Todos los colores del Arco Iris, inundaban con brillo y fuerza su vida, dándole un cálido tono anaranjado que iluminaba sus actos cotidianos del día a día, con el maravilloso color de la radiante felicidad. Ello otorgaba a su rostro, una gradable luz que transmitía pureza, alegría y serenidad.
RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.