Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

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Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.
Mostrando entradas con la etiqueta delincuencia. Mostrar todas las entradas
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lunes, 16 de junio de 2008

23- LA MALETA NEGRA.

Centrándome finalmente en ojear los papeles que Aldo me pidió que revisara, poco a poco me fui dando cuenta de que todos ellos hacían referencia a juicios y problemas con la ley. Extrañada, puse más atención a lo que estaba viendo y comencé a leer. Aquellos documentos hablaban de un proceso penal iniciado en Lisboa ocho años antes y por el cual condenaban a mi portugués, a tres años de cárcel por robo y allanamiento de morada.
Al ver eso me dio un vuelco el corazón. No había tenido suficiente con su confesión anterior, que por si ello hubiese sido poco, lo que me quedaba por ver……¡Era aún peor!
Volví a releer con mayor atención.
Los escritos estaban en portugués y no era fácil su interpretación. Creí haber entendido mal, cuando de pronto, repasando el texto, apareció un nombre que me era familiar. Minda. Ella también figuraba en el proceso junto a otra mujer de apellidos similares. Sin embargo……¡Eran ellas las demandantes! Entonces entendí....
Aldo había entrado a la fuerza, saltando una tapia y trepando por una pared (en lo que parecía ser el domicilio de su propia suegra) robando del interior de la casa una máquina de fotos y unos álbumes fotográficos. Por aquel incidente se había celebrado un juicio y el resultado fue, que si no quería ir a la cárcel, tenía que pagar. Junto al pliego del juzgado, se hallaban un séquito de ingresos de una entidad bancaria española a una cuenta portuguesa y a nombre de un tal Sr. Gil. No pude entender cual era el total ingresado ya que las cantidades se hallaban en escudos portugueses. (Jamás conocí a Minda en persona, aunque sí por teléfono y muy al contrario de Flor, ella nunca me molestó con intrigas, ni amenazas. Conmigo siempre se mostró educada y prudente. Ahora creo que Minda, debió ser una buena mujer, posiblemente acobardada por los actos y amenazas de su ex marido.)

Mientras mantenía aquellos documentos en mis temblorosas manos, pensé que era un tanto curioso no haber visto nunca ninguna fotografía suya, al contrario que del resto de su familia. Según la versión de Aldo, ella se había quedado con todas las fotos tras su separación. Pero allí decía claramente que él…..¡las había robado de la casa!. Entonces……¿Donde estaban esas fotos?
Rápidamente me levanté de mi asiento recordando que la partida de matrimonio que Aldo había pedido a Portugal para la posterior tramitación del divorcio, la tenía yo guardada en el cajón de mi armario. Temblorosa, incrédula y con los papeles frente a mí, no terminaba de entender lo que mis ojos estaban viendo. En dicha partida, una mujer llamada como una de las denunciantes de aquel proceso, era la que figuraba como su mujer. Tragué saliva. Entonces me di cuenta del porque del aparente temor y reticencia que la tal Minda había demostrado en las conversaciones mantenidas telefónicamente con mi compañero para el trámite de divorcio. Minda no se fiaba de él y posiblemente, le tuviese miedo. Triste y confusa, habiendo creído por fin entender, pasé página.
Tras ello, nuevamente el texto hablaba de un segundo proceso.....¡Era otro distinto!.
El segundo juicio hacía referencia, a un incidente de tráfico sucedido en una población cercana a Barcelona y al parecer, de menor importancia que el anterior. O al menos, inicialmente, eso me pareció. Pero en dicho proceso, también se le reclamaban indemnizaciones a mi querido compañero. Este aún estaba vigente y pendiente de resolución. Seguí leyendo. Pero sin darme cuenta, nuevamente volví a leer en portugués. Creí que sería el anterior pero.....¡NO! En esta ocasión, hacía mención a un problema de robo de un vehículo en el cual, le era reclamado a Aldo……¡Un BMW, por unos señores de Valladolid!....Aquel también estaba pendiente de juicio. ¡No me podía creer lo que estaba viendo con mis ojos! ¿Sería ese el proceso al que el día de la lectura de cartas, él aludió, interesándose insistentemente por el supuesto indulto o la amnistía? ¿Debía deducir que yo había estado viviendo con un delincuente? ¿Quizás un ladrón o un estafador? ¿Quién era Aldo
?
Dentro de mi confusión, seguí intentando entender a duras penas, lo que mis enturbiados ojos veían. De entre el último pliego de hojas cayeron al suelo unos documentos sueltos entre los cuales, se encontraba una denuncia. En ella se hacía mención a un problema de estafa, en la que los denunciantes eran Aldo y Flor denunciando a un concesionario de la ciudad, que supuestamente les había vendido un BMW en malas condiciones y con una matrícula distinta al anterior. Dicho concesionario se negaba a hacerse cargo de la reparación del coche. Aquel era su último BMW. El de la tapicería roja que había desaparecido, supuestamente, vendido por Flor.
Observando bien los escritos y a excepción de la última denuncia, me llamaron la atención las fechas de los mismos. Los dos de Lisboa pertenecían a un periodo de tiempo de unos ocho a diez años atrás, coincidiendo prácticamente con la fecha de defunción de su madre y la separación de Minda. Los de Barcelona y Gavá eran posteriores y no muy lejanos a las fechas en las que nos conocimos.
Intentando buscar explicaciones y excusas a lo que había visto, me pregunte si sería realmente la muerte de Emi el motivo por el cual aquel hombre se había metido en tantos problemas durante aquellos años, o quizás fuera que Aldo fuese un verdadero inadaptado social.
Pensando y pensando se me fueron abriendo nuevas dudas y otra vez recordé a Candi y a mis amigos del barrio luchando por echar al portugués de su trabajo, con la “excusa” de un robo que nunca pudo ser probado. Todos aquellos avisos que yo dejé caer en saco roto sobre, quién podía ser mi amor y los comentarios sobre su amigo gitano, al cual atribuían ser un “genio” en el tráfico de las drogas y todo aquel movimiento de coches en los cuales, según parecía, los BMW tenían un papel estelar, me desencajaron. ¿Serían casuales sus amistades en San Cosme, o a caso Aldo participaba también de los “negocios” y “trapicheos” que por esos barrios se podían encontrar?
Revisé ansiosa el resto de los papeles compuestos por nóminas diversas. Parecía que trabajar, había trabajado, aunque bien era cierto que en periodos de tiempo muy cortos, ya que sus nóminas delataban duraciones entre los quince días y los tres meses. ¡Qué desastre! (pensé yo).
Una fría sensación recorrió todo mi cuerpo. ¿Dónde me había metido? Siguiendo un primer impulso y a pesar de la hora (un poco tardía), llamé a mi buen amigo el comisario de policía Julio, el cual, también había conocido al portugués y a la supuesta madre de su hija. Mi desesperación y el grado de alteración era tal, que sin querer le asusté. El me escuchó en silencio, con la misma perplejidad que yo había experimentado minutos antes. Luego me fue tranquilizando buscando respuestas mínimamente lógicas a los temores y a las dudas. ¿Quién no las hubiese buscado después de conocerlo?......Tan tierno…Tan educado….Tan cordial…..Tan sufrido.....

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

miércoles, 13 de febrero de 2008

16- LOS PRIMEROS DESCUBRIMIENTOS.

Si algo no soporté jamás fue, la mentira y la falsedad. Qué incongruencia del destino!.....Pensando como yo pensaba, ir a toparme con una situación tan extraña!

Después de descubrir, tras su confesión, que Aldo tenía procesos penales con la justica protuguesa, creí que debía replantearme mi relación.
¿Verdaderamente era ese el tipo de hombre que yo deseaba para compartir mi vida?......Evidentemente, no. Y ya me podían decir socialmente que, "todos tenemos derecho a una segunda oportunidad"!.....Yo siempre me había mantenido al margen de riesgos y de la ilegalidad y no me apetecía nada, tenerlos metidos dentro de mi hogar.
Pero en definitiva, el problema que Aldo tenía pendiente, resultó ser un "mero trámite burocrático" entre las administraciones portuguesas y españolas, que el nuevo comprador de aquel famoso BMW accidentado en la frontera, dejó de formalizar cuando él se lo vendió.
Al parecer, cuando se vende un coche matriculado en un pais y ese automovil residirá en otro, se deben legalizar las matrículas en el de destino, cambiando las placas y pagando las tasas e impuestos pertinentes en el nuevo. Eso no fue cumplido. Pero no fue cumplido, no por desidia del nuevo comprador como él me dijo, si no por otro motivo.
Nunca me pregunté si aquel coche accidentado, había sido arreglado. Al darme su versión, dí por hecho que así había sido. Tristemente, no fue así.
Casi tres años después, me enteraría de que tras aquel nefasto accidente, la vehemencia de mi compañero, lo había llevado a vender otro BMW sin autorización del dueño. El trámite de cambio de placas de las españolas a las portuguesas nunca fue realizado, por la falta de documentación. Y ese coche fue requisado por robo, por la policía de portugual, muchos años antes de conocernos.
Ese era el proceso que Aldo tenía pendiente, amenazándolo con tres o cuatro años de cárcel. Sin embargo, hasta que nuestra relación no comenzó a deteriorarse, él, mantuvo su escueta verdad, dejando que yo dedujera y creyera lo que a él le convino explicar.
Años después, cuando descubrí la verdad de todo, la minuta de su abogado portugués ya había sido liquidada desde mi cuenta bancaria y con mis ingresos. Y Aldo tenía en su haber, una sentencia favorable que le eximía de toda culpa.
Su abogado portugués, era especialista en "determinado tipo de delincuencia". Y ellos dos, se conocían de toda la vida.
No fue este el único proceso que le conocí a Aldo.
Con el transcurso de nuestra relación, descubrí que mi compañero era poco menos que, un inadaptado social, que se tomaba bastante habitualmente, la justicia por su mano cual "vengador justiciero".

Ante mis cada día más amplias dudas a seguir con esa relación, mis amigos metidos en leyes y en los temas de la justicia, me invitaban a seguir y no darle la importancia que yo le estaba dando. A fin de cuentas, según ellos, Aldo podía ser algo impulsivo e inmaduro en sus reacciones pero "era un buen chaval". Y hasta la fecha y que se le conociera, no tenía ningún proceso de verdadera emvergadura ni preocupación. Solamente eran cuestiones de "reivindicaciones mal entendidas", que le habían hecho salirse un poco de la ley. Cuando Aldo se enfadaba, se tomaba la justicia por su mano.

Recordando las palabras de la psicóloga, aquella grafóloga que analizó su caligrafía, creí que para Aldo, sería conveniente un buen tratamiento.
Llevaba meses sin trabajar, se metía en problemas cuando las cosas no salían como él deseaba, la relación con su ex iba de mal en peor y la obsesión por su hija estaba aumentando.

No debí dar oidos a mis antiguas amistades. Cuando se trabaja entre delincuentes, posiblemente, se valoran las situaciones de forma inusual. Pero para un ciudadano medio, que nunca ha tenido problemas con la ley, determinadas actitudes son de temer.
Yo confié en la poca importancia que ellos daban a la situación de Aldo.....Confié en el consejo de la grafóloga al decirme que se pusiera en tratamiento.......Y confié demasiado en unas posibilidades que creí tener y que él supo desgastar y agotar a pasos de gigante.

lunes, 21 de enero de 2008

ESTEREOTIPOS. (Reflexiones)

Dicen que los estereotipos son necesarios para delimitar las tendencias criminales que cada uno de nosotros tenemos. Los estudiosos en el tema afirman que, no hace falta estar enfermo para llegar a matar o agredir a otra persona. Al parecer, cualquiera de nosotros puede hacerlo en una situación de arrebato límite o bajo el efecto de drogas.
Sin embargo, parece ser que sí existen unos patrones concretos de actitudes y formas físicas que determinan las tendencias de algunos individuos, más proclives de lo habitual, hacia la criminiladad y la delincuencia. A principios del siglo XIX, ya se habían utilizado esas técnicas de medición.
Dichos patrones establecen unas características concretas en los rasgos de la cara, al igual que también se tienen en cuenta, la amplitud de los brazos (desde la mano derecha hasta la izquierda, con los brazos abiertos y perpendiculares al cuerpo), el tamaño de las manos o su textura (desproporcionadamente grade al resto del cuerpo), las características de la uñas (formas, colores y lunas) y así podríamos ir destacando algunos de esos esterotipos que la Ciencia Criminológica y Antropológica estableció desde hace tantos años a través de sus estudios. De todos ellos podríamos destacar los estudios del rostro, los cuales además de más visibles, acostumbran a ser los más curiosos.

Se dice que las personas con muchas arrugas en la piel de su cara, a menos que sean pieles muy resecas y castigadas por el sol, acostumbran a ser personas irascibles y enojosas.
Las líneas perpendiculares a los labios, tipo surcos laterales, acostumbran a pertenecer a personas celosas y posesivas.
El atractivo oyuelo que muchos de nosotros mostramos dividiendo la barbilla, sería otro punto más a tener en cuenta en relación a los celos.
Las personas con las cejas poco distantes de los ojos, serían personas poco analistas y dadas a los impulsos no pensados.
Los ojos juntos serían un dato que nos avisaría de tendencias delectivas en el individuo, que junto a un mentón excesivamente prominente, cara angulosa y frente corta, nos daría la imagen de un supuesto criminal en potencia. Estos son tan solo, unos pocos ejemplos de tantos y con ellos no quiero decir que todos-as aquellos que dispongan de características similares, deban de ser delincuentes en potencia.
Puede que todos estos análisis no sean más que supuestos o tendencias que, bajo una familia, medicación o educación adecuada, quizás, no se den a conocer nunca quedándo, simple y llanamente, en las características físicas de ese individuo "algo difícil y poco agraciado".
Sin embargo si a estos rasgos añadiéramos, una familia desestructurada, un padre tirano y machista y el desorden por todos lados, posiblemente el patrón de delincuente sí pueda comenzar a activarse.
¿Qué tal si ahora añadimos también, antecedentes de enfermedades mentales en la familia?

Seguramente personas en situaciones así y con rasgos similares a los descritos, serían muy fáciles de identificar por el sistema y la justicia, si no se hubiesen deshechado estos mecanismos de análisis que en su día fueron tan útiles. Pero para que el estudio fuera completo, también sería necesario averiguar su vida y su genética, además del historial delictivo sin ningún tipo de barrera geográfica.
Para los jueces y fiscales, podrían ser de valor estos informes, al poder posicionarse de una manera mucho más acertada en quién o cual de los acusados, es más proclive a la embaucación y la criminalidad. Pero aún así, este tipo de informes, al menos que se sepa, no se realizan.
Hace algunos años, se insinuó la posibilidad de incorporar en los sitemas de identificación ciudadana un anexo que guardara sus datos y características de ADN. Pero las voces populares se alzaron en contra de dichas prácticas al considerarse que, los ciudadanos, ya estamos suficientemente controlados. Y seguramente sea cierto y no sea conveniente aplicarlo sin medida a todo el mundo pero, desde luego, creo que, no sería tan descabellado aplicarlo a los delincuentes de determinados tipos.
Es muy difícil descubrirlos sin que hayan culminado su delito y sin embargo, cuando por fin llegan a las manos de la justicia, se les vuelve a perder la pista con demasiada facilidad.
Los psiquiatras y criminólogos lo saben bien. Pero parece que para nuestra justicia, se hace demasiado complicado y laborioso aplicarlos como debiera ser. ¿Será más fácil y menos costoso para todos los paises, establecer absurdas técnicas de seguimiento al preso excarcelado escurridizo y astuto como zorro o gastar los fondos públicos en pulseras controladoras que si lo desean se pueden quitar o parejas de celadores para las víctimas que anulen su intimidad, antes que establecer un buen y completo archivo de determinados delincuentes no reinsertables?
Al parecer las huellas dáctilares han sido unas de las pocas "mediciones" que se han salvado de la "quema" de nuestra moderna y práctica sociedad. Pero ellas, no nos sirven para analizar a la persona que tenemos delante. Unica y exclusivamente sirven, para saber que nosotros somos "esa" huella y nada más. Claro que sin duda, los ficheros policiales deben agradecer tantos datos nominales.

En los paises en los que la pena de muerte no existe y la cadena perpetua tampoco, como por ejemplo en España, pais en el que da la sensación de que un delincuente tiene muchos más derechos y credibilidad que la propia víctima, los maltradores en general, pasan a lo sumo, unos cuantos años en un penal y tras ello, retornan nuevamente a nuestra sociedad en búsqueda de su anterior víctima o de otra nueva a quién destrozar. Es su "modus vivendi".
Muchos de ellos, no están rehabilitados porque sus características genéticas (conectores neuronales, psicopatías) les impiden cambiar. Pero para el sistema, parece que esto, no tenga la menor importancia. ¿Cuantos jueces han ignorado los informes psiquiátricos de una prisión al recomendar que no se le dejara salir, porque el delincuente en cuestión, no estaba rehabilitado? Y siempre se escudan en lo mismo......."Cumplida la condena, hay que dejarlo en libertad" "La ley, obliga"........¿Por qué los legisladores, no actualizarán las leyes adecuándolas a las necesidades de sus pueblos?..........¿Tan lastrante y cansino es escuchar la voz popular?

Realmente me resulta muy curioso ver, como los sistemas de investigación judicial (al menos según parece ser en España) desprecian o cuanto menos, no aplican todos aquellos elementos de valoración que teniendo en su haber para evitar nuevos delitos o errores posteriores, podrían aplicar.
Mas curioso es todavía cuando, en estos momentos de nuestra historia como seres humanos, en muchas cuestiones de la vida, se tiende a recuperar la sabiduría de antaño. Y mucho más curioso es aún, ver como, casos tan complicados de diagnosticar por los especialistas psiquiátricos como son los de las psicopatías o rasgos psicopáticos, son "alegremente" omitidos y sentenciados por algunos componentes de la justicia de nuestros días sin aparentemente precisar dichos diagnósticos. A lo sumo se pide, la rápida valoración de un forense de juzgado que en 24 o 72 horas dispone de un informe simple y poco concreto. ¿Será que los psiquiatras de clínicas y hospitales son menos listos y sábios que los forenses de los juzgados?
La experiencia que yo he tenido en este sentido, me lleva a no enterder cómo es posible que cuando un psiquiatra no pudo terminar su valoración en tres dias y anunciaba que precisaría casi una semana para poder detectar con exactitud cual era el problema, en tan solo una par de horas de entrevista con un forense de juzgado, se resolvió lo "apta que era esa persona para convivir en nuestra sociedad". ¿Quizás algunos jueces y fiscales son más listos que los mismos psiquiatras?.......

La caligrafía también es algo que dice mucho del individuo, pero a pesar de ello, los péritos calígrafos son poco usados en los juzgados o al menos no con la asiduidad y profundidad que quizás fuera necesaria.

Yo creí en estas fórmulas de análisis y estudié sus manos y su rostro.
Sus manos eran fuertes y firmes, nada pequeñas en relación a su cuerpo. Dedos largos y bien formados, uñas redondeadas, con buena luna y color rosado. Sus brazos eran largos.........El era musculado y ágil, pura fibra. Su cara, también me habló. Sin embargo sus actos y comportamiento, no tenían nada que ver a lo que yo había encontrado en aquella piel arrugada y su mirada huidiza e inexpresiva, casi ida en muchas ocasiones, me hizo creer que sería por el sufrimiento acumulado.
En contacto con una psicóloga le llevé una carta manuscrita por él, para que analizara su escritura. El resultado fue revelador.
- Huye de ahí. (Me dijo)........Este hombre destroza todo lo que llega a sus manos. Puede ser un bipolar sin aceptación de tratamiento o incluso, tener personalidades múltiples. Quizás pueda ser un psicópata.-
Pero al preguntarme por la vida que había tenido, la situación en la que vivía en esos momentos y con ello, terminar su valoración, la psicóloga matizó:.............Caramba, pobre! Con razón su letra se muestra con estos trazos!..........Si es así, podrías darte una oportunidad con él pero, tendrías que conseguir que se pusiera en tratamiento. Eso le ayudaría a recuperarse y retomar el equilibrio que parece que ahora le falta. Se prudente y no te lances. Ves conociéndolo.-
Y eso es lo que yo hubiese hecho de no ser por sus fuertes y sutiles presiones.
La manipulación y las verdades "a medias" son otras de las características de estos astutos seres tan peculiares.

Ahora me vuelvo a preguntar, si una simple psicóloga llegó a bordar su personalidad, sin ni tan siquiera haberlo visto y solo a través de una carta manuscrita ¿qué podrían hacer las autoridades competentes, si se tomaran estos estudios con el mismo esmero?
Quizás les serían muy útiles estos interesantes análisis, a jueces y fiscales para sus posteriores sentencias y evitar algunos riesgos y errores, al tomar en cuenta y dar trámite, las falsas denuncias de los agresores.
A mi modesto entender, este tipo de estudios deberían ser obligados para víctimas y agresores. No establecidos a beneplácito de un juez.
Y desde luego, sea como sea, lo que si es cierto es que el código penal necesita de una buena reetructuración y no parches como los que se están poniendo.