Yo conocí a Arnaldo en el mes de Marzo del 99. Hasta el 24 de Septiembre de ese año, no comenzamos nuestro "noviazgo" y el 13 de Noviembre, Arnaldo, pasó a ser mi "Aldo" y compartir conmigo, todo cuanto yo tenía. Es decir, mi hogar.
A pesar de mis lógicas intenciones, intentando hacer caso a las palabras de la sabia psicóloga, los razonables y aplastantes argumentos de aquel insistente varón, dieron al traste con mis proyectos. No hubo descanso ni aliento hasta que él consiguió que yo le abriera la puerta de mi apartamento.
Su objetivo, meterse en mi casa y en mi vida, fuese como fuese.