continuamente llamaba por teléfono para darme razón o saber de mí. (Mi compañero era adicto a los móviles y sus facturas telefónicas, ¡eran de susto!. Y al igual que ya sucedía con la madre de su hija, conmigo, era como si no supiera estar ni cinco minutos sin el permanente contacto.) Entonces……¿Por qué no me llamó en todo el día?
Hasta ese momento, mi pareja había sido siempre un buen y cordial comunicador. ¿Qué era lo que le estaba pasando?. ¿Le habría sucedido algo que no veía oportuno contar?. ¿Cual era su problema?

Recuerdo que aquella jornada, la viví con especial preocupación por no saber nada de él en todo el día. El único consuelo que hallé para tranquilizarme fue, pensar que pudiera estar enfadado con su propia metedura de pata. Quizás esperase que a mi se me pasara el enfado, “forzando la máquina” con su silencio. Pero lo cierto era que desde hacía unas semanas y ya antes de la Semana Santa, Aldo no estaba "normal". Y si habitualmente se le podía calificar como un conductor brusco y temerario, todavía con más motivo en situaciones de especial nerviosismo ó cuando no se sentía “centrado”, tal y como yo tenía la sensación de que estaba siendo el caso.
En el poco tiempo que le conocía, ya había sufrido tres accidentes, uno de los cuales (con el Peugeot), fue bastante grave. Y los peores incidentes al volante que llegó a tener a lo largo de su vida, siempre fueron coincidentes con sus crisis personales. (Como por ejemplo sucedió al fallecer Emi -su madre-, que a la vez coincidió con su segunda separación de Minda y aquel incidente con el BMW.)
¡Pues tal y como yo lo veía en aquellos días, me temía lo peor! Además sabía, que si sucediera algo, por desgracia, yo sería la última en enterarme.
Aldo todavía seguía empadronado en su antiguo domicilio y Flor (por lo que él me contaba) no sentía hacia mi persona, el mas mínimo aprecio. Ella estaba deseosa de recuperar al portugués y figurar a toda costa como su pareja. Por ese motivo y en el caso de suceder alguna cosa, deducía que ella, no me avisaría. Y ese pensamiento……¡Aún me angustiaba más!.

Era tarde y mientras daba forma a mis pensamientos, me quedé medio traspuesta sentada frente al televisor. Creí no haber pasado mucho tiempo entre sueños, cuando de pronto, el sonido de las llaves en la escalera, me despertó.
Incorporándome medio dormida, esperé a verlo entrar para saber si estaba bien. Al mirar el reloj, me dí cuenta de que habían pasado las dos de la madrugada. Aldo……¡Jamás había llegado tan tarde a casa sin tener trabajo y menos aún, sin avisar de su tardanza!. Pero lo peor de todo fue, que siguió con la misma actitud fría y distante del día anterior. Al entrar, me miró con recelo y sin mediar palabra, se quitó la ropa y se puso a dormir.
Nuevamente sorprendida por su actitud, le pregunté preocupada:....- ¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo?.-
La verdad es que en apariencia, se le veía perfectamente....Pero tuve que conformarme con mis deducciones pues, tampoco obtuve la respuesta deseada.
Sin comprender que era lo que estaba pasando, me senté en el sofá con las piernas cruzadas y me quedé recordando la conversación mantenida con mi padre, del día anterior. ¿Quizás yo hubiera hecho algo incorrecto que le hubiese molestado?....
Mientras él dormía, yo seguía repasando....Escena a escena, palabra por palabra.....¡Pero no conseguí entender nada!. ¿Qué era lo que había hecho yo?. ¡Aquella situación me estaba creando un sentimiento de culpa innecesario!.
Ya de mañana, agotada de tanto analizar, totalmente desvelada y sin haber dormido nada, me sobresaltó el sonido de su móvil.
El se apresuró a responder antes de que yo lo pudiera contestar y limitándose a escuchar sin apartar la mirada de mí, borró la llamada y lo apagó rápidamente. Acto seguido, se levantó y sin ducharse, se vistió con la misma ropa sucia del día anterior. Después, se marchó.
La tristeza empezaba a hacer mella en mí. Ya no me sentía “guerrera” y con ganas de pedirle explicaciones. En esos momentos, mi preocupación era, averiguar que estaba pasando con nuestra relación.

Aldo era muy hábil. Con su drástica actitud, había conseguido que yo pasara del enfado a la tristeza y del pedir explicaciones, al miedo de que la relación se rompiera.

Los días siguientes, pasaron más ó menos de igual forma. Y cada vez que yo intentaba acercarme a él y preguntar, me volvía a encontrar con su frialdad y su silencio. Su desagradable actitud y su estrategia, duraron hasta el siguiente fin de semana.
Las llamadas extrañas a su móvil a las horas más intempestivas, se sucedieron día tras día. En ocasiones discutía. Pero la mayor parte de ellas, se limitaba a escuchar. Parecía como si alguien quisiera recordarle algo similar a:…...”¡Hola! ¡No olvides que estoy aquí!”. Y yo empezaba a tener claro quién podía ser esa persona.
(Flor y yo sin conocernos, ya nos llevábamos mal. Con el tiempo llegué a odiarla como jamás creo que podré odiar a nadie. Y ese sentimiento, estoy segura de que -a día de hoy-, a pesar del tiempo transcurrido, sigue existiendo plenamente en ella. Quizás hoy, incluso, mas aún que en aquel entonces, tras todo lo sucedido años después.
Con el pasar de los meses, me fui dando cuenta de que siempre estaba en el lugar adecuado, justo en el momento más inoportuno para mí, pero más útil para ella. Sin embargo, la necesidad de sacar a flote mi relación, me enseñó a contrarrestarla. Aunque es cierto que nunca pude perdonarle que me obligara a vivir en permanente defensa. Para mí, ello, jamás hubiese sido necesario. Para ella, fue su obsesión.)

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

17- SOSPECHOSAS DESAPARICIONES.

Y mientras mi familia estaba fuera de la ciudad y yo me sacrifiqué por no dejarlo solo y hacerle compañía, a la vez que darle apoyo, la actitud de mi compañero cambió sospechosamente, como de la mañana a la noche.

"Un buen día Aldo, empezó a levantarse pronto nuevamente, sin regresar a casa hasta las once de la noche. Llegaba cansado y con las manos llenas de pintura.
Aquellas fiestas de Semana Santa, las pasé total y absolutamente sola. Ni Jueves Santo, ni Viernes, ni Sábado, ni tampoco el Domingo ó el Lunes de Pascua, pude disfrutar de su compañía. Y yo me decía a mí misma:….- Para estar así, mientras él hace pruebas en distintos lugares……¡Me podía haber ido con mis padres!.- Y tras esa conclusión…..¡Me sentía doblemente fastidiada!.
Una semana después, al coger mi coche una mañana, encontré sobre el salpicadero del mismo, una pequeña nota manuscrita en lápiz en la que se leía con toda claridad lo que era una lista de horas trabajadas en distintos días de la semana, desde hacía quince días atrás, hasta la fecha.

Al leerla me dí cuenta de que, mientras yo creía que mi compañero estaba haciendo pruebas en distintas empresas, la realidad era que estaba trabajando en algún sitio desde hacía quince días y no me había dicho nada.
O sea que……¡Yo seguía gastando en teléfono y prensa concertándole entrevistas de trabajo y confeccionándole con todo mi esmero sus curriculums y él, no solo no acudía a las visitas, sino que encima, teniendo trabajo, no fue capaz de comunicármelo!......
Evidentemente aquello me enfadó mucho. Su comportamiento me sonó a una buena tomadura de pelo. Pero......¿Por qué actuó de esa forma?
Al preguntarle por la noche, me dijo que había empezado a trabajar de encofrador en una empresa de la costa y que no quería decir nada, hasta saber con total seguridad, si entraba en la plantilla de la misma. Por el momento, solo tenía un contrato por Obra y Servicio. Y con la finalización del mismo, posiblemente, pudieran hacerlo fijo.
A pesar de mi extrañeza, (ya que desconocía totalmente los conocimientos de albañilería del portugués), me alegré por todos. El necesitaba tener ingresos y una ocupación, la niña su pensión y yo estabilizar la economía de mi casa. Así que tras su explicación, preferí olvidar mi enfado y me volví a sentir mal conmigo misma, por haber desconfiado de mi pareja. ¡Pero si aquel hombre “era un pedacito de pan”!......¡Mira que eres tonta, Desi!…..¿Cómo te va a engañar?....¡Con lo que Aldo te quiere!........(Me dije).
Pero con el regreso de mi familia de sus vacaciones de Pascua y tras reunirnos en casa, fue allí donde por casualidad, conocí la verdad y el engaño.

Durante el encuentro con su suegro y en una animada conversación, Aldo le comentaba a mi padre que, a pesar de no trabajar aún en empresa alguna, tenía ya un puesto asegurado en un sitio, aunque no comenzaría a trabajar, hasta el mes de Mayo.
Evidentemente el animado dialogo que mantenían ambos, demostraba la alegría por la buena noticia.
Yo escuchaba perpleja al pie de la puerta del comedor sin mediar palabra, mientras extrañada, los miraba. ¿A quién estaba mintiendo, a mi padre o a mí?
Supongo que con las ganas de darse importancia ante su suegro, Aldo olvidó totalmente, el argumento que días antes me dio a mí.
Cuando el portugués se percató de mi presencia, mirándome con seriedad, se calló. Y yo me pregunté en aquel instante; Si la versión que le estaba dando a papá era la real.......¿Qué demonios había estado haciendo durante aquellas semanas y todos los días de fiestas? ¿Por qué me dijo a mí que ya estaba trabajando, si a papá le había dicho que aún no había empezado?. Además, si había trabajado.....¿Donde estaba el dinero cobrado de las horas apuntadas en aquella lista?. Y lo mas importante……¿Por qué estaba mintiendo?.
(Eran muchas las cosas en esta vida que yo podía perdonar y tolerar. Quizás incluso.....¡Demasiadas!.
Seguramente era en exceso tolerante y confiada…...Pero si de verdad había algo que para mi jamás hubiera tenido disculpa, era el mentir y el matar. O en definitiva, hacer daño a alguien, con total conciencia de ello)".


Resrevados todos los derechos de autor-2007."Las Cosas que no se Deben Callar".

ADIOS A MIS VACACIONES.

En puertas de la Semana Santa y acercándose esos días de retiro y tranquilidad en los que poder dar un poco de descanso a sus cuerpos y mentes, Desi y su familia, tenían por costumbre viajar al pueblo para visitar a los familiares y amigos de Teruel. Pero ese año, no iba a ser posible para ella. Sus padres comenzaban a recelar de las excusas de su yerno al no encontrar empleo y no tenían nada claro lo que aquella relación, colmada de problemas, podría durar. En consecuencia, se negaron a que los acompañara. Desi, a pesar de su disgusto y su tristeza, nuevamente dio apoyo a su pareja y decidió no abandonar en la ciudad al que hubiera correspondido que la acompañara en sus vacaciones familiares.


RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

UNA AGRIA SONRISA.

Aldo era un hombre que raras veces se reía. Conmigo aprendió a sonreir y ser feliz.

Con el transcurso de los meses y la presión a la que estaba sometido, volvió a entristecer y comenzó a mostrarse extraño y taciturno.

Entonces comprendí que la temida depresión había hecho acto de presnencia en nuestras vidas.


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miércoles, 13 de febrero de 2008

DOBLE MORAL Y FALSAS MORALINAS.(Reflexiones)

Tras las Campañas Políticas y de Concienciación Ciudadana, los supuestos Derechos Humanos, los reconocimientos a los Derechos de los Presos, con la mentalización que la sociedad ha sufrido de que "todo reo tiene derecho a su reinserción", finalmente, no me pareció adecuado repudiar al hombre que demostraba quererme como lo estaba demostrando. El jamás, que yo supiera, había estado en una cárcel y nada en su actitud, me dio la más mínima pista de que no deseara rehacer su vida en todos los sentidos y confirmar que, verdaderamente, fuera un delincuente.

¿Acaso todos cuantos han sufrido un proceso judicial y han perdido el caso son delincuentes?
Por mucho que la sentencia diga que si, yo, hoy en día, lo dudo mucho. Los jueces con su decisión, pueden colgarnos el "cartelito", el San Benito, pero un delincuente de verdad, no es un ciudadano normal que en un momento determinado "mete la pata en una cuestión administrativa" sin ni tan siquiera tener idea ni voluntad de hacerlo mal. Existen demasiadas normas y leyes que los ciudadanos de a pie desconocemos. Cualquiera de nosotros, visto desde el prima judicial y "sentenciario", sería un delincuente en potencia. ¿Cuantas cosas hacemos mal?.......Seguro que muchas más de las que imaginamos.

Sin embargo, la palabra "delincuencia", determina a la persona que delinque. Y delinquir es transgredir y para transgredir, hay que conocer las normas y en consecuencia las leyes. El transgresor, disfruta saltándoselas. Quien se equivoca o desconoce, no es un transgresor. Simplemente, es un error o un ignorante. Por lo tanto, no debiera de estar penado con el seudónimo de "delincuente" y esa sentencia, no debiera de existir.
Pero por lo visto, para la justicia, es demasiado laborioso determinar quién delinque a "consciencia" o quién "mete la pata" por error. No se hacen distinciones.
La misma sociedad que demanda la comprensión y la reinserción de los presos, cuelga el cartelito de "delincuente" cuando una sentencia no ha sido a "tu favor". Sin embargo creo que, la historia, ha dejado patente, que numerosas sentencias en las que se ha tildado a una persona de ello, han sido erroneas por falsos y absurdos fundamentos basados en instrucciones deficitarias que a nadie le ha preocupado investigar.
La justicia se equivoca, por lo tanto......¿A quién creer?........
¿A esa sentencia posiblemente errada, o a ese ser que te mira demandando clemencia y una nueva oprtunidad?
Que se lo pregunten a los familiares y amigos de muchas de estas personas.
¿Vas a creerte antes a un juez que no sabes si está comprado y que no conoces de nada?.......O a quién te demuestra día a día que es un ciudadano de bien, por mucha sentencia contraria que se tenga.
¿Acaso la justicia está exenta de intereses y corrupción?..........

Existe una frase muy adecuada para estos casos:......"No mires mi pasado, ve lo que soy hoy y lo que quiero ser mañana. Solo necesito tiempo y confianza para demostrárlo".

16- LOS PRIMEROS DESCUBRIMIENTOS.

Si algo no soporté jamás fue, la mentira y la falsedad. Qué incongruencia del destino!.....Pensando como yo pensaba, ir a toparme con una situación tan extraña!

Después de descubrir, tras su confesión, que Aldo tenía procesos penales con la justica protuguesa, creí que debía replantearme mi relación.
¿Verdaderamente era ese el tipo de hombre que yo deseaba para compartir mi vida?......Evidentemente, no. Y ya me podían decir socialmente que, "todos tenemos derecho a una segunda oportunidad"!.....Yo siempre me había mantenido al margen de riesgos y de la ilegalidad y no me apetecía nada, tenerlos metidos dentro de mi hogar.
Pero en definitiva, el problema que Aldo tenía pendiente, resultó ser un "mero trámite burocrático" entre las administraciones portuguesas y españolas, que el nuevo comprador de aquel famoso BMW accidentado en la frontera, dejó de formalizar cuando él se lo vendió.
Al parecer, cuando se vende un coche matriculado en un pais y ese automovil residirá en otro, se deben legalizar las matrículas en el de destino, cambiando las placas y pagando las tasas e impuestos pertinentes en el nuevo. Eso no fue cumplido. Pero no fue cumplido, no por desidia del nuevo comprador como él me dijo, si no por otro motivo.
Nunca me pregunté si aquel coche accidentado, había sido arreglado. Al darme su versión, dí por hecho que así había sido. Tristemente, no fue así.
Casi tres años después, me enteraría de que tras aquel nefasto accidente, la vehemencia de mi compañero, lo había llevado a vender otro BMW sin autorización del dueño. El trámite de cambio de placas de las españolas a las portuguesas nunca fue realizado, por la falta de documentación. Y ese coche fue requisado por robo, por la policía de portugual, muchos años antes de conocernos.
Ese era el proceso que Aldo tenía pendiente, amenazándolo con tres o cuatro años de cárcel. Sin embargo, hasta que nuestra relación no comenzó a deteriorarse, él, mantuvo su escueta verdad, dejando que yo dedujera y creyera lo que a él le convino explicar.
Años después, cuando descubrí la verdad de todo, la minuta de su abogado portugués ya había sido liquidada desde mi cuenta bancaria y con mis ingresos. Y Aldo tenía en su haber, una sentencia favorable que le eximía de toda culpa.
Su abogado portugués, era especialista en "determinado tipo de delincuencia". Y ellos dos, se conocían de toda la vida.
No fue este el único proceso que le conocí a Aldo.
Con el transcurso de nuestra relación, descubrí que mi compañero era poco menos que, un inadaptado social, que se tomaba bastante habitualmente, la justicia por su mano cual "vengador justiciero".

Ante mis cada día más amplias dudas a seguir con esa relación, mis amigos metidos en leyes y en los temas de la justicia, me invitaban a seguir y no darle la importancia que yo le estaba dando. A fin de cuentas, según ellos, Aldo podía ser algo impulsivo e inmaduro en sus reacciones pero "era un buen chaval". Y hasta la fecha y que se le conociera, no tenía ningún proceso de verdadera emvergadura ni preocupación. Solamente eran cuestiones de "reivindicaciones mal entendidas", que le habían hecho salirse un poco de la ley. Cuando Aldo se enfadaba, se tomaba la justicia por su mano.

Recordando las palabras de la psicóloga, aquella grafóloga que analizó su caligrafía, creí que para Aldo, sería conveniente un buen tratamiento.
Llevaba meses sin trabajar, se metía en problemas cuando las cosas no salían como él deseaba, la relación con su ex iba de mal en peor y la obsesión por su hija estaba aumentando.

No debí dar oidos a mis antiguas amistades. Cuando se trabaja entre delincuentes, posiblemente, se valoran las situaciones de forma inusual. Pero para un ciudadano medio, que nunca ha tenido problemas con la ley, determinadas actitudes son de temer.
Yo confié en la poca importancia que ellos daban a la situación de Aldo.....Confié en el consejo de la grafóloga al decirme que se pusiera en tratamiento.......Y confié demasiado en unas posibilidades que creí tener y que él supo desgastar y agotar a pasos de gigante.

PADRES e HIJOS. (Reflexiones)

Las relaciones entre padres e hijos acostumbran a ser complicadas. Supongo que estareis de acuerdo en que, las diferencias generacionales, no ayudan a que este tipo de realciones sean habitualmente, fluidas y fáciles. Los padres deben esforzarse mucho en la comprensión y educación de los hijos, para poder llegar a un aceptable nivel de amistad y comunicación, que seguramente, será la base, el dia de mañana, para una relación adecuada que sepa salvar las diferencias de edad y pensamiento con el respeto necesario por ambas partes.

El cariño y protección que precisan los hijos, sobre todo los más pequeños, es otro de los factores a tener en cuenta, en un sano desarrollo mental y afectivo del menor. Y para conseguir todo ello, hace falta mucha dedicación y sacrificar muchas veces, aquellos momentos y caprichos, que los adultos precisamos.

También tenemos que tener cuidado con las aparentes concesiones de un menor a nuestras voluntades de adultos, pues aunque su cabecita nos esté dando permiso, es muy probable que jamás comprenda el por qué de nuestra petición si no se lo explicamos, creándole con el tiempo, un grave interrogante que puede terminar por convertirse en frustración.

Es necesario explicar a nuestros menores, todos nuestros por qués y nuestros movimientos. Ellos lo necesitan. Pero decirle a un niño........Sí porque, sí! o......No porque, no!, sin darle otro tipo de explicación, tan solo llevará a aquella criatura a sentirse incomprendida, si no abandonada. En el caso de Lauri, nadie le dio nunca explicaciones de nada. Y a pesar de la aparente precupación, generosidad y sacrificio de su padre hacia ella, con el tiempo, tuve ocasión de comprobar que Lauri, en definitiva, no dejaba de ser otra víctima más de las actitudes negligentes y poco claras de sus progenitores.




sábado, 9 de febrero de 2008

15- UN SUPUESTO CHANTAJE.

Aldo estaba metido en una difícil encrucijada. De una parte sus sentimientos. De otra.....Sus convicciones. A fin de cuentas y antes de su separación (bien o mal avenidos) tenía una mujer que, más o menos, lo cuidaba. Tenía una hija, su piso, su coche y su trabajo. No podía casarse porque no estaba divorciado.....Pero en definitiva, tenía todo aquello que sus padres le habían inculcado y aunque fuera un “hogar de mentira”, era su único hogar. Pero.....¿Y el amor? ¿Donde quedaba el amor?.....
Cuando él me expresó su deseo de separarse definitivamente de Flor dijo que……"¡Ya no aguantaba mas!" pero, que le daba mucho miedo pensar en lo que pasaría con su hija si él se separaba de ella. Aldo no confiaba en la madre y no quería imaginar como se sentiría la niña sin su papá. Lauri estaba enormemente unida a él.
Entonces me di cuenta de que las lágrimas se le escapaban de los ojos, mientras intentaba mantener su aparente frialdad.
¿Quién dijo que los hombres no deben llorar?. ¡Aquel hombre tenía todo el derecho del mundo a expresar su dolor! A patalear. ¡A rabiar!. Porque……Si todo lo contado era cierto.....¿Cómo se podía sentir?......
Tras su pérdida de empleo y su aparente desánimo al no conseguir otro nuevo......Humillado, utilizado, manipulado, maltratado, engañado......Y solo nos faltaban las presiones de Flor.

.....Se seguían viendo problemas legales y encierro. En verdad y para ser sincera, debo decir que lo achaqué a las ansias de dinero y de venganza que se detectaban en una mujer. Para mi, estaba claro el mensaje. Si no regresaba con ella, Flor le buscaría muchos problemas.
Aldo comenzó a inquietarse. De pronto, me dijo muy enfadado:.....- ¡Pues no estoy dispuesto a darle ni un céntimo más!. ¡Ya me ha robado bastante! ¡Y estoy decidido a recuperar la herencia de mi madre, aunque para ello, tenga que quitarle a la niña!.-
Añadió que, en el momento que él quisiera, a Lauri, la recuperaría.
¡Yo no tenía ni idea de lo que me estaba hablando!. Hasta ese día, jamás hubo mencionado nada sobre la herencia entregada a Flor. Pero entonces, recordé sus comentarios en torno a la defunción de Emi y el reparto de la herencia entre los hermanos.

....Fue entonces cuando me explicó que Flor, estaba tremendamente desequilibrada. Que solo había trabajado cuando la conoció y que desde entonces hasta la fecha, vivieron del dinero que a Aldo le quedó de la herencia de su difunta madre.
Al parecer Emi, disponía de tierras. Y con su defunción, sus seis hijos, cobraron los escudos correspondientes tras la venta de las mismas.
El entregó a Flor una cantidad considerable, para asegurarle el futuro a Lauri. Con el resto, se compró y comenzó los arreglos de una pequeña casita en un pueblo llamado Pombal, por aquello de tener algo “en la tierra que le vio nacer”. Durante algún tiempo, aquel hombre, no trabajó. Y por supuesto (al parecer) Flor, tampoco.
El se dedicó a arreglar y poner a punto su casita en Portugal. Y ella, según él......a vaguear.
Por aquel entonces, a pesar de tener ya a la niña, la familia de Aldo nunca estuvo de acuerdo con las características de la que le había hecho padre. El era el hijo de un honorable Oficial de la Policía y a demás el sobrino del Alcalde. Ella, simplemente, una analfabeta. Así que sintiéndose no admitida por su familia y desplazada en tierra ajena, decidió volver a España con su hija y abandonar al padre. Aldo se vio obligado a regresar si quería seguir junto a la niña. La historia vivida con Minda, se repitió con Flor.
Con la inversión efectuada en la casa y los operarios a medio pagar, corría el riesgo de perderlo todo. Pero él esperaba poder retornar en algún momento a su tierra portuguesa, después de haber convencido a su pareja de que debían regresar. Sin embargo, el destino, nuevamente le jugó una mala pasada. Y un problema judicial pediente relacionado con unas matrículas no legalizadas de un coche, dieron como fruto una orden de búsqueda y captura (por parte de la justicia portuguesa) que no le permitió volver a su tierra durante muchos años. Ese proceso todavía estaba pendiente de resolución.
Aldo se había quedado sin dinero para pagar a los abogados que tramitaban su defensa, sin casa y sin herencia.
De regreso a España, buscó nuevamente trabajo, mientras que Flor, siguió negándose a trabajar.
Ignoro que pasó con el dinero que él le dio a su compañera pero, es muy probable, que ella lo tuviese bien guardado, mientras nos lloraba y reclamaba dinero para mantener a su niña. ¡Menuda era Flor para soltar un duro!. ¡En la cuenta había entrado y muy posiblemente de la cuenta, ya no iba a salir mas!
Mientras tanto, Aldo seguía teniendo sobre sí un proceso penal con la justicia en Portugal que no le permitía (ni tan siquiera) ir a visitar a su familia. Pero supongo que a ella eso, no le importó.
Escuchando todo lo relatado sobre el carácter de la madre de su hija, era fácil entender que, posiblemente, por venganza a la no aceptación de su familia política y conocedora de que lo único con lo que le podía retener junto a ella era la cría, actuar de esa forma, fuera la manera mas fácil de tenerlo sometido a sus voluntades.
Supongo que por todo ello, la tachaba de egoísta y sinvergüenza y su ira conta ella, era imposible de superar.

....Siempre según la versión de Aldo y siguiendo con “su verdad”, me explicó algo que me chocó enormemente. Dijo que Flor no era la madre real de la niña. Que aceptó figurar como tal, a cambio del dinero que la verdadera madre le dio. (Al parecer, la supuesta madre de verdad, era la dueña del bar en donde trabajaba Flor cuando la conoció.). Me había mentido.
Aquella mujer, mantuvo relaciones con Aldo habiéndose quedado embarazada de él pero no quiso hacerse cargo del bebé.
Mi compañero siguió contando que, aquella “pobre” prostituta diabética (la palabra que él utilizaba era mucho más vulgar), no cuidaba de la cría, simple y llanamente……porque en el fondo, no la quería. A su ex, solo le interesó el dinero.
Según él, Flor, no sabía cocinar, ni se preocupaba de la compra. Tampoco se molestaba por llevarla al colegio. Ese era el motivo por el cual, siempre que podía, la llevaba él a la guardería. Ni siquiera se ocupaba de cambiar la ropa de la cama, ni de asear a la niña. Por ello, cada tarde, intentaba acudir a su casa y encargarse de esas cuestiones. Ese era el motivo real de que Aldo, no encontrase un trabajo. No era verdad que no lo contraran. Tenía que ocuparse de su hija.
En cuanto a él, contó que Flor lo maltrataba continuamente con sus insultos y manipulaciones a base de chantajes. ¡Y que hasta lo había intentado envenenar!

.....También me explicó que aquella “descejada”, vendió su último BMW, al enterarse de que él y yo estábamos saliendo juntos.
Aldo seguía hablando y hablando cada vez más acalorado y excitado, mientras explicaba que el dinero conseguido con la venta del coche, tampoco le fue devuelto para evitar que se lo gastara conmigo. Yo no salía de mi asombro.
Ese fue también el motivo de que Flor anulara las cuentas bancarias a las que Aldo tenía acceso y en las que él había ingresado sus sueldos. También me contó que en el momento de cobrar la herencia de “Emi” (que fue cuando Aldo se compró dicho vehículo), como él no podía legalizar su documentación por el proceso pendiente en Portugal, tanto el coche, como el dinero, fueron puestos a nombre de “la otra”. Y volvió a recordarme que, lo que Flor quería, era un hombre que la mantuviera para no tener que trabajar.
Dijo que estaba harto de lo gandula, sucia y desordenada que era. ¡Que no se duchaba!. ¡Que olía mal!……Y que desde que se marchó de su casa, la niña, vivía con una total falta de atención, ya que ella, solo dormía y dormía, atiborrada de pastillas durante todo el día. Decía que ella era drogadicta.
Parecía evidente que si Aldo seguía fuera de esa casa, el bien estar de su hija, corría peligro.

Ciertamente con la llegada de Lauri a casa, tuve oportunidad de comprobar el lamentable estado de suciedad y abandono que la niña sufría y constatar las amenazas de Flor con llevársela de la ciudad y no permitir al padre volver a verla más, si no me abandonaba.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

viernes, 8 de febrero de 2008

ANGUSTIA POR LA NIÑA.

Sus manos temblorosas, no le permitían encender cómodamente un cigarro. De pronto Aldo, me preguntó:…...- A pesar de tener una hija.......¿tú crees que tengo derecho a ser feliz?

Supuse que la respuesta era obvia. No solo para él, sino para cualquier persona.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

14- UN CASO APARENTE.

Sin querer ser arcaica en mis actitudes y en la buena intención de entender el amor de padre que él sentía hacia la niña, intenté no excederme en mi planteamiento, a la vez que le llamaba la atención por su comportamiento. Y Aldo, me escuchó pero, solo......aparentemente.

"Cuando Aldo regresó al coche, me pareció imprescindible mantener una seria conversación con él después de haber presenciado todo aquello. En primer lugar, no me pareció correcto que a la cría no se la riñera por amenazar con un puñetazo a su papá. Pero menos correcto me habían parecido aquellos besos que no correspondían a una niña de su edad y que a su padre le hacían tanta gracia.

Aldo estuvo de acuerdo y acabó dándome la razón. Pero aún así, pasarían algunos meses hasta que la relación entre padre e hija, empezara a ser más natural e “higiénica”. Al menos en apariencia.
A él le hacía muchísima gracia recibir los “morreos con lengua” de su hija y a la niña, le encantaba “marcar el terreno” ante mí. Era muy complicado que aquella cría entendiera (diciéndoselo yo) que, eso, no debía hacerlo. Suponía que cuanto más se lo reprochara, mas tendencia tendría a seguirlo haciendo. En consecuencia, para mí estaba claro que, eran sus padres quienes no debían permitirlo. No yo."

Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Callar".

13- RECELOS.

Nunca fui madre, ni nunca quise serlo pues, siempre consideré que, un hijo, debe ser algo muy deseado, al cual, se le tiene que dar toda la estabilidad, felicidad y cariño necesario para su buena salud, física y mental. Asegurarle un hogar y educación en condiciones, al igual que un entorno suficientemente motivador como para que esa criatura se forme y prepare adecuadamente para su futuro, hubiese sido para mí, la base idónea para dar ese paso. Por desgracia, los hombres de los cuales me enamoré, seguramente carecieron de la madurez y sentido común necesarios. Por lo que obviamente, jamás los consideré como padres adecuados para un posible bebé.
Tampoco contemplé la posibilidad de ser madre soltera, no por no estar de acuerdo en ello, si no porque la situación laboral tan cambiante vivida en mis años de juventud, no invitaba a ese tipo de planteamientos. Supongo que en el fondo.....Sencillamente, no lo deseé.

.....Pero el día que Aldo me habló de su hija y me mostró su fotografía, me di cuenta de que no me importaría nada conocerla. Incluso, con el paso de los meses, llegué a pensar que había sido una gran suerte conocer a ese encantador papá y encontrarme con una divertida “coleguita” que, quizás, quisiera ser mi amiga. A pesar de ello, nunca tuve la más mínima intención de ocupar el lugar de su madre. Cosa que Flor, siempre dudó.

Alertada por mi preocupación hacia la niña y mi buena disposición a ayudarlas a las dos mientras, el padre solucionaba su situación laboral, Flor comenzó a recelar de mis intenciones, creyendo que yo intentaría quitarle a su cría.
Por consiguiente, la presión que ya estaba ejerciendo sobre Aldo relacionada con la pensión impagada de su vástago, se incrementó brutalmente en el vano intento de que la relación que mantenía conmigo se rompiera. Y debo decir que, casi llegó a conseguirlo por aquellas fechas. Aunque también tengo que admitir que visto lo visto, al pasar los años, hoy posiblemente, se lo estaría agradeciendo.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

12- BIENVENIDA LAURI.

Mientras yo seguía esperanzada en que nuestro futuro se resolvería favorablemente, la toma de contacto y la presencia de Lauri en mi vida, aún me hizo ver con mucha mayor fuerza que mi existencia tenía un importante sentido.En ese momento creí entenderlo todo. Eramos una familia, con ex incluida. Y así lo acepté sin cuestión alguna, aunque no sin enojos.

"A pesar de mi extrañeza y buscando en los ojos de su padre una mirada de complicidad que me diera apoyo y aliento, ayudé a la pequeña a bajar del coche, mientras Aldo lo aparcaba. El estaba tan estupefacto como yo y al salir del automóvil, hizo el gesto de regañarla. Pero yo lo frené. Y no le permití que riñera a la niña, porque durante los minutos transcurridos entre “el grato saludo” y el aparcado del coche, Lauri, seguía con sus ojitos apretados y su cara de enfado, sin quitarme ojo de encima. Ni siquiera pestañeó.

Frente a mí, de pié y con sus manitas apretadas, tensa como una espada, siguió mirándome y mirándome, a la vez que mantuvo su ceño fruncido y su naricita arrugada, como hacía su papá cuando algo le molestaba. ¡Aquella cría daba la sensación de ser, un “alto inquisidor”!

Disimulando mi enojo y sin retirarle mi mirada, nos mantuvimos en esa actitud durante unos largos minutos. Frente a frente. Como si del reto más digno y decisivo, se tratara para ambas. Y seguramente fue así porque, la realidad era que yo, no estaba dispuesta a bajarle la guardia pues, de haberlo hecho, hubiese comprendido que ella era “la mas fuerte” de las dos. Y eso, sabía que no debía permitirlo si quería evitarme problemas a corto plazo.

Así que al igual que dos gatas enfrentadas, seguimos y seguimos mirándonos en silencio, sin mover ni un solo pie.

Al rato, la fuerza y testarudez de la niña, me empezó a parecer sospechosa. No había forma de que Lauri se “apeara del burro” y bajara la mirada. En su actitud, creí entrever mucha manipulación. Pensé que ningún crío, por mal educado que fuera y con tal corta edad, mantiene la mirada con semejante frialdad y descaro a un adulto. ¡Mucho menos!, a sabiendas de que lo que ha dicho ó hecho está mal. Segurmente ignoraba el significado de la palabra pero, ella tenía claro que, "aquello", me tenía que molestar. Ese era su objetivo. Y ello me demostraba que, la niña, se sentía orgullosa por haber llevado a cabo el “encargo”, para mí claro, de su mamá. Lauri quería "ganar" para tener contenta a su madre.

Me reafirmé en mi idea de no reñir a la niña por hacer lo que su madre le indicaba, aunque sí le hubiera dado una buena reprimenda a su progenitora por animar a un retaco de tres años, a utilizar ese tipo de vocabulario e intentar que, a través de la misma, yo entrara en el juego de las ofensas y descalificaciones. Así que quise quitarle total importancia al asunto y dicho incidente no vino más que a ratificar, la opinión que, en aquellos días, comenzaba a formarme de Flor.


No recuerdo porqué motivo Aldo, nos dejó solas un rato.

Ya habíamos subido a casa y durante el trayecto al ascensor, la niña, ni tan siquiera miró el suelo por donde pisó. ¡Le dio igual tropezarse, como que no!. Ella siguió con su mirada rabiosa y mal humorada fija en mi.

Lauri y yo, seguíamos mirándonos fijamente y en silencio, sentadas en el sofá de casa mientras mí cabeza buscaba, lo mas rápido posible, algo interesante para proponerle y conseguir despistarla de su obstinación…..¡Pero sin quitarle ojo, por supuesto!.

Eran casi las ocho de la tarde. Deduje que a una niña de su edad se le debía dar la cena más o menos a esa hora. Y........¿Qué crío se resiste a una suculenta hamburguesa?.

Decidida a poner en práctica mi idea, le propuse a Lauri, bajar al bar para comernos el calentito manjar. A pesar de todo, creí que la niña (que en esos momentos ya no estaba solo enfada conmigo, sino también con su papá por haberla dejado sola “con esa P” que era yo), respondería que no. Sin embargo, estaba claro que la cría, contra mí, en realidad, no tenía nada.

A Lauri se le iluminaron sus negros ojitos cuando escuchó la palabra “hamburguesa”. Y súbitamente, cambió su expresión de enojo por otra mas relajada, mientras asentía con su cabeza. Así pues, le dejamos la clásica nota colgada en la puerta de la nevera a papá y bajamos a la calle.

A pesar de su hostilidad y a regañadientes, me dejó cogerla de su manita y una vez sentadas en la mesa y en terreno neutral, volvió a insultarme con cara de “terrorífica malvada”.

Haciendo caso omiso……¡como el que no oye la cosa!......le coloqué la servilleta en su cuello (a forma de babero) y mientras el camarero la miraba perplejo, yo le guiñé el ojo y me encogí de hombros, a la vez que en mi cara perfilaba una sonrisa de lado a lado. Había que disimular.

Realmente era chocante presenciar como aquella “enana”, me intentaba provocar una y otra vez. ¡Pero me resistía a darle la importancia que ella esperaba que le diera! Sentía que debía desconcertarla. ¡Romperle los esquemas!. Si me mostraba enfadada, sería peor.

Ya servidas las dichosas hamburguesas y con los platos sobre la mesa, yo empezaba a perder la paciencia. Pero observé que poco a poco, bien fuera por la boca llena ó por qué se había distraído del objetivo indicado por su madre (que evidentemente no era otro que sacarme de mis casillas y encontrarla lo más antipática posible), me pareció que la niña estaba más relajada. Fue entonces cuando aproveché para entrar “al trapo”. Así que con tacto, intenté sonsacarla y averiguar de donde demonios había sacado Lauri la “dichosa palabreja”.

La niña, con morritos y la cabeza agachada, dijo que era….”Lo que La Flor, le había dicho que dijera”. Y entonces me preguntó con su vocecita de “mimo”……- ¿No te enfadas?-

Afortunadamente para mí, en aquel instante, su padre, ya había regresado de su ausencia y presenció la “confesión” de su hija sin pestañear pues, yo comenzaba a sentirme como esas profesoras feas y antipáticas que casi todos hemos conocido en edad de preescolar. La llegada de Aldo a la mesa, me dio un buen respiro.

Entre los dos, le explicamos a la niña que esa era una palabra muy fea para que las “chicas tan guapas y listas como ella”, las dijeran. Y también le explicamos, como pudimos y a “grosso modo”, nuestra situación y la de mamá, para que la niña pudiese entender algo de lo que estaba sucediendo entre nosotros. No era justo que la pequeña se quedara únicamente con la versión, a buen seguro deformada, de su madre.


Era ya tarde y debíamos llevar a Lauri de vuelta a su casa. Pero por el camino, hubieron nuevos problemas pues, ella se empeñó en sentase delante, mientras su padre conducía. Se sentía ofendida por no ser la “copiloto” y ser yo quién se sentara en ese lugar, junto a papá. Y ello, no estaba dispuesta a perdonarlo fácilmente.

Como eso, por su propia seguridad no le fue permitido, se dedicó a coger a su padre por el cuello con el brazo, mientras conducía, “intentándolo ahogar”. ¡La verdad es que nos dio el trayecto! Entre gritos y aspavientos, a duras penas, conseguimos llegar a su hogar. Una vez allí y antes de entregársela a su madre, a Lauri le dio por levantarle el puño a su padre, como si un puñetazo le fuese a dar. Y cada vez que Aldo intentaba darle un beso, la niña realizaba el mismo gesto. De pronto Aldo, la cogió y con un rápido giro, la pasó de atrás a delante, la sentó sobre él y le dijo:….- ¡Dame un morreo!.-

La niña se rió con una enorme carcajada y mirándome de reojo y con mucha picardía, abrazó a su padre por el cuello y como si de su novio se tratara……¡Lo besó en la boca sacando la lengua!

¡Yo no podía creer lo que estaba viendo!. ¿Qué era lo que esos padres hacían con su hija?......

Con la niña en brazos, mi compañero salió del coche y la subió a casa de su madre. Lauri, ni se despidió de mí, por supuesto".

Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Callar".

TRISTE CEBO.

Esos locos bajitos, como Serrat los define en una de sus canciones, saben muy bien como robarnos el corazón. Aunque en este caso, bien debo decir que siempre me quedará la duda, de quién lo robó a quién.
Lauri era una niña minúscula, testaruda y mal educada. Esquiva como “gato escaldado” y con cara de “enfado permanente”, parecía ignorar lo que era reír. Con la misma expresión y pose de su padre, a la vez que vestida como un “pilluelo”, asemejaba la réplica exacta de Aldo pero……en chiquitín.

Desi se quedó sumamente extrañada cuando en su primer encuentro con ella, la niña le dedicó con cara de rabia y como único saludo, la palabra “puta”. Tan solo tenía tres tiernos añitos.


RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

11- DESDE NOVIEMBRE DEL 99, HASTA MARZO DEL 2000.

Durante el mes de Noviembre del 99 Aldo, se estableció definitivamente en mi casa y antes de que las Navidades fuesen celebradas, estaba en la calle despedido por ladrón.
No hará falta que os recuerde que nadie consiguió demostrar dicha acusación por lo que su despido resultó ser "improcedente". No volvió a ser aceptado por su jefe en el establecimiento y fue indemnizado por dicho despido hacia los meses de Marzo o Abril del 2000. Esas Navidades las pasamos en una permanente "Luna de Miel".
A pesar del desagradable despido, de quedarme aislada de mis amigos, de no facilitarme las visitas a mi familia y de sus problemas con mi perrito, Aldo y yo, disfrutabamos de los primeros meses de una idílica convivencia.
Mi negocio funcionaba a la perfección y nos permitía facilmente mantenernos sin níngún tipo de sacrificio. Dos coches, el suyo y el mio..........Dos plazas de parking, la suya y la mia...........Regalos, caprichos y extras para su ex y su hija. La manutención de dos personas y un perro y tener todos los pagos al dia.
En aquellos momentos, me sentía orgullosa de poderle dar a mi compañero el bienestar deseado y no dudaba de que no tardaría en encontrar una nueva ocupación y en esmerarse en hacerme más feliz aún.
Le había visto trabajar, sabía la confianza que mi amigo Candi (el dueño del bar) le tenía, antes del fraudulento despido. Era consciente de su avidez y audacia para resolver adecuadamente sus problemas.
Aldo era un hombre hecho a la calle, despierto, locuaz, brillante, de mente agil y resuelta, acostumbrado a salir a flote por sí mismo. Sería muy extraño que en poco tiempo, no consiguiera ocuparse. Sin embargo, los acontecimientos, no fueron como yo los había previsto. Celebradas las fiestas y el año nuevo, Aldo, siguió sin encontrar empleo.

Día a día veía como se angustiaba y se enfadaba porque tras las pruebas a las que se prestaba, no conseguía que nadie le hiciese un contrato. Se quejaba de que el racismo estaba presente en la ciudad y renegaba de los que se aprovechaban de tenerlo trabajando durante días, para después, ni tan siquiera pagarle las jornadas cumplidas.
Enero pasó y también Febrero y Marzo..........Con la llegada de la Semana Santa, las cosas comenzaron a torcerse para mi.
Sin los ingresos de Aldo y el ritmo que estábamos manteniendo, debíamos preveer y comenzar a reducir los gastos. Tal y como se planteaban las cosas, parecía que su ausencia de trabajo, podría ser mas larga de lo que en inicio debió ser.
Si durante los meses anteriores él, se había mostrado en perfecto equilibrio y feliz, su ausencia de ocupación lo estaba llevando a una situación de nerviosismo y desánimo que a mi, no me gustaba en absoluto. Sabía que si caía en una depresión, sería mucho más complicado que rehiciera su situación. Así que intenté por todos los medios animarlo sin presionarlo y no dejar que se hundiera ante su frustración laboral.
Pero poco a poco me fui dando cuenta de que aunque yo consiguiera levantarlo y animarlo, él se volvía a hundir cada vez que visitaba a su hija en casa de su ex. Y tras la visita, el desánimo le duraba semanas.
Lo cierto es que tras esos meses de convivencia, había podido comprobar las broncas y enfrentamientos tan enormes y desmedidos que ellos dos mantenían por teléfono, según él, porque Flor le reclama la pensión de su hija.
Si mi comercio había facturado favorablemente durante los años anteriores, el 2000 y 2001 fueron años extraños en los que con la entrada del euro, la economía se hizo muy variable.
Yo no podía comprometerme a seguir manteniéndolo todo sin su ayuda. Si queríamos seguir juntos, tenía que encontrar un trabajo y participar de los gastos del hogar. Pero también era consciente de que, existiendo una niña de tres años de edad y con una madre enferma de diabetes, era necesario colaborar con ellas, al menos, hasta que él solucionase su problema.
Me encendía y me ponía muy nerviosa cuando después de estar callándome toda la semana, intentándo darle ánimos y que siguiera buscando en los anuncios de los periodicos mientras yo le redactaba sus curriculums, ella, en una sola tarde, conseguía hundirlo hasta límites insospechados.

La triste realidad fue que, pasados los cuatro años de convivencia con él, tan solo hubo trabajado por un espacio de un año y dos meses, repartidos en un periodo de nueve meses en otra empresa de la que también fue despedido por robo y diversos empleos en los que, según él, tras pocos dias de trabajo, le habían "tomado el pelo".
Así que, yo sepa, ni a mi llegó a darme jamás una triste mesualidad de colaboración en los gastos de casa, ni indemnización alguna, ni dinero de casi ningún tipo y a Flor, la pensión de la niña, no le fue pagada más allá de los tres meses que yo se la di a él para que se la diera a ella. Después de esos tres meses Aldo, se enfadó y decidió que debía ser la madre quién trabajara para mantener a su hija.
Pero esa fue otra extraña historia de las tantas que viví con ellos dos.

Ahora, cuando miro atrás me pregunto, si realmente se llegaron a conocer en aquel bar de aquel pueblo, aquella noche de copas.......O en verdad se conocieron en algún psiquiátrico de la ciudad.
La extraña relación de amor-odio que ambos tenían establecida, no llegué a entenderla........hasta el final.

jueves, 7 de febrero de 2008

ROMPIENDO TÓPICOS. (Reflexiones)

Muchas personas creen que la Víctimas de Malos Tratos nos "sometemos" a nuestro agresor "porque estamos enganchadas a ellos sexualmente".
El tan mencionado machismo, caracter posesivo y dominante de los-as maltratadores, es otro de los puntos que también se barajan como bastante fiables ante, las valoraciones generales de estos problemas. Una supesta baja educación y nivel social, cultura y religión, serían otros de los factores que se dan como válidos.
Pero alguien se ha preguntado en verdad..........¿Cómo es posible que, en el caso de que esos tópicos fueran ciertos, una mujer, se niege a hacer el amor con su "enganche deseado" propiciando con su negativa, la "excusa", a una posterior violación?..........
Si el problema fuera el machismo, caracter posesivo y dominante...........¿qué mujer de hoy en día, sensata, se prestaría a ello sumisa y voluntariamente?...........
Si el problema fuese la baja educación y cultura de los implicados en el problema........¿Cómo es posible entonces que, lo mismo sean agredidas mujeres jóvenes y estudiantes con carrera que, mujeres amas de casa que han entregado su vida entera a hijos y marido que, mujeres emprendedoras y con negocios propios acostumbradas a tomar decisiones y moverse en un mundo de gestión masculina?

¿No son tópicos bastante absurdos?.....o......¿Acaso las víctimas somos tontas?

Creo que hoy en día ya ha quedado suficientemente demostrado que las Víctimas de Malos Tratos pueden serlo de cualquier tipo de condición y que si tan "enganchadas" estuviesen sexualmente a sus compañeros, no se separarían de ellos o no se negarían a sus voluntades.
La realidad de los tristes acontecimientos cotidianos demuestra que, las víctimas de estos delitos, acostumbramos a salir a la luz pública en el momento que decidimos "plantarnos". Y cuando alguien dice "hasta aquí he llegado" es porque no existe enganche alguno.

Llegados a este punto, debo preguntarme entonces.............¿Qué creeis que es lo que nos mantiene junto a un individuo de esta calaña el tiempo que podamos estar? ¿Quizás obligaciones, imposiciones o chantajes?........
¿Nuestra ignorancia y falta de cultura?..........¿Nuestra necesidad de sexo?...........¿Nuestra necesidad de protección y amor?...........O ¿qué?
¿Os lo habeis preguntado realmente?

Mirando hacia atrás y basándome en mi caso, os puedo decir que Aldo, ni me protegió nunca de nada, ni me dio amor, ni tan siquiera fue buen amante. Para serlo, es necesario saber comprender las necesidades del compañero y saber respetar sus voluntades. No todo termina en un buen movimiento pélvico. El, nunca lo llegó a hacer. Por lo tanto debo aclarar que poco sexo hubo entre nosotros.
Cuando una persona no se siente apoyada y mimada por su pareja, las ganas de ese tipo de prácticas, acostumbran a desaparecer.
En cuanto a su posesividad, dominación y egoismo, recordaros que desde el principio lo camufló con, una aparente galantería, amabilidad y preocupación por nuestra relación que desbordaba la realidad cotidiana.
Respecto a la falta de cultura y bajo nivel social, tengo que decir a mi favor y a favor de cuantas víctimas se hayan visto y se vean en trances similares al mio, con personas extranjeras que, es muy fácil vender la historia de una vida cuando sabes que no van a poder comprobar nada de cuanto dices.
Y en relación a las tendencias religiosas, tan solo puedo añadir que Aldo, era católico y devoto a la Virgen de Fátima. Al menos eso dijo y eso demostró.

Por consiguiente, volvemos al inicio. ¿No sería más correcto dividir a los maltratadores-as en diversos grupos y dejar claro que son ellos quienes mienten, embaucan y manipulan a todos cuantos les rodean?
¿Donde comienza el maltrato y hasta donde existe el enganche o la complicidad?
¿Es lo mismo hablar de un psicópata que de un maltratador vulgar?
¿Realmente es justo meterlos a todos en el mismo saco?......o......¿En verdad existen serias diferencias que no se están teniendo en cuenta?