Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

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Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.
Mostrando entradas con la etiqueta victima. Mostrar todas las entradas
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martes, 13 de enero de 2009

OCASO.


Con toda seguridad, en ese mismo instante en el que no tuve fuerza para negarme, comenzó mi ocaso ante él pero, hasta muchos años después no fui consciente de ello. Sin duda se dio cuenta de hasta qué punto estaba dispuesta a comprender y perdonar a consecuencia de mi intenso sentimiento.
Aldo comenzó a crecer en fuerza, mientras yo disminuía día a día sin saberlo.

viernes, 8 de febrero de 2008

12- BIENVENIDA LAURI.

Mientras yo seguía esperanzada en que nuestro futuro se resolvería favorablemente, la toma de contacto y la presencia de Lauri en mi vida, aún me hizo ver con mucha mayor fuerza que mi existencia tenía un importante sentido.En ese momento creí entenderlo todo. Eramos una familia, con ex incluida. Y así lo acepté sin cuestión alguna, aunque no sin enojos.

"A pesar de mi extrañeza y buscando en los ojos de su padre una mirada de complicidad que me diera apoyo y aliento, ayudé a la pequeña a bajar del coche, mientras Aldo lo aparcaba. El estaba tan estupefacto como yo y al salir del automóvil, hizo el gesto de regañarla. Pero yo lo frené. Y no le permití que riñera a la niña, porque durante los minutos transcurridos entre “el grato saludo” y el aparcado del coche, Lauri, seguía con sus ojitos apretados y su cara de enfado, sin quitarme ojo de encima. Ni siquiera pestañeó.

Frente a mí, de pié y con sus manitas apretadas, tensa como una espada, siguió mirándome y mirándome, a la vez que mantuvo su ceño fruncido y su naricita arrugada, como hacía su papá cuando algo le molestaba. ¡Aquella cría daba la sensación de ser, un “alto inquisidor”!

Disimulando mi enojo y sin retirarle mi mirada, nos mantuvimos en esa actitud durante unos largos minutos. Frente a frente. Como si del reto más digno y decisivo, se tratara para ambas. Y seguramente fue así porque, la realidad era que yo, no estaba dispuesta a bajarle la guardia pues, de haberlo hecho, hubiese comprendido que ella era “la mas fuerte” de las dos. Y eso, sabía que no debía permitirlo si quería evitarme problemas a corto plazo.

Así que al igual que dos gatas enfrentadas, seguimos y seguimos mirándonos en silencio, sin mover ni un solo pie.

Al rato, la fuerza y testarudez de la niña, me empezó a parecer sospechosa. No había forma de que Lauri se “apeara del burro” y bajara la mirada. En su actitud, creí entrever mucha manipulación. Pensé que ningún crío, por mal educado que fuera y con tal corta edad, mantiene la mirada con semejante frialdad y descaro a un adulto. ¡Mucho menos!, a sabiendas de que lo que ha dicho ó hecho está mal. Segurmente ignoraba el significado de la palabra pero, ella tenía claro que, "aquello", me tenía que molestar. Ese era su objetivo. Y ello me demostraba que, la niña, se sentía orgullosa por haber llevado a cabo el “encargo”, para mí claro, de su mamá. Lauri quería "ganar" para tener contenta a su madre.

Me reafirmé en mi idea de no reñir a la niña por hacer lo que su madre le indicaba, aunque sí le hubiera dado una buena reprimenda a su progenitora por animar a un retaco de tres años, a utilizar ese tipo de vocabulario e intentar que, a través de la misma, yo entrara en el juego de las ofensas y descalificaciones. Así que quise quitarle total importancia al asunto y dicho incidente no vino más que a ratificar, la opinión que, en aquellos días, comenzaba a formarme de Flor.


No recuerdo porqué motivo Aldo, nos dejó solas un rato.

Ya habíamos subido a casa y durante el trayecto al ascensor, la niña, ni tan siquiera miró el suelo por donde pisó. ¡Le dio igual tropezarse, como que no!. Ella siguió con su mirada rabiosa y mal humorada fija en mi.

Lauri y yo, seguíamos mirándonos fijamente y en silencio, sentadas en el sofá de casa mientras mí cabeza buscaba, lo mas rápido posible, algo interesante para proponerle y conseguir despistarla de su obstinación…..¡Pero sin quitarle ojo, por supuesto!.

Eran casi las ocho de la tarde. Deduje que a una niña de su edad se le debía dar la cena más o menos a esa hora. Y........¿Qué crío se resiste a una suculenta hamburguesa?.

Decidida a poner en práctica mi idea, le propuse a Lauri, bajar al bar para comernos el calentito manjar. A pesar de todo, creí que la niña (que en esos momentos ya no estaba solo enfada conmigo, sino también con su papá por haberla dejado sola “con esa P” que era yo), respondería que no. Sin embargo, estaba claro que la cría, contra mí, en realidad, no tenía nada.

A Lauri se le iluminaron sus negros ojitos cuando escuchó la palabra “hamburguesa”. Y súbitamente, cambió su expresión de enojo por otra mas relajada, mientras asentía con su cabeza. Así pues, le dejamos la clásica nota colgada en la puerta de la nevera a papá y bajamos a la calle.

A pesar de su hostilidad y a regañadientes, me dejó cogerla de su manita y una vez sentadas en la mesa y en terreno neutral, volvió a insultarme con cara de “terrorífica malvada”.

Haciendo caso omiso……¡como el que no oye la cosa!......le coloqué la servilleta en su cuello (a forma de babero) y mientras el camarero la miraba perplejo, yo le guiñé el ojo y me encogí de hombros, a la vez que en mi cara perfilaba una sonrisa de lado a lado. Había que disimular.

Realmente era chocante presenciar como aquella “enana”, me intentaba provocar una y otra vez. ¡Pero me resistía a darle la importancia que ella esperaba que le diera! Sentía que debía desconcertarla. ¡Romperle los esquemas!. Si me mostraba enfadada, sería peor.

Ya servidas las dichosas hamburguesas y con los platos sobre la mesa, yo empezaba a perder la paciencia. Pero observé que poco a poco, bien fuera por la boca llena ó por qué se había distraído del objetivo indicado por su madre (que evidentemente no era otro que sacarme de mis casillas y encontrarla lo más antipática posible), me pareció que la niña estaba más relajada. Fue entonces cuando aproveché para entrar “al trapo”. Así que con tacto, intenté sonsacarla y averiguar de donde demonios había sacado Lauri la “dichosa palabreja”.

La niña, con morritos y la cabeza agachada, dijo que era….”Lo que La Flor, le había dicho que dijera”. Y entonces me preguntó con su vocecita de “mimo”……- ¿No te enfadas?-

Afortunadamente para mí, en aquel instante, su padre, ya había regresado de su ausencia y presenció la “confesión” de su hija sin pestañear pues, yo comenzaba a sentirme como esas profesoras feas y antipáticas que casi todos hemos conocido en edad de preescolar. La llegada de Aldo a la mesa, me dio un buen respiro.

Entre los dos, le explicamos a la niña que esa era una palabra muy fea para que las “chicas tan guapas y listas como ella”, las dijeran. Y también le explicamos, como pudimos y a “grosso modo”, nuestra situación y la de mamá, para que la niña pudiese entender algo de lo que estaba sucediendo entre nosotros. No era justo que la pequeña se quedara únicamente con la versión, a buen seguro deformada, de su madre.


Era ya tarde y debíamos llevar a Lauri de vuelta a su casa. Pero por el camino, hubieron nuevos problemas pues, ella se empeñó en sentase delante, mientras su padre conducía. Se sentía ofendida por no ser la “copiloto” y ser yo quién se sentara en ese lugar, junto a papá. Y ello, no estaba dispuesta a perdonarlo fácilmente.

Como eso, por su propia seguridad no le fue permitido, se dedicó a coger a su padre por el cuello con el brazo, mientras conducía, “intentándolo ahogar”. ¡La verdad es que nos dio el trayecto! Entre gritos y aspavientos, a duras penas, conseguimos llegar a su hogar. Una vez allí y antes de entregársela a su madre, a Lauri le dio por levantarle el puño a su padre, como si un puñetazo le fuese a dar. Y cada vez que Aldo intentaba darle un beso, la niña realizaba el mismo gesto. De pronto Aldo, la cogió y con un rápido giro, la pasó de atrás a delante, la sentó sobre él y le dijo:….- ¡Dame un morreo!.-

La niña se rió con una enorme carcajada y mirándome de reojo y con mucha picardía, abrazó a su padre por el cuello y como si de su novio se tratara……¡Lo besó en la boca sacando la lengua!

¡Yo no podía creer lo que estaba viendo!. ¿Qué era lo que esos padres hacían con su hija?......

Con la niña en brazos, mi compañero salió del coche y la subió a casa de su madre. Lauri, ni se despidió de mí, por supuesto".

Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Callar".

domingo, 20 de enero de 2008

UN COCTEL EXPLOSIVO. (Reflexiones)

Muchos de quienes critican la actitud de las víctimas, atacan su supuesto aguante ante determinadas situaciones al igual que no entienden, cómo una persona que determinan "normal" puede llegar a enamorarse de un ser "así". Ovbiamente deducen que "ellas" se lo han buscado, por los motivos que solo ellos llegan a inventar y así dar sentido a sus ideas.
Algunas de las preguntas que por desgracia tuve que escucharme cuando detonó todo y que como horribles martillos golpearon mis oidos, fueron: ........- ¿Pero cómo es posible que te pudieras enamorar de un hombre así?..........¿En qué estabas pensando para no darte cuenta?.......¿Es que no veías quién era?............
Creo que para cualquiera de nosotros, sería válido decir que, de ser cierto que las cosas se ven tan claras desde un principio, no existiríamos las víctimas de este tipo. Dudo mucho que a ninguna persona le apetezca pasar por semejante infierno de forma voluntaria. Creo incluso que, hasta el más masoquista, huiría sin remedio de un ser así si se le pudiera mostrar la película de su vida con antelación a los hechos que sufrirá.
A "toro pasado" es muy fácil hablar! ¿Verdad?..........
Los más petulantes y arrogantes me tacharon directamente de ser, una mujer de "vida inadecuada", al decirme que a sus hijas, "jamás llegaría a sucederles algo así porque ellas, sabían muy bien con quién se relacionaban".
Que fácil es hablar! Cuantas de las que han pasado por estos malos momentos se habrán sentido tan miserables y culpables injústamente tras escuchar estas palabras!
Y sin embargo hoy, pasados unos cuantos años, sigo preguntándome ¿cuantos de estos "listos" y "astutos" contertulios que con tanta vehemencia se permitieron opinar sobre el sufrimiento ajeno, no caerían también en las garras de un maltratador? ¿Por qué cuesta tanto entender que los depredadores, nunca se muestran tal como son?

Amabilidad, cordialidad, educación, dedicación, cortesía, higiene, responsabilidad, delicadeza, comprensión, cariño, amistad y sentido de humor fueron algunas de las características más destacables que yo conocí en aquel hombre menudo y algo excéntrico. Estas, junto a otra, tanto o más importante que las anteriores, fueron las que me hicieron sucumbir a sus falsos encantos.
Seis años de soledad y aislamiento de la vida social de una mujer de treinta y tantos, bastaron para hacerme caer en sus redes como una adolescente enamorada.
Desde mi anterior separación, mi vida se había convertido en trabajo, familia y casa. Mi pequeño círculo de amistades de la ciudad se limitaba, a cuatro o cinco amigos policías, empresarios, abogados y jueces. Y pocas eran las ocasiones en las que salía con ellos. Siempre estaban ocupados y estudiando. Pero muchas menos las que permitía que un desconocido llamara a mi vida, por muy amigo que fuera de los mismos.
En verdad, el único rincón en el que me permitía algo de entretenimiento, era el "bar del barrio". Aquel en donde le conocí a El.
Esa era la "vida inadecuada" que yo llevaba en aquellos días.

Dicen que la ignorancia es muy atrevida y sin duda la osadía de quienes no lo han vivido puede llegar a ser hasta, incluso, ofensiva.....
Si los que pensais de esa forma os encontrarais con alguien como el que me encontré yo y a todas las caracteríaticas destacadas de mi agresor sumarais............La Pena, ¿qué tal os parecería? ¿Seguiríais pensando con tanta seguridad que a vosotros no os pasaría?
La pena es algo que estos seres, acostumbran a manejar extremadamente bien.

LA PRIMERA CITA.

Después de algunos meses de vernos a escondidas de amigos y conocidos, aquella noche, ante la imponente imagen del mar, él, me contó la triste y extraña historia de su vida. Y yo me la creí, con la mayor inocencia imaginable.
Esa fue nuestra primera cita. Después de ella, nunca más se separó de mi.
El supo esperar paciente y sin presiones aparentes, imponiendo sutílmente su presencia y envolviéndome con sus dulces y suaves palabras, el momento en el que poder atacar.

jueves, 17 de enero de 2008

2- PATRÓN DE LA VÍCTIMA.

Otra de las cuestiones que más debatidas estaban en aquellos años y que posiblemente aún hoy creen polémica, es ese manido y supuesto "patrón de las Víctimas de Malos Tratos".
Pues bien, aquí os expreso como era yo en aquel entonces, para que podais valorar si realmente existe algún tipo de similitud entre mi historia, mi vida y mi forma de ser, en relación a otras tantas víctimas de las cuales, en algún caso, quizás podais conocer. Comparad y deducid.

"Siempre pensé que el estado natural del ser humano, era vivir en paz respetándose a uno mismo, respetando las normas y respetando a todo cuanto nos rodea. Disfrutar compartiendo, con aquellos a quienes amamos, de todas esas maravillosas cosas que nos ofrece la vida, creí que serían los objetivos que mayor gratificación aportarían a mi existencia. Ayudar y ser ayudado……Amar y ser amado…….Escuchar y ser escuchado…...Compartir……
También sabía que son numerosas las ocasiones en las que, un ser humano, comete errores y que, así mismo, son muchas las veces en las que, por fortuna la vida, nos permite rectificar adecuadamente. Aunque ello implique, “volver a empezar” de una manera dolorosa y traumática. Precisamente por todo eso, nunca creí que “olvidarme” de mí misma, en algún momento de mi camino y entregarme al amor y al “romanticismo”, pudiese llegar a salirme tan caro y ocasionar tanto sufrimiento en mi vida y en mi entorno.
Yo era de aquellas chicas que se habían formado al ritmo de las canciones de Simon & Garfunkel, Cat Stevens, Supertamp y Pink-Floid…..Falla o Chopin……Al amparo de las novelas de Alejandro Dumas, los poemas de Antonio Machado o las peripecias de los Super Heroes de “La Marvel”…….Yo era alguien a quién le encantaban las tétricas leyendas de Bequer y más aún la fantasía y alucinaciones de Edgard Alland Poe. Prefería las películas de Walt Disney y las de Woodi Allen antes que, la Matanza de Texas o Los Niños del Maiz……Las distintas dinastías de los Egipcios y las correrías de Marco Polo por el mundo……O la vida y la obra del “Loco del Pelo Rojo” y del genial Dalí.
Yo era de aquellas personas que se deleitaban admirando como crecían las plantas, el brinco de un caballo o simplemente observando, la alegría que expresaba mi familia al estar todos juntos.
En aquellos tiempos, era de esas chicas “inocentes y tontas” que todavía creían en “hacer el bien” antes que “hacer el mal”……En el amor verdadero y de por vida……En la lucha de los ideales……En que “Dios está en todas partes y nos protege de la adversidad y de los demonios que nos rondan”. Y también creía entonces…….Que la “justicia”, era justa y sabia.
Sabía que en ocasiones, nos cegamos en mantener y defender ridículas guerras o fantasías inalcanzables, sin darnos cuenta de nuestras propias limitaciones. Y también sabía que la lucha, nos podría resultar mucho más dura y laboriosa de lo que, en un inicio, hubiésemos podido prever, aunque no por ello, debía dejar de intentarlo. Era consciente de que, quizás, ese fuera parte del riesgo que entraña “el amor” y la vida. Posiblemente por ello, nunca me acobardé a pesar de los problemas que hubiesen. Mis padres me enseñaron a ser así. A luchar. A no flaquear…..A disfrutar y valorar los triunfos conseguidos con el esfuerzo, la constancia y el tesón. A disfrutar de la superación del día a día…..¡De la superación de “esos” problemas!. A ser valiente y ser fuerte……¡No podía ser todo romanticismo y “sensiblería”! Algo que por otro lado, seguramente, era excesivo en mi. Tenía que aprender a manejar todos esos valores, además de mi sensibilidad.
Mi familia también me enseñó a no perder la dignidad y la honestidad. Y supongo que por todo eso, nunca fui transgresora de nada, además de mantenerme siempre al margen de las personas que escogen vivir en “permanente riesgo”.
Quizás fui algo rebelde y a mi aire, como “buena” artista…….Pero sin dañar a nadie, ni a nada…….¿Transgresora?......de nada. Más bien dócil y obediente……Incluso sumisa, en algunas cuestiones. Mi severo colegio, supo inculcarme bien lo que era la obediencia.
Por todo ello, con una vida tan “rica” y tan “normal”…….En definitiva, una vida feliz y plena, nunca pude imaginarme que, para cuando consiguiera despertar de este extraño estado de catarsis (que aquí me he animado a relatar), observaría entre sollozos y lamentos que, lejos de haber cumplido alguno de mis ideales o ayudar a nadie……O incluso, haberme ayudado a mí misma….. lo único que hube conseguido fue, haber perdido mi dignidad y destruido lo que con tanto trabajo, esfuerzo e ilusión, había sido construido años antes.
¡Qué desagradable se hizo ver que todo aquello en lo que había creído hasta entonces y por lo que siempre hube luchado, no me sirvió para nada!
Admitir que no podemos ayudar a quién no desea ser ayudado, también fue parte de ese duro aprendizaje.
Ahora creo que ello, debe ser prioritario para evitarnos ese odioso sentimiento de frustración y problemas innecesarios." ......

Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Callar".

ELLA.


Todos los colores del Arco Iris, inundaban con brillo y fuerza su vida, dándole un cálido tono anaranjado que iluminaba sus actos cotidianos del día a día, con el maravilloso color de la radiante felicidad. Ello otorgaba a su rostro, una gradable luz que transmitía pureza, alegría y serenidad.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

lunes, 7 de enero de 2008

DENUNCIAS....¿Útiles de verdad?....(Reflexiones)

Según los medios y la prensa, para la Justicia y el Sistema, es totalmente imprescindible que una "víctima de algo", exprese su causa sobre un escrito llamado denuncia. Al parecer, partiendo de la cantidad de las mismas, se realizan las valoraciones que la sociedad precisa para poner freno a determinados delitos y en consecuencia, la rectificación o actualización de las leyes y de los mecanismos de protección ciudadana.
Pero hasta no hace muchos años, era prácticamente irrisorio que en una comisaría de policía se aceptase la denuncia de una esposa a su esposo, por entenderse que, "ese asunto, debían solucionarlo en privado". O que "si le habían dado una paliza, sería porque se lo habría merecido". Lo mismo sucedía con las violaciones dentro del matrimonio. Ellas, no eran contempladas como tales. El marido tenía total derecho a "hacer uso del matrimonio" y la esposa a obedecer. Así pues, es comprensible que, la mayoría de los hechos sufridos por algunas de las pocas mujeres que llegaron a superar el temor a las represalias, la humillación, la confusión y la verguenza y valientemente o desesperadamente, se encaminaran a denunciar hacia alguna de ellas, magulladas, heridas en su honor, en su amor y en su orgullo, nunca llegaran a conocerse, hasta que un buen día, aparecieran muertas en sus casas o destrozadas en un hospital cualquiera. Entonces, surgió otro nuevo "comentario popular":...........¿Cómo es posible que alguien aguante, hasta llegar a esos extremos, sin separarse?.
Para nuestra sociedad, el conocimiento expreso de hechos de este calibre, gracias a la apertura de los medios de comunicación, dio origen a la dura realidad social. ¡No eran solo casos aislados en "nuestro vecindario"! Pero también dio paso a la creencia generalizada de que, una víctima de malos tratos, siempre llega a serlo, por su propia imprudencia al enamorarse de "un ser así" y "soportar" vejaciones y agresiones "innecesarias", en lugar de salir corriendo a tiempo y abandonar al agresor.
En definitiva y durante años, las mujeres hemos sido las únicas "culpables", bien por porvocar, bien por soportar, bien por no hacerlo........de todo cuanto los agresores nos hicieran. Visto este análisis, creo que bastante real, es comprensible que las denuncias de este tipo, fueran prácticamente inexistentes e incluso, muchas de ellas archivadas, sin darles lugar a trámite.
Por tanto, tomando como referencia las declaraciones de los diferentes fiscales y jueces que, a lo largo del tiempo, han ido ofreciendo sus opiniones a los medios de comunicación, podemos deducir que en la ausencia de dichas denuncias, se han escudado para, nuevamente, culpabilizar a las mujeres víctimas de malos-tratos, del gran número de delitos cometidos en estos años pasados por no darlos a conocer a tiempo y así no conseguir paliar el problema.
No obstante, hoy en día, tras las contundentes campañas publicitarias e informativas a las que nos hemos visto sometidos, la gran cantidad de ellas, han desbordado los juzgados, los normales y los "especializados", dando como fruto a que, muchas de las causas, no hayan sido tratadas con el esmero, tacto y dedicación suficiente por parte de los moradores de dichos juzgados ni de una fiscalía que, a pesar de lo que declara, parece estar poco entregada, ni mucho menos, mentalizada a comprender y averiguar.
Puede que la Fiscalía como Organismo Público, si pueda estarlo pero, ¿lo están sus fiscales? ¿Y los jueces?.........¿Están realmente capacitados y abiertos a comprender este tipo de situaciones? ¿Están dispuestos a investigar cuanto sea necesario para desentrañar justamente el delito de "malos-tratos"?..........O ¿se les hace arduo y denso comprender la confusión y la manipulación a la que han sido sometidas las víctmas?
Sabemos que los casos de malos tratos, violencia de género o doméstica, son muy complejos de desentrañar y que requieren de gran dedicación paciencia e investigación adecuada por parte de quienes competa dicha labor y que una víctima de estos delitos, rara vez está en condiciones de relatar, detallar y mucho menos defenderse. Lo que llega a los juzgados, es tan solo la punta de un gran iceberg que se camufla bajo la astucia y premeditación de los agresores. La justicia, lo sabe pero, hasta que no se cumple una nueva muerte, no autoriza determinados tipos de investigaciónes que podrían ayudar a comprender mejor la situación caótica en la que se encontraba aquella mujer mucho antes de la primera agresión conocida o incluso, de que tomara conciencia de su propia situación. Hay que estar muerta para que ello suceda.
Todas estas actitudes agrias y desidiosas, dan lugar a instrucciones defectuosas e incompletas, que en muchos casos, han llevado a la propia víctima a cumplir condenas inmerecidas y humillaciones innecesarias por parte de aquellos que debieran haberla protegido y defendido.
En la ardua caminata por los frios juzgados de mi ciudad, tuve que soportar como la justicia, con sus deformados y cansados dedos, me señalaba a mí como la autora de las trampas elavoradas sutilemente por la astucia de mi agresor y su complice. Y por mucho que yo, me desesperara e intentara dar una explicación de lo que estaba sucediendo, a ninguno de ellos les convino escuchar mi versión. Ello hubiese implicado investigar a quienes no consideraron necesario hacerlo, prefiriendo ignorar sus antecedentes penales. Eso les hubiese costado demasiado trabajo.
Separaron mis causas y me exigieron que relatara lo desconocido, lo que siempre ignoré hasta llegar a juicio y al no poder dar la respuesta esperada, sentenciaron en mi contra.
Aun hoy en día, después de casi seis años, sigo atando los cabos de una historia incompleta de respuetas para mi.
Por este motivo, en vista de determinadas deficientes instrucciones e injustas sentencias y valoraciones erroneas de según que jueces y fiscales de este pais, me gustaría preguntaros si, realmente creeis que el sistema se toma con el esmero que nos venden, las denuncias que con tanto miedo y angustia llegan a poner quienes las ponen. ¿De verdad les importa "hacer justicia"? O ¿simplemente nos usan como elemento estadistico para valorar "la salud" de su población?..........¿Puede ser que tantas campañas de información y tantas exigencias en que "se denuncie", no sea más que para callar a los contribuyentes y cubrir el expediente?.................
Para quién quiera conocer mi historia, os propongo mi blog: http://desinocallar.blogspot.com/