Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

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Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.

domingo, 15 de junio de 2008

REMORDIMIENTOS DE CONSCIENCIA.

Su desagradable frase de menosprecio a mi dedicación y preocupación, en la que sin decírmelo abiertamiente, me avisó de que "sus asuntos eran suyos" y no mios, provocó en mi interior el estallido de la frustración, dando rienda suelta a mi arrogancia y a mis instintos más primarios. Ese fue el justo pago a mi sacrificio y entrega hacia él.
Mi actitud y mi gesto me pasaron una cara factura en las semanas siguientes, culpabilizándome continuamente por la falta de respeto que yo había cometido, ante la imposibilidad de comprender cual era el resorte que me había hecho saltar. Pasaron muchos días hasta que conseguí volver a mirarlo a la cara, la verguenza me consumía y sus explicaciones posteriores, alimentaron astutamente mis remordimientos de consciencia.

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