Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

Datos personales

Mi foto
Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.
Mostrando entradas con la etiqueta ilusion. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ilusion. Mostrar todas las entradas

sábado, 2 de febrero de 2008

10- FORJANDO CAMINO.

Ante la situación tan complicada que Aldo estaba sufriendo, terminé por decidir aceptar su presencia en mi casa. Creí que caminaríamos en el mis mo sentido y hacia los mismos objetivos. Es decir, construir una vida en común. Sin embargo el tiempo demostró que, no era así.

"Nunca soporté que me abrazaran mientras dormía, pues siempre preferí sentirme “libre” durante mi tiempo de “dulces sueños”. Sin embargo con Aldo, me sentía protegida cuando me “encolomaba” (como él llamaba a dormir abrazados) y me reconfortaba sentir su respiración permanentemente en mi nuca a lo largo de la noche. Tal y como nos dormíamos……nos despertábamos por la mañana. Supongo que ni tan siquiera nos movíamos, para no estorbarnos el uno al otro.
¡Aquel hombre, ni siquiera roncaba!. Aunque tiempo después, me di cuenta de que no roncaba, ¡porque no dormía!. Aldo, muy habitualmente, sufría de insomnio.
Era dulce y delicado hasta en sus expresiones más íntimas. Siempre con mucho tacto y cuidado. Limpio y aseado. En definitiva, todo lo que creo que muchas mujeres hubiéramos deseado de nuestro “príncipe azul”. ¿Si?....Pues yo, lo tenía.
Durante los casi cuatro años que estuvimos conviviendo en mi pequeño apartamento y durmiendo juntos en aquella pequeña cama de metro veinte, jamás nos estorbamos......Hasta que llegó el último momento.
El siempre estaba contento y feliz conmigo. ¡Nunca discutíamos! Y muy habitualmente recordaba cómo nos habíamos conocido y comparaba lo “amargado” y aburrido que vivía antes de ello. Realmente le veía muy feliz y enamorado…..Y junto a él, yo también lo era.
Inicialmente no me importó ceder parte de mi “parcela” y de mi vida en el interior de mi pequeño apartamento. Ni dormir mas apretada en mi cama. Ni no disponer de la ropa de la misma cuando, él durmiendo, me la quitaba. Ni hacer cola en el baño……Ni preparar la comida para dos personas……Ni perder mi espacio en el armario y tener que apretujar mi ropa en el otro módulo…….
Pero lo que sí me importó y que siempre llevé mal en esta cesión de parcela fue, recluir a mi perrito, a un segundo plano porque, según Aldo decía, “a los perros había que tratarlos como perros que son” y según él, yo al mío, lo tenía como a un bebé mimado. Pero aunque eso fuese cierto……¡No por ello era un perro consentido!. Mi Chiqui siempre ha sido un can limpio, obediente y bien educado.
En ocasiones Aldo, se enfadaba con él como si de un rival se tratara. Aunque pronto se le pasaba y se apresuraba a jugar. Sobretodo…..cuando yo los observaba.
Es cierto que veía en mi compañero, una actitud algo forzada con “mi coleguita de cuatro patas”. Y esa era, una de las cosas que me chocaban más de él. Pero suponía y deseaba que, con el tiempo, se iría acostumbrando a su presencia.
¡Tonta! ¡Tonta y tonta!. Emilia (la veterinaria), me decía:..…- No te creas que porque hoy le ha hecho buena cara a Chiqui, está aprendiendo a quererlo. ¡Es mentira!. Lo hace por quedar bien contigo. Cuando tú te das la vuelta, seguro que le saca la lengua ó le da patadas. A una persona que piensa así de los perros….¡No le gustan hoy y no le gustan mañana!. Pero hasta que no veas por ti misma que lo que te digo es cierto, no me creerás. ¡Y ojalá me equivoque! Por el bien tuyo y el de tu Chiqui….¡Te veo tan enamorada!. Pero piensa que hay parejas que llegan incluso a romper porque, uno de los dos, no soporta ó le tiene celos al perro. Desi, eso, lo he visto yo.-
Lógicamente no la creí. Y el no creerla me pudo haber hecho sufrir más de lo que hubiese imaginado nunca.
Y mientras seguía aferrándome a la idea de que mi encantadora pareja se acostumbraría a su peludo compañero de piso, no hacía más que preguntarme……¿Cómo podía ser posible que alguien se resistiera al encanto de “mi maravilloso peluche”?.
Definitivamente Aldo, disimulando sus actitudes hacia “mi can”, me convenció de que Emilia exageraba. Y aunque este problema, en definitiva y con el tiempo, creí que se superaría, fue solo una de las cosas que nunca se llegaron a solucionar en nuestra convivencia, por mucho tiempo que hubiese podido pasar.
Lo siguiente que más me costó aceptar fue, el no poder disponer de mi tiempo y de mi coche libremente, como hasta el momento lo había hecho. El monopolizaba mi tiempo y mi libertad. Aldo necesitaba controlar lo que yo hacía y el donde y con quién estaba, continuamente y en consecuencia, disponía de mi coche, siempre que lo decidía.
En ocasiones, se llevaba mi R-5 para ir a ver a su hija o a trabajar. Con lo cual, el “paseo montañés” de mi perrito y la posterior visita, comida y tertulia familiar a casa de mis padres o con mis amigos, se convertía en algo bastante mas complicado de realizar (por no decir imposible), para mí. Pero claro está, (me decía a mí misma)……¡Si vives con alguien, no puedes seguir haciendo vida de soltera!. ¡El amor es saber compartir y respetar!.
……¡Qué lástima!.........

Esa misma frase se la debí aplicar a él, en vez de aplicármela a mí misma.

Lo de ceder cajones y módulos de armario, o no poder utilizar el baño siempre que una quiere, ni el tiempo que a una le “da la gana”……¡Pase!. Pero eso de que me requisaran el coche y me impidieran estar con mi familia, lo llevaba francamente mal. Decidí que ese problema debíamos trabajarlo a fondo pues, a fin de cuentas, el coche era mío y no estaba dispuesta a que me dejara limitada en mis salidas de fin de semana mientras él, trabajaba o visitaba a la niña, solo porque mi coche le resultara más económico de consumo que el suyo. Esa era su excusa.
Y nuevamente me tengo que llamar…¡Tonta! ¡Tonta y tonta!. Para mi desgracia, esa fue otra de mis batallas perdidas con él. ¿Fue egoísmo ó una forma más de tenerme controlada y distanciarme de los míos premeditadamente?.
Por el momento, yo acabaría cediendo a sus actos y voluntades para evitar discusiones y terminaría acostumbrándome a caminar por el asfalto con mi Chiqui, yendo sin coche a todas partes. Absurdo pero cierto.
De paso él, tenía el dominio total de la situación.
Sabía que no iría a verlo al trabajo. Sabía donde estaba en todo momento y a qué horas (con toda seguridad), iba a estar en casa; ya que…….¡No te vas a recorrer la ciudad andando y de noche, con un perro a pie!….
Con Aldo en mi vida, se había terminado la privacidad, la autonomía y la libertad. Pero yo seguía convencida de que un hombre así, merecía mucho la pena.
Pensé que con el tiempo, nos iríamos amoldando el uno al otro. ¡No en vano se dice, que los dos primeros años de convivencia, son los más difíciles de compartir!.
Pero en ocasiones, era un poco complicado para mí, aceptar sus excentricidades, pues debo reconocer que soy bastante metódica y ordenada en mis cosas. De hecho soy, de las que hoy coloco aquí un cenicero y dentro de diez años, ese cenicero, deberá seguir en “su sitio”, a menos que yo, haya decidido cambiarlo de lugar.
¡Aldo era la antítesis del orden! Y en un apartamento de cuarenta y pocos metros cuadrados......O pones orden en tu vida, ó el caos te puede devorar. Conseguir que se acostumbrara a guardar sus cosas y que no tocara o chafardeara las mías fue, otra de las tareas mas arduas para mí. De hecho……¡Tampoco lo conseguí!. Así hubiese colocado candados y cerrojos en todos los cajones y puertas del apartamento……Aldo, hubiera conseguido abrirlos y seguramente habría seguido chafardeándolo absolutamente todo. Era totalmente necesario para él, controlar toda mi vida y saberlo todo.
Años después, conocí el por qué de su obsesión. En aquel momento, simplemente, no comprendí……¿Cómo se podía llegar a ser tan sumamente chafardero?."
"Mi gran memoria, me permitía darme perfecta cuenta de cuando había metido mano en mis cajones ó a mis papeles. ¡Aquello me indignaba!. ¡Era superior a mi!. Y me preguntaba....Si yo no le toco nada, ¿por qué demonios tiene que meter sus narices en lo que no es suyo!?. Pero cuando le preguntaba, siempre me daba una buena respuesta:.....- Estaba buscando las tijeras, ó.....Estaba buscando un apartado en tu carpeta que me permitiera espacio para guardar mis documentos -…….
Y yo, qué le iba a decir....¡Pues nada!, porque si tienes que desconfiar de la persona con quién duermes, ¿a donde vamos a llegar?. ¡Me sentía como una boba malpensada! Y al día siguiente, le compraba una carpeta nueva para que él guardase en ella sus documentos más privados, intentando evitar así, que siguiera revolviendo en los míos. Pero la carpeta nueva, nunca le duraba más allá de dos días pues, curiosamente y sin saber por qué motivo, la mayor parte de las cosas que yo le compraba o regalaba, desaparecían casi de inmediato de casa.
Según él, las perdía. Sin embargo, algunas de “esas cosas” (como por ejemplo las joyas), al cabo del tiempo, extrañamente, volvían a aparecer en casa.
Sus excusas en estos casos eran, decirme que las había llevado a una casa de empeño para poderme dar dinero en los momentos de ausencia de trabajo, ó que simplemente, las había perdido y vuelto a encontrar o prestado a su hija.
En las mañanas de domingo, le gustaba levantarse pronto y bajar a visitar a su niña antes de empezar a trabajar. Después de ver a Lauri, regresaba a casa, preparaba el desayuno y sirviéndomelo en la cama, lo compartía conmigo. Luego, se quedaba echado……Dormitando a mi lado, hasta que yo me levantaba.
Aldo tenía problemas crónicos de sueño por lo que a veces, se quedaba dormido a las horas más inverosímiles. Eso, al principio, tampoco fue ningún problema.
A la hora de comer, lo mismo preparaba él la comida o podía ser yo la cocinera de esa jornada. Y cuando le daba a él por cocinar, puedo asegurar que, con sus platillos portugueses.... ¡Te chupabas los dedos!. ¡Ah!....Y además, las tardes de Domingo…..¡Me las dedicaba integras a mí, porque no le gustaba el fútbol!.
Aquello era increíble pero, cierto. Aldo era……¡“El no va más”! Decididamente era el hombre de mi vida......A pesar de todo. Chafardero, desordenado y posesivo. ¡Pero genial! "


Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Callar".

viernes, 1 de febrero de 2008

8- PRESIÓN.

Ante mi resistencia a aceptarlo en el hogar e intentar frenar sus impulsos, en el vano intento de conocernos más a fondo antes de tomar una decisión, Aldo incrementó brutalmente su presión.

"Durante la semana siguiente, Aldo vino a visitarme (cada noche sin falta), a la salida de su trabajo.
Sobre las dos de la madrugada, llegaba a la puerta de casa y daba un discreto timbrazo, mi perro se despertaba, daba un tímido ¡guau! y yo me levantaba contenta y muerta de sueño para recibir a mi amor. Ponía música, le servía su “chupito” y sentados en la cama, apoyados uno sobre el otro, compartíamos una hora ó dos de animada conversación. Charlábamos sobre cómo había ido el día, planes de futuro, broncas con su ex, qué tal mi negocio etc. etc……Después, se despedía y se marchaba respetuosamente a su casa.
Cada mañana me llamaba para darme los “buenos días” y comprobar que no me quedara dormida. El era muy consciente de que al romperme el sueño e ir cansada, sería posible no oír el despertador cuando sonara. Parecía ciertamente muy considerado. Todo en él, era tacto y delicadeza.
Pero ahora, al analizar lo relatado, dudo de si lo hacía por estar enamorado de mí ó simplemente fue una treta para obligarme a decidir con mayor premura. A mayor cansancio, mayor prisa tendría yo por resolver la situación.
Estaba claro que mientras él siguiera fuera de casa, yo seguiría recibiendo sus visitas y rompiendo mi sueño, lo cual originaría en mí, el deseo de terminar las “noches de sueño interruptus” y ello, precipitaría su entrada en casa que, en definitiva…..era lo que él deseaba. Pero ese detalle, al igual que otros, no los vi hasta mucho tiempo después.
Mientras tanto yo, seguía feliz aunque “hecha polvo” y durante el día, comentaba con mi amiga Francis, como había transcurrido la visita de rigor de Arnaldo. Mis dudas, mis miedos.......¡En fin!. Esas cosas que la mayoría de las personas comentamos cuando nos sentimos inseguras en una situación. Entre dudas e hipótesis, transcurrían nuestras conversaciones. Pero en definitiva, fue mi cuñada Marta, la que me dio el argumento que yo necesitaba para decidirme. ¡Ya no éramos niños!......Y ambos, estábamos de vuelta......digamos que, de “unas cuantas cosas”.
A mi él me encantaba y Arnaldo necesitaba una solución rápida a su problema. ¿Qué había de malo en facilitarnos las cosas y darnos un voto de confianza?....... - A fin de cuentas, si la cosa no funciona.......¡Se deja!.....intentando no perjudicar a nadie y……¡Listos!. Para algo sois adultos.- (Añadió). - ¡No te lo pienses más Desi!. ¡Ya has sufrido mucho!. Tienes derecho a ser feliz y tener tu pareja. ¡No tienes porqué pensar que esta vez también se tiene que estropear!. ¡Sé positiva!. Esta vez saldrá bien. Ya lo verás.-
Marta tenía razón. Mi cuñada era una chica muy sensata a pesar de su juventud.
Así que durante esa semana, entre los consejos de Francis y los de Marta, empecé a ver las cosas más claras. Además.......¡El sueño me mataba! ¡No podía seguir así!.
Supongo que mi naturaleza positiva e impulsiva, me invitó a resolver con rapidez. Y ese mismo fin de semana, le di permiso a Arnaldo para que trajera sus cosas a casa. A partir de ese momento.........Dejó de ser “el Arnaldo” para pasar a ser “mi Aldo”.
(Ahora me doy cuenta de lo que vale escucharse a una misma. Siempre se dice que es muy importante la intuición, pues es, como la voz de un “Guía Protector” ó nuestro “Pepito Grillo” que nos aconseja desde el interior. ¡A mi esa voz me frenaba!. La oía pero.......No la quise escuchar. Tan solo tomé conciencia de lo que me decía, algunos años después. Pero en aquellos tiempos, la ilusión, me provocó una grave sordera.)"

"Estábamos casi en el final de mes. Aldo había traído ropa, zapatos y distintos enseres a casa. Pero lo hacía con lentitud. Muy poquito a poco. Y a mí, me extrañaba mucho su actitud.
Al preguntarle, decía que era para que, “la otra”, no se enterara de que “se estaba yendo” pues, si se percataba de lo que él estaba haciendo, no le dejaría sacar sus cosas del piso.
Habían días en los que venía con dos ó tres camisas puestas, una encima de la otra. ¡Yo no entendía nada!.
- Pero Aldo…..¿No erais vosotros los que teníais prisa en regularizar vuestra situación? (le preguntaba).- Y él me respondía que Flor era, ¡tan variable! que tan pronto decidía una cosa, como otra. Así que para evitar problemas ante su hijita, prefería hacer las cosas de esa manera, porque de otra forma……”se le podría complicar todo”.
La verdad es que durante los cuatro años de convivencia, me di cuenta de que él tenía razón. Y durante muchos meses después de su llegada, aún siguió trayendo ropa a casa que, según él dijo.......”Flor, la tenía escondida bajo la cama”.
Todo aquello me parecía muy lamentable. La vida que Aldo había tenido con aquella mujer, debía haber sido un horrible infierno. ¿Qué tipo de relación habrían mantenido ellos dos, para tener que llevar a cabo una ruptura tan extraña?.
Pero lo cierto es que, a pesar de algunas cosas “algo raras” (siempre relacionadas con Flor y su hija), entre nosotros, los días, iban transcurriendo tranquilos y felices como cualquier pareja de recién enamorados. Después de mis dos anteriores relaciones, la paz y tranquilidad que Aldo me proporcionaba con su compañía, cariño y dedicación, la agradecía cada mañana."

Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Calar".

jueves, 24 de enero de 2008

6- SEIS AÑOS ANTES.



Seis años antes de conocerle a él, por fin pude conseguir mi mayor ilusión, alquilar el pisito de mis sueños con opción a compra.
Recuerdo el dia que la administradora de la finca me lo mostró, después de soportar la gran cola de supuestos interesados en el.
Al abrir la puerta del pequeño piso, una cálida luz de color anaranjado se estampó en mi rostro. El agradable ambiente que se respiraba y el sosiego que sentí al verlo, fueron las pistas que seguí para hacer el esfuerzo de contratarlo.
Era un pequeño apartamento que no llegaba a los cincuenta metros cuadrados. Sencillo, espacioso, luminoso y muy bien ventilado. Su orientación era tan perfecta que, los rayos del sol lo inundaban desde la diez de la mañana hasta bien entrada la tarde. Tranquilo, muy tranquilo. Situado en la parte posterior del edificio, daba al interior de una gigantesca manzana, dentro de la cual, las terrazas y amplios patios ajardinados ofrecían un lugar perfecto para los ruiseñores y los jilgueros que anidaban en él.
La vista era inmejorable. Situado casi al pie de la montaña del Tibidabo me regalaba con su majestuosa presencia a lo lejos y el aire limpio y fresco de la sierra.
El barrio en el que estaba, pertenecia a las famosas "Zonas Altas", tan cotizadas en las grandes ciudades. La calle, a pesar de ser corta y estrecha, era una callecita sin salida a los vehículos que favorecía la tranquilidad de la zona. Realmente mi apartamento era, una pequeña isla de paz dentro de la ruidosa y contaminada ciudad.
Las cosas que me enamoraron de él fueron, su luminosidad y ámplios ventanales, su enorme bañera y la opción a compra.

Aquel pisito, modesto y humilde había sido la ilusión de mi vida. Una vida llena de altibajos y decepciones amorosas que me habían llevado a decidir que sola, estaría mucho mejor que mal acompañada.
En el, junto a mi perrito, fui muy feliz!!!! El y yo éramos los reyes de la casa y nadie nos mandaba, ni nos desordenaba, ni turbaba nuestra paz.
Me costó mucho sacrificio sacar el negocio a flote y seguir pagando el alquiler del piso sin ayuda de nadie. Para mí era, mi mayor triunfo......mi logro. Me sentía orgullosa de haberlo conseguido por mí misma y trabajaba con ahinco y sacrificándome gustosa para poder ahorrar, mientras esperaba el momento de la oferta de la compra. Mis ambiciones eran simples, no deseaba más. Allí, yo esperaba envejecer.
Unos metros más arriba, en la plaza, estaba situado el parking en donde guardaba mi coche durante toda la semana, a la espera del paseo por la montaña de los domingos. A mi noble compañero y a mi, nos ayudaba a desconectar del asfalto y recargábamos las pilas rodeados de aromáticos pinos.

jueves, 17 de enero de 2008

2- PATRÓN DE LA VÍCTIMA.

Otra de las cuestiones que más debatidas estaban en aquellos años y que posiblemente aún hoy creen polémica, es ese manido y supuesto "patrón de las Víctimas de Malos Tratos".
Pues bien, aquí os expreso como era yo en aquel entonces, para que podais valorar si realmente existe algún tipo de similitud entre mi historia, mi vida y mi forma de ser, en relación a otras tantas víctimas de las cuales, en algún caso, quizás podais conocer. Comparad y deducid.

"Siempre pensé que el estado natural del ser humano, era vivir en paz respetándose a uno mismo, respetando las normas y respetando a todo cuanto nos rodea. Disfrutar compartiendo, con aquellos a quienes amamos, de todas esas maravillosas cosas que nos ofrece la vida, creí que serían los objetivos que mayor gratificación aportarían a mi existencia. Ayudar y ser ayudado……Amar y ser amado…….Escuchar y ser escuchado…...Compartir……
También sabía que son numerosas las ocasiones en las que, un ser humano, comete errores y que, así mismo, son muchas las veces en las que, por fortuna la vida, nos permite rectificar adecuadamente. Aunque ello implique, “volver a empezar” de una manera dolorosa y traumática. Precisamente por todo eso, nunca creí que “olvidarme” de mí misma, en algún momento de mi camino y entregarme al amor y al “romanticismo”, pudiese llegar a salirme tan caro y ocasionar tanto sufrimiento en mi vida y en mi entorno.
Yo era de aquellas chicas que se habían formado al ritmo de las canciones de Simon & Garfunkel, Cat Stevens, Supertamp y Pink-Floid…..Falla o Chopin……Al amparo de las novelas de Alejandro Dumas, los poemas de Antonio Machado o las peripecias de los Super Heroes de “La Marvel”…….Yo era alguien a quién le encantaban las tétricas leyendas de Bequer y más aún la fantasía y alucinaciones de Edgard Alland Poe. Prefería las películas de Walt Disney y las de Woodi Allen antes que, la Matanza de Texas o Los Niños del Maiz……Las distintas dinastías de los Egipcios y las correrías de Marco Polo por el mundo……O la vida y la obra del “Loco del Pelo Rojo” y del genial Dalí.
Yo era de aquellas personas que se deleitaban admirando como crecían las plantas, el brinco de un caballo o simplemente observando, la alegría que expresaba mi familia al estar todos juntos.
En aquellos tiempos, era de esas chicas “inocentes y tontas” que todavía creían en “hacer el bien” antes que “hacer el mal”……En el amor verdadero y de por vida……En la lucha de los ideales……En que “Dios está en todas partes y nos protege de la adversidad y de los demonios que nos rondan”. Y también creía entonces…….Que la “justicia”, era justa y sabia.
Sabía que en ocasiones, nos cegamos en mantener y defender ridículas guerras o fantasías inalcanzables, sin darnos cuenta de nuestras propias limitaciones. Y también sabía que la lucha, nos podría resultar mucho más dura y laboriosa de lo que, en un inicio, hubiésemos podido prever, aunque no por ello, debía dejar de intentarlo. Era consciente de que, quizás, ese fuera parte del riesgo que entraña “el amor” y la vida. Posiblemente por ello, nunca me acobardé a pesar de los problemas que hubiesen. Mis padres me enseñaron a ser así. A luchar. A no flaquear…..A disfrutar y valorar los triunfos conseguidos con el esfuerzo, la constancia y el tesón. A disfrutar de la superación del día a día…..¡De la superación de “esos” problemas!. A ser valiente y ser fuerte……¡No podía ser todo romanticismo y “sensiblería”! Algo que por otro lado, seguramente, era excesivo en mi. Tenía que aprender a manejar todos esos valores, además de mi sensibilidad.
Mi familia también me enseñó a no perder la dignidad y la honestidad. Y supongo que por todo eso, nunca fui transgresora de nada, además de mantenerme siempre al margen de las personas que escogen vivir en “permanente riesgo”.
Quizás fui algo rebelde y a mi aire, como “buena” artista…….Pero sin dañar a nadie, ni a nada…….¿Transgresora?......de nada. Más bien dócil y obediente……Incluso sumisa, en algunas cuestiones. Mi severo colegio, supo inculcarme bien lo que era la obediencia.
Por todo ello, con una vida tan “rica” y tan “normal”…….En definitiva, una vida feliz y plena, nunca pude imaginarme que, para cuando consiguiera despertar de este extraño estado de catarsis (que aquí me he animado a relatar), observaría entre sollozos y lamentos que, lejos de haber cumplido alguno de mis ideales o ayudar a nadie……O incluso, haberme ayudado a mí misma….. lo único que hube conseguido fue, haber perdido mi dignidad y destruido lo que con tanto trabajo, esfuerzo e ilusión, había sido construido años antes.
¡Qué desagradable se hizo ver que todo aquello en lo que había creído hasta entonces y por lo que siempre hube luchado, no me sirvió para nada!
Admitir que no podemos ayudar a quién no desea ser ayudado, también fue parte de ese duro aprendizaje.
Ahora creo que ello, debe ser prioritario para evitarnos ese odioso sentimiento de frustración y problemas innecesarios." ......

Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Callar".