Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

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Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.
Mostrando entradas con la etiqueta mentiras. Mostrar todas las entradas
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jueves, 14 de febrero de 2008

18- UNA EXTRAÑA ACTITUD.

Aquella noche, al regresar a casa de la cena familiar, no “abrí la boca” en todo el trayecto. Esperé paciente a que Aldo me diera alguna explicación, pero el siguió callado, con su mirada agachada sin decir ni “mú”. Después de aparcar el coche, subió al piso, se desnudó y se metió rápidamente en la cama, dándome la espalda bruscamente.
Su actitud inusual, me desconcertó totalmente. Deduje que habiéndose sentido “pillado” en su mentira y habiéndose “pasado de listo” conmigo, sabía que yo le pediría cuentas. Y eso, era obvio que, por el momento y por el motivo que fuera, no estaba dispuesto a hacerlo. Creí que preferiría consultar con su almohada, para encontrar una convincente respuesta que darme. Así que esperé.
Pero a la mañana siguiente, salió mas pronto que de costumbre de casa, dándome la excusa de que, “tenía que llevar a la niña al colegio porque la madre estaba enferma y no podía llevarla ella”.
Aldo no llamó en todo el día por teléfono. Si yo marcaba su número de móvil, estaba apagado ó fuera de cobertura.
Extrañada y sorprendida, tuve la sensación de que “ese”, no era mi Aldo. ¡Esas actitudes no eran propias de él!. Hasta la fecha, nunca se había comportado así conmigo y siempre estuvo dedicado a mí....Si tenía cosas que hacer que le impidieran acompañarme, continuamente llamaba por teléfono para darme razón o saber de mí. (Mi compañero era adicto a los móviles y sus facturas telefónicas, ¡eran de susto!. Y al igual que ya sucedía con la madre de su hija, conmigo, era como si no supiera estar ni cinco minutos sin el permanente contacto.) Entonces……¿Por qué no me llamó en todo el día?
Hasta ese momento, mi pareja había sido siempre un buen y cordial comunicador. ¿Qué era lo que le estaba pasando?. ¿Le habría sucedido algo que no veía oportuno contar?. ¿Cual era su problema?

Recuerdo que aquella jornada, la viví con especial preocupación por no saber nada de él en todo el día. El único consuelo que hallé para tranquilizarme fue, pensar que pudiera estar enfadado con su propia metedura de pata. Quizás esperase que a mi se me pasara el enfado, “forzando la máquina” con su silencio. Pero lo cierto era que desde hacía unas semanas y ya antes de la Semana Santa, Aldo no estaba "normal". Y si habitualmente se le podía calificar como un conductor brusco y temerario, todavía con más motivo en situaciones de especial nerviosismo ó cuando no se sentía “centrado”, tal y como yo tenía la sensación de que estaba siendo el caso.
En el poco tiempo que le conocía, ya había sufrido tres accidentes, uno de los cuales (con el Peugeot), fue bastante grave. Y los peores incidentes al volante que llegó a tener a lo largo de su vida, siempre fueron coincidentes con sus crisis personales. (Como por ejemplo sucedió al fallecer Emi -su madre-, que a la vez coincidió con su segunda separación de Minda y aquel incidente con el BMW.)
¡Pues tal y como yo lo veía en aquellos días, me temía lo peor! Además sabía, que si sucediera algo, por desgracia, yo sería la última en enterarme.
Aldo todavía seguía empadronado en su antiguo domicilio y Flor (por lo que él me contaba) no sentía hacia mi persona, el mas mínimo aprecio. Ella estaba deseosa de recuperar al portugués y figurar a toda costa como su pareja. Por ese motivo y en el caso de suceder alguna cosa, deducía que ella, no me avisaría. Y ese pensamiento……¡Aún me angustiaba más!.

Era tarde y mientras daba forma a mis pensamientos, me quedé medio traspuesta sentada frente al televisor. Creí no haber pasado mucho tiempo entre sueños, cuando de pronto, el sonido de las llaves en la escalera, me despertó.
Incorporándome medio dormida, esperé a verlo entrar para saber si estaba bien. Al mirar el reloj, me dí cuenta de que habían pasado las dos de la madrugada. Aldo……¡Jamás había llegado tan tarde a casa sin tener trabajo y menos aún, sin avisar de su tardanza!. Pero lo peor de todo fue, que siguió con la misma actitud fría y distante del día anterior. Al entrar, me miró con recelo y sin mediar palabra, se quitó la ropa y se puso a dormir.
Nuevamente sorprendida por su actitud, le pregunté preocupada:....- ¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo?.-
La verdad es que en apariencia, se le veía perfectamente....Pero tuve que conformarme con mis deducciones pues, tampoco obtuve la respuesta deseada.
Sin comprender que era lo que estaba pasando, me senté en el sofá con las piernas cruzadas y me quedé recordando la conversación mantenida con mi padre, del día anterior. ¿Quizás yo hubiera hecho algo incorrecto que le hubiese molestado?....
Mientras él dormía, yo seguía repasando....Escena a escena, palabra por palabra.....¡Pero no conseguí entender nada!. ¿Qué era lo que había hecho yo?. ¡Aquella situación me estaba creando un sentimiento de culpa innecesario!.
Ya de mañana, agotada de tanto analizar, totalmente desvelada y sin haber dormido nada, me sobresaltó el sonido de su móvil.
El se apresuró a responder antes de que yo lo pudiera contestar y limitándose a escuchar sin apartar la mirada de mí, borró la llamada y lo apagó rápidamente. Acto seguido, se levantó y sin ducharse, se vistió con la misma ropa sucia del día anterior. Después, se marchó.
La tristeza empezaba a hacer mella en mí. Ya no me sentía “guerrera” y con ganas de pedirle explicaciones. En esos momentos, mi preocupación era, averiguar que estaba pasando con nuestra relación.

Aldo era muy hábil. Con su drástica actitud, había conseguido que yo pasara del enfado a la tristeza y del pedir explicaciones, al miedo de que la relación se rompiera.

Los días siguientes, pasaron más ó menos de igual forma. Y cada vez que yo intentaba acercarme a él y preguntar, me volvía a encontrar con su frialdad y su silencio. Su desagradable actitud y su estrategia, duraron hasta el siguiente fin de semana.
Las llamadas extrañas a su móvil a las horas más intempestivas, se sucedieron día tras día. En ocasiones discutía. Pero la mayor parte de ellas, se limitaba a escuchar. Parecía como si alguien quisiera recordarle algo similar a:…...”¡Hola! ¡No olvides que estoy aquí!”. Y yo empezaba a tener claro quién podía ser esa persona.
(Flor y yo sin conocernos, ya nos llevábamos mal. Con el tiempo llegué a odiarla como jamás creo que podré odiar a nadie. Y ese sentimiento, estoy segura de que -a día de hoy-, a pesar del tiempo transcurrido, sigue existiendo plenamente en ella. Quizás hoy, incluso, mas aún que en aquel entonces, tras todo lo sucedido años después.
Con el pasar de los meses, me fui dando cuenta de que siempre estaba en el lugar adecuado, justo en el momento más inoportuno para mí, pero más útil para ella. Sin embargo, la necesidad de sacar a flote mi relación, me enseñó a contrarrestarla. Aunque es cierto que nunca pude perdonarle que me obligara a vivir en permanente defensa. Para mí, ello, jamás hubiese sido necesario. Para ella, fue su obsesión.)

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

17- SOSPECHOSAS DESAPARICIONES.

Y mientras mi familia estaba fuera de la ciudad y yo me sacrifiqué por no dejarlo solo y hacerle compañía, a la vez que darle apoyo, la actitud de mi compañero cambió sospechosamente, como de la mañana a la noche.

"Un buen día Aldo, empezó a levantarse pronto nuevamente, sin regresar a casa hasta las once de la noche. Llegaba cansado y con las manos llenas de pintura.
Aquellas fiestas de Semana Santa, las pasé total y absolutamente sola. Ni Jueves Santo, ni Viernes, ni Sábado, ni tampoco el Domingo ó el Lunes de Pascua, pude disfrutar de su compañía. Y yo me decía a mí misma:….- Para estar así, mientras él hace pruebas en distintos lugares……¡Me podía haber ido con mis padres!.- Y tras esa conclusión…..¡Me sentía doblemente fastidiada!.
Una semana después, al coger mi coche una mañana, encontré sobre el salpicadero del mismo, una pequeña nota manuscrita en lápiz en la que se leía con toda claridad lo que era una lista de horas trabajadas en distintos días de la semana, desde hacía quince días atrás, hasta la fecha.

Al leerla me dí cuenta de que, mientras yo creía que mi compañero estaba haciendo pruebas en distintas empresas, la realidad era que estaba trabajando en algún sitio desde hacía quince días y no me había dicho nada.
O sea que……¡Yo seguía gastando en teléfono y prensa concertándole entrevistas de trabajo y confeccionándole con todo mi esmero sus curriculums y él, no solo no acudía a las visitas, sino que encima, teniendo trabajo, no fue capaz de comunicármelo!......
Evidentemente aquello me enfadó mucho. Su comportamiento me sonó a una buena tomadura de pelo. Pero......¿Por qué actuó de esa forma?
Al preguntarle por la noche, me dijo que había empezado a trabajar de encofrador en una empresa de la costa y que no quería decir nada, hasta saber con total seguridad, si entraba en la plantilla de la misma. Por el momento, solo tenía un contrato por Obra y Servicio. Y con la finalización del mismo, posiblemente, pudieran hacerlo fijo.
A pesar de mi extrañeza, (ya que desconocía totalmente los conocimientos de albañilería del portugués), me alegré por todos. El necesitaba tener ingresos y una ocupación, la niña su pensión y yo estabilizar la economía de mi casa. Así que tras su explicación, preferí olvidar mi enfado y me volví a sentir mal conmigo misma, por haber desconfiado de mi pareja. ¡Pero si aquel hombre “era un pedacito de pan”!......¡Mira que eres tonta, Desi!…..¿Cómo te va a engañar?....¡Con lo que Aldo te quiere!........(Me dije).
Pero con el regreso de mi familia de sus vacaciones de Pascua y tras reunirnos en casa, fue allí donde por casualidad, conocí la verdad y el engaño.

Durante el encuentro con su suegro y en una animada conversación, Aldo le comentaba a mi padre que, a pesar de no trabajar aún en empresa alguna, tenía ya un puesto asegurado en un sitio, aunque no comenzaría a trabajar, hasta el mes de Mayo.
Evidentemente el animado dialogo que mantenían ambos, demostraba la alegría por la buena noticia.
Yo escuchaba perpleja al pie de la puerta del comedor sin mediar palabra, mientras extrañada, los miraba. ¿A quién estaba mintiendo, a mi padre o a mí?
Supongo que con las ganas de darse importancia ante su suegro, Aldo olvidó totalmente, el argumento que días antes me dio a mí.
Cuando el portugués se percató de mi presencia, mirándome con seriedad, se calló. Y yo me pregunté en aquel instante; Si la versión que le estaba dando a papá era la real.......¿Qué demonios había estado haciendo durante aquellas semanas y todos los días de fiestas? ¿Por qué me dijo a mí que ya estaba trabajando, si a papá le había dicho que aún no había empezado?. Además, si había trabajado.....¿Donde estaba el dinero cobrado de las horas apuntadas en aquella lista?. Y lo mas importante……¿Por qué estaba mintiendo?.
(Eran muchas las cosas en esta vida que yo podía perdonar y tolerar. Quizás incluso.....¡Demasiadas!.
Seguramente era en exceso tolerante y confiada…...Pero si de verdad había algo que para mi jamás hubiera tenido disculpa, era el mentir y el matar. O en definitiva, hacer daño a alguien, con total conciencia de ello)".


Resrevados todos los derechos de autor-2007."Las Cosas que no se Deben Callar".

sábado, 9 de febrero de 2008

15- UN SUPUESTO CHANTAJE.

Aldo estaba metido en una difícil encrucijada. De una parte sus sentimientos. De otra.....Sus convicciones. A fin de cuentas y antes de su separación (bien o mal avenidos) tenía una mujer que, más o menos, lo cuidaba. Tenía una hija, su piso, su coche y su trabajo. No podía casarse porque no estaba divorciado.....Pero en definitiva, tenía todo aquello que sus padres le habían inculcado y aunque fuera un “hogar de mentira”, era su único hogar. Pero.....¿Y el amor? ¿Donde quedaba el amor?.....
Cuando él me expresó su deseo de separarse definitivamente de Flor dijo que……"¡Ya no aguantaba mas!" pero, que le daba mucho miedo pensar en lo que pasaría con su hija si él se separaba de ella. Aldo no confiaba en la madre y no quería imaginar como se sentiría la niña sin su papá. Lauri estaba enormemente unida a él.
Entonces me di cuenta de que las lágrimas se le escapaban de los ojos, mientras intentaba mantener su aparente frialdad.
¿Quién dijo que los hombres no deben llorar?. ¡Aquel hombre tenía todo el derecho del mundo a expresar su dolor! A patalear. ¡A rabiar!. Porque……Si todo lo contado era cierto.....¿Cómo se podía sentir?......
Tras su pérdida de empleo y su aparente desánimo al no conseguir otro nuevo......Humillado, utilizado, manipulado, maltratado, engañado......Y solo nos faltaban las presiones de Flor.

.....Se seguían viendo problemas legales y encierro. En verdad y para ser sincera, debo decir que lo achaqué a las ansias de dinero y de venganza que se detectaban en una mujer. Para mi, estaba claro el mensaje. Si no regresaba con ella, Flor le buscaría muchos problemas.
Aldo comenzó a inquietarse. De pronto, me dijo muy enfadado:.....- ¡Pues no estoy dispuesto a darle ni un céntimo más!. ¡Ya me ha robado bastante! ¡Y estoy decidido a recuperar la herencia de mi madre, aunque para ello, tenga que quitarle a la niña!.-
Añadió que, en el momento que él quisiera, a Lauri, la recuperaría.
¡Yo no tenía ni idea de lo que me estaba hablando!. Hasta ese día, jamás hubo mencionado nada sobre la herencia entregada a Flor. Pero entonces, recordé sus comentarios en torno a la defunción de Emi y el reparto de la herencia entre los hermanos.

....Fue entonces cuando me explicó que Flor, estaba tremendamente desequilibrada. Que solo había trabajado cuando la conoció y que desde entonces hasta la fecha, vivieron del dinero que a Aldo le quedó de la herencia de su difunta madre.
Al parecer Emi, disponía de tierras. Y con su defunción, sus seis hijos, cobraron los escudos correspondientes tras la venta de las mismas.
El entregó a Flor una cantidad considerable, para asegurarle el futuro a Lauri. Con el resto, se compró y comenzó los arreglos de una pequeña casita en un pueblo llamado Pombal, por aquello de tener algo “en la tierra que le vio nacer”. Durante algún tiempo, aquel hombre, no trabajó. Y por supuesto (al parecer) Flor, tampoco.
El se dedicó a arreglar y poner a punto su casita en Portugal. Y ella, según él......a vaguear.
Por aquel entonces, a pesar de tener ya a la niña, la familia de Aldo nunca estuvo de acuerdo con las características de la que le había hecho padre. El era el hijo de un honorable Oficial de la Policía y a demás el sobrino del Alcalde. Ella, simplemente, una analfabeta. Así que sintiéndose no admitida por su familia y desplazada en tierra ajena, decidió volver a España con su hija y abandonar al padre. Aldo se vio obligado a regresar si quería seguir junto a la niña. La historia vivida con Minda, se repitió con Flor.
Con la inversión efectuada en la casa y los operarios a medio pagar, corría el riesgo de perderlo todo. Pero él esperaba poder retornar en algún momento a su tierra portuguesa, después de haber convencido a su pareja de que debían regresar. Sin embargo, el destino, nuevamente le jugó una mala pasada. Y un problema judicial pediente relacionado con unas matrículas no legalizadas de un coche, dieron como fruto una orden de búsqueda y captura (por parte de la justicia portuguesa) que no le permitió volver a su tierra durante muchos años. Ese proceso todavía estaba pendiente de resolución.
Aldo se había quedado sin dinero para pagar a los abogados que tramitaban su defensa, sin casa y sin herencia.
De regreso a España, buscó nuevamente trabajo, mientras que Flor, siguió negándose a trabajar.
Ignoro que pasó con el dinero que él le dio a su compañera pero, es muy probable, que ella lo tuviese bien guardado, mientras nos lloraba y reclamaba dinero para mantener a su niña. ¡Menuda era Flor para soltar un duro!. ¡En la cuenta había entrado y muy posiblemente de la cuenta, ya no iba a salir mas!
Mientras tanto, Aldo seguía teniendo sobre sí un proceso penal con la justicia en Portugal que no le permitía (ni tan siquiera) ir a visitar a su familia. Pero supongo que a ella eso, no le importó.
Escuchando todo lo relatado sobre el carácter de la madre de su hija, era fácil entender que, posiblemente, por venganza a la no aceptación de su familia política y conocedora de que lo único con lo que le podía retener junto a ella era la cría, actuar de esa forma, fuera la manera mas fácil de tenerlo sometido a sus voluntades.
Supongo que por todo ello, la tachaba de egoísta y sinvergüenza y su ira conta ella, era imposible de superar.

....Siempre según la versión de Aldo y siguiendo con “su verdad”, me explicó algo que me chocó enormemente. Dijo que Flor no era la madre real de la niña. Que aceptó figurar como tal, a cambio del dinero que la verdadera madre le dio. (Al parecer, la supuesta madre de verdad, era la dueña del bar en donde trabajaba Flor cuando la conoció.). Me había mentido.
Aquella mujer, mantuvo relaciones con Aldo habiéndose quedado embarazada de él pero no quiso hacerse cargo del bebé.
Mi compañero siguió contando que, aquella “pobre” prostituta diabética (la palabra que él utilizaba era mucho más vulgar), no cuidaba de la cría, simple y llanamente……porque en el fondo, no la quería. A su ex, solo le interesó el dinero.
Según él, Flor, no sabía cocinar, ni se preocupaba de la compra. Tampoco se molestaba por llevarla al colegio. Ese era el motivo por el cual, siempre que podía, la llevaba él a la guardería. Ni siquiera se ocupaba de cambiar la ropa de la cama, ni de asear a la niña. Por ello, cada tarde, intentaba acudir a su casa y encargarse de esas cuestiones. Ese era el motivo real de que Aldo, no encontrase un trabajo. No era verdad que no lo contraran. Tenía que ocuparse de su hija.
En cuanto a él, contó que Flor lo maltrataba continuamente con sus insultos y manipulaciones a base de chantajes. ¡Y que hasta lo había intentado envenenar!

.....También me explicó que aquella “descejada”, vendió su último BMW, al enterarse de que él y yo estábamos saliendo juntos.
Aldo seguía hablando y hablando cada vez más acalorado y excitado, mientras explicaba que el dinero conseguido con la venta del coche, tampoco le fue devuelto para evitar que se lo gastara conmigo. Yo no salía de mi asombro.
Ese fue también el motivo de que Flor anulara las cuentas bancarias a las que Aldo tenía acceso y en las que él había ingresado sus sueldos. También me contó que en el momento de cobrar la herencia de “Emi” (que fue cuando Aldo se compró dicho vehículo), como él no podía legalizar su documentación por el proceso pendiente en Portugal, tanto el coche, como el dinero, fueron puestos a nombre de “la otra”. Y volvió a recordarme que, lo que Flor quería, era un hombre que la mantuviera para no tener que trabajar.
Dijo que estaba harto de lo gandula, sucia y desordenada que era. ¡Que no se duchaba!. ¡Que olía mal!……Y que desde que se marchó de su casa, la niña, vivía con una total falta de atención, ya que ella, solo dormía y dormía, atiborrada de pastillas durante todo el día. Decía que ella era drogadicta.
Parecía evidente que si Aldo seguía fuera de esa casa, el bien estar de su hija, corría peligro.

Ciertamente con la llegada de Lauri a casa, tuve oportunidad de comprobar el lamentable estado de suciedad y abandono que la niña sufría y constatar las amenazas de Flor con llevársela de la ciudad y no permitir al padre volver a verla más, si no me abandonaba.

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

viernes, 8 de febrero de 2008

11- DESDE NOVIEMBRE DEL 99, HASTA MARZO DEL 2000.

Durante el mes de Noviembre del 99 Aldo, se estableció definitivamente en mi casa y antes de que las Navidades fuesen celebradas, estaba en la calle despedido por ladrón.
No hará falta que os recuerde que nadie consiguió demostrar dicha acusación por lo que su despido resultó ser "improcedente". No volvió a ser aceptado por su jefe en el establecimiento y fue indemnizado por dicho despido hacia los meses de Marzo o Abril del 2000. Esas Navidades las pasamos en una permanente "Luna de Miel".
A pesar del desagradable despido, de quedarme aislada de mis amigos, de no facilitarme las visitas a mi familia y de sus problemas con mi perrito, Aldo y yo, disfrutabamos de los primeros meses de una idílica convivencia.
Mi negocio funcionaba a la perfección y nos permitía facilmente mantenernos sin níngún tipo de sacrificio. Dos coches, el suyo y el mio..........Dos plazas de parking, la suya y la mia...........Regalos, caprichos y extras para su ex y su hija. La manutención de dos personas y un perro y tener todos los pagos al dia.
En aquellos momentos, me sentía orgullosa de poderle dar a mi compañero el bienestar deseado y no dudaba de que no tardaría en encontrar una nueva ocupación y en esmerarse en hacerme más feliz aún.
Le había visto trabajar, sabía la confianza que mi amigo Candi (el dueño del bar) le tenía, antes del fraudulento despido. Era consciente de su avidez y audacia para resolver adecuadamente sus problemas.
Aldo era un hombre hecho a la calle, despierto, locuaz, brillante, de mente agil y resuelta, acostumbrado a salir a flote por sí mismo. Sería muy extraño que en poco tiempo, no consiguiera ocuparse. Sin embargo, los acontecimientos, no fueron como yo los había previsto. Celebradas las fiestas y el año nuevo, Aldo, siguió sin encontrar empleo.

Día a día veía como se angustiaba y se enfadaba porque tras las pruebas a las que se prestaba, no conseguía que nadie le hiciese un contrato. Se quejaba de que el racismo estaba presente en la ciudad y renegaba de los que se aprovechaban de tenerlo trabajando durante días, para después, ni tan siquiera pagarle las jornadas cumplidas.
Enero pasó y también Febrero y Marzo..........Con la llegada de la Semana Santa, las cosas comenzaron a torcerse para mi.
Sin los ingresos de Aldo y el ritmo que estábamos manteniendo, debíamos preveer y comenzar a reducir los gastos. Tal y como se planteaban las cosas, parecía que su ausencia de trabajo, podría ser mas larga de lo que en inicio debió ser.
Si durante los meses anteriores él, se había mostrado en perfecto equilibrio y feliz, su ausencia de ocupación lo estaba llevando a una situación de nerviosismo y desánimo que a mi, no me gustaba en absoluto. Sabía que si caía en una depresión, sería mucho más complicado que rehiciera su situación. Así que intenté por todos los medios animarlo sin presionarlo y no dejar que se hundiera ante su frustración laboral.
Pero poco a poco me fui dando cuenta de que aunque yo consiguiera levantarlo y animarlo, él se volvía a hundir cada vez que visitaba a su hija en casa de su ex. Y tras la visita, el desánimo le duraba semanas.
Lo cierto es que tras esos meses de convivencia, había podido comprobar las broncas y enfrentamientos tan enormes y desmedidos que ellos dos mantenían por teléfono, según él, porque Flor le reclama la pensión de su hija.
Si mi comercio había facturado favorablemente durante los años anteriores, el 2000 y 2001 fueron años extraños en los que con la entrada del euro, la economía se hizo muy variable.
Yo no podía comprometerme a seguir manteniéndolo todo sin su ayuda. Si queríamos seguir juntos, tenía que encontrar un trabajo y participar de los gastos del hogar. Pero también era consciente de que, existiendo una niña de tres años de edad y con una madre enferma de diabetes, era necesario colaborar con ellas, al menos, hasta que él solucionase su problema.
Me encendía y me ponía muy nerviosa cuando después de estar callándome toda la semana, intentándo darle ánimos y que siguiera buscando en los anuncios de los periodicos mientras yo le redactaba sus curriculums, ella, en una sola tarde, conseguía hundirlo hasta límites insospechados.

La triste realidad fue que, pasados los cuatro años de convivencia con él, tan solo hubo trabajado por un espacio de un año y dos meses, repartidos en un periodo de nueve meses en otra empresa de la que también fue despedido por robo y diversos empleos en los que, según él, tras pocos dias de trabajo, le habían "tomado el pelo".
Así que, yo sepa, ni a mi llegó a darme jamás una triste mesualidad de colaboración en los gastos de casa, ni indemnización alguna, ni dinero de casi ningún tipo y a Flor, la pensión de la niña, no le fue pagada más allá de los tres meses que yo se la di a él para que se la diera a ella. Después de esos tres meses Aldo, se enfadó y decidió que debía ser la madre quién trabajara para mantener a su hija.
Pero esa fue otra extraña historia de las tantas que viví con ellos dos.

Ahora, cuando miro atrás me pregunto, si realmente se llegaron a conocer en aquel bar de aquel pueblo, aquella noche de copas.......O en verdad se conocieron en algún psiquiátrico de la ciudad.
La extraña relación de amor-odio que ambos tenían establecida, no llegué a entenderla........hasta el final.