....Sus malos modos y sus permanentes rabietas, las pagaba con todo cuanto encontrara a su paso, incluido mi pobre R-5, en el cual se cebó todo cuanto quiso. En tan solo medio año, apareció rayado de lado a lado, en un montón de ocasiones.
Al parecer a Flor, le parecía divertido estropear la pintura del mismo con la primera llave que encontraba entre sus dedos o emprenderla a patadas contra él (a falta de tenerme a mí ante ella), supongo que por la envidia y los celos descontrolados que sentía al no disponer de uno propio. Lauri me lo había chivado. Era incapaz de conducir un coche. Su torpeza la limitaba.
……Opticas rotas, limpia parabrisas retorcidos, abolladuras……En definitiva, si mi coche ya tenía su “edad” antes de conocerla, pero se mantenía en buen estado, después de que ella entrara en mi vida, envejeció de golpe.
RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.
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