Y cuanto más le escuchaba, mas se acrecentaba mi pena hacia él, alimentando los oscuros nubarrones que se cernían sobre mi. Pero yo, deslumbrada por sus falsas características humanas, opté por darle todo mi apoyo y mi amor.
No me amedredentarían ni su ex, ni su ausencia de trabajo. Aldo había demostrado ser un hombre cumplidor y trabajador. Si en el barrio no lo querían, ya encontraría otra ocupación. En cuanto a su ex, sería conveniente conocerla, por el bien de la niña y de su papá.