Bienvenidos.

Amigos:


Todavía no tengo muy claro a qué extraño impulso ha respondido mi necesidad de crear este blog.


Hace algunos años, me vi envuelta en una cruenta realidad de la que aún no he conseguido salir del todo. El destino me jugó una muy mala pasada colocando en mi camino a alguien muy extraño y retorcido. El resultado de ese grotesco azar, me trajo problemas muy graves a mi vida. Problemas que "la justicia" alimentó y fomentó, riéndose de mi, con su mayor descaro.


Es posible que este blog, responda unicamente a mi necesidad de liberarme de todo aquello. O quizás, también forme parte de esa transmisión del conocimiento necesario que los seres humanos precisamos para estar alerta y atentos a los engaños.


Bien es cierto que nunca se aprende en cabeza ajena!......Pero no es menos cierto que ante el descubrimiento de determinadas manipulaciones, podremos valorar con mayor realismo hasta que punto debemos creer en todo aquello que se nos cuenta.


Dentro de unas semanas, seguiré explicándoos mi odisea.


Un saludo!.............

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Extractos de "Las Cosas que no se Deben Callar". Reservados todos los Derechos de Autor-2007. Retazos de una vida. Basado en hechos reales. Algunos de los nombres de los personajes han sido cambiados para guardar su identidad.
Mostrando entradas con la etiqueta amor. Mostrar todas las entradas
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lunes, 16 de junio de 2008

22- REFLEXIONANDO TRAS EL SUSTO.

Con aquellos pliegos de papel frente a mí y lo que me había contado, creí darme cuenta de lo complicado que es conocer a algunas personas. Hasta aquel momento, la ciega confianza depositada en quién había considerado el posible hombre de mi vida y lo que él me había querido mostrar de si mismo, había propiciado que durante los anteriores meses viviera en una nube de agradable color rosa pero, después del mes vivido y de lo acabado de escuchar, me planteaba si, quizás yo, había crecido en un mundo irreal. Quedaba claro que hasta entonces, simplemente fui una feliz “señorita” que siempre había vivido en un maravilloso “mundo de hadas”.

....Durante unos instantes repasé mi vida y mis gratos recuerdos de infancia y adolescencia. Visualicé a mi familia y a mis amigos…..Recordé a los que ya no estaban junto a mí....Y me di cuenta de cuanta generosidad había recibido en mi vida y lo poco que hasta entonces la había valorado por creerlo normal. Entonces vi con claridad, lo mucho que vale crecer en un ambiente de sosiego, amor, sinceridad y respeto. También recordé las caras de aquellos clientes y conocidos, que habían pasado frente a mí con sus complicadas y desorganizadas vidas y con los que en su día, me solidaricé, aunque en el fondo, la necesidad de blindarme ante su sufrimiento, me hiciera huir de ellos para que sus problemas no me salpicaran. Seguramente hubiese tenido que actuar así y no de otra forma con Aldo pero, no lo hice. Preferí integrarlo en mi vida y entre los buenos deseos de quienes siempre me habían respetado al entender que, me quería de una forma “blanca” a pesar de sus problemas…..al igual que los demás.
El destino tiene bromas muy pesadas y la casualidad había querido implicarme en una historia realmente extraña, en la que yo no tenía claro ni que hacía ahí, ni como seguir. Ni tan siquiera…..¡Cómo salir de ella! Lo único que sabía en esos días era que, esa relación no se parecía en nada a lo que yo había imaginado ni a cuanto había conocido. Realmente me sentía perdida y sin saber cómo manejarla.
La gente relacionada con el mundo esotérico, hablamos habitualmente del “Karma” que arrastramos de “otras vidas”. Y en aquel momento, yo estaba convencida de que la relación que vivía, no era casual si no que con toda certeza, había llegado a mi vida para seguir completando mi aprendizaje en este mundo y por tanto, no debía huir de ello. La obligación era afrontarlo, crecer y superarlo. De lo contrario, con toda seguridad, al pasar de los años volvería a encontrarme con una situación igual o similar, aunque los personajes hubiesen cambiado. Quizás era más conveniente afrontarla y no “darle esquinazo”. Pero…..¿Cómo hacerlo?......

RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

21- ABSURDAS FLAQUEZAS.

....De espaldas a la realidad, ignorante de lo que se estaba cociendo a mis espaldas.....después de haber presenciado de Flor todo lo que vi, supongo que en el fondo, no debí dudar demasiado de la versión del portugués. Pero a pesar de todo, hubiese sido mucho más prudente por mi parte haberle hecho caso en aquel instante y no dejarme convencer de lo contrario. Sin embargo, mientras él me hablaba, recuerdo que yo solo lloraba y lloraba desconsoladamente, escuchando todo lo que Aldo me contaba. Sufría por él, por la niña y hasta por la miserable Flor.
Había escuchado relatos extraños en mis clientes. ¡Cosas verdaderamente crueles que te cuenta la gente! Sabía que en ocasiones las vidas de nuestros semejantes, supera con creces la ficción más desagradable. Pero todo aquello que mis oídos habían captado y que mi mente aún no había asimilado, lo superaba todo. Y sin embargo, cada minuto que pasaba, más admiraba a Aldo por tener la entereza necesaria al sobrellevar adecuadamente su difícil situación.
Poco a poco me fui recomponiendo dándome cuenta del gran respeto que me merecía aquel hombre menudo que, asiéndome las manos con cariño, esperaba de mí mi comprensión. ¡Dios!...... Pero……¿Por qué tenía que ser siempre tan difícil para mí el amor? Si El y Flor habían decidido darse una segunda oportunidad, ¡estaban en su más absoluto derecho! ¡Aquel hombre me estaba pidiendo que entendiera que debía “volar” y ya tenía una vida suficientemente dura, como para que yo, con mi presencia accidental en ella, aún se la complicara más! No era justo negarme y no facilitarle su regreso con ella. Debía colaborar. De otra parte, yo esperaba tener una relación correcta y tranquila sin los sobresaltos que en esta, se podían augurar. Así que sin pensármelo más, le dije a mi compañero que no había ningún problema y a pesar de mi dolor, intenté disimular. Pero él, no me debió ver convencida. Repentinamente se levantó de su silla y cogiendo su maleta de documentos del armario, me dijo con convicción:
- ¡Mira!.....Supongo que ya has tenido tiempo de ver lo que hay aquí……
Yo negué con la cabeza. (Llevábamos cinco meses viviendo juntos y en ningún momento se me ocurrió, por extraño que pueda parecer, chafardear en sus papeles.) Sorprendido ante mi respuesta preguntó:…...- ¿De verdad no sabes qué es lo que hay aquí dentro?.......
Y yo, nuevamente, le dije que no.

Entonces su voz cambió de tono y como si estuviera molesto, me preguntó:....- Y si este maletín estuviera lleno de drogas....¿Qué harías ahora? ¡Lleva guardado en tu casa cinco meses! ¡Cinco meses Desi!. ¿Cómo eres tan confiada?....
Ante sus palabras y su actitud, me quedé tan asustada que no supe responder. Entonces (recordando las acusaciones de mis antiguos colegas del barrio) entendí lo ingenua que había sido y respiré tranquila cuando al abrirlo, solo vi papel. El sacó los documentos dejándolos sobre mis piernas y acto seguido, de pie y mirando su reloj dijo que debía ir a despedir a su hermano porque regresaba a Portugal.
Me dijo “Adiós” dándome un tierno beso en la frente mientras con sus manos asía mi cara pero, antes de salir por la puerta, volvió a mirarme y me pidió que revisara con calma aquellos papeles. Me aseguró que en un rato volvería para seguir con la conversación que en aquel instante dejábamos a medias pero…..Aldo se fue y a pesar de sus palabras, aquella noche, tampoco regresó a casa.


RDA/2007-Las Cosas que no se Deben Callar.

miércoles, 13 de febrero de 2008

PADRES e HIJOS. (Reflexiones)

Las relaciones entre padres e hijos acostumbran a ser complicadas. Supongo que estareis de acuerdo en que, las diferencias generacionales, no ayudan a que este tipo de realciones sean habitualmente, fluidas y fáciles. Los padres deben esforzarse mucho en la comprensión y educación de los hijos, para poder llegar a un aceptable nivel de amistad y comunicación, que seguramente, será la base, el dia de mañana, para una relación adecuada que sepa salvar las diferencias de edad y pensamiento con el respeto necesario por ambas partes.

El cariño y protección que precisan los hijos, sobre todo los más pequeños, es otro de los factores a tener en cuenta, en un sano desarrollo mental y afectivo del menor. Y para conseguir todo ello, hace falta mucha dedicación y sacrificar muchas veces, aquellos momentos y caprichos, que los adultos precisamos.

También tenemos que tener cuidado con las aparentes concesiones de un menor a nuestras voluntades de adultos, pues aunque su cabecita nos esté dando permiso, es muy probable que jamás comprenda el por qué de nuestra petición si no se lo explicamos, creándole con el tiempo, un grave interrogante que puede terminar por convertirse en frustración.

Es necesario explicar a nuestros menores, todos nuestros por qués y nuestros movimientos. Ellos lo necesitan. Pero decirle a un niño........Sí porque, sí! o......No porque, no!, sin darle otro tipo de explicación, tan solo llevará a aquella criatura a sentirse incomprendida, si no abandonada. En el caso de Lauri, nadie le dio nunca explicaciones de nada. Y a pesar de la aparente precupación, generosidad y sacrificio de su padre hacia ella, con el tiempo, tuve ocasión de comprobar que Lauri, en definitiva, no dejaba de ser otra víctima más de las actitudes negligentes y poco claras de sus progenitores.




viernes, 1 de febrero de 2008

8- PRESIÓN.

Ante mi resistencia a aceptarlo en el hogar e intentar frenar sus impulsos, en el vano intento de conocernos más a fondo antes de tomar una decisión, Aldo incrementó brutalmente su presión.

"Durante la semana siguiente, Aldo vino a visitarme (cada noche sin falta), a la salida de su trabajo.
Sobre las dos de la madrugada, llegaba a la puerta de casa y daba un discreto timbrazo, mi perro se despertaba, daba un tímido ¡guau! y yo me levantaba contenta y muerta de sueño para recibir a mi amor. Ponía música, le servía su “chupito” y sentados en la cama, apoyados uno sobre el otro, compartíamos una hora ó dos de animada conversación. Charlábamos sobre cómo había ido el día, planes de futuro, broncas con su ex, qué tal mi negocio etc. etc……Después, se despedía y se marchaba respetuosamente a su casa.
Cada mañana me llamaba para darme los “buenos días” y comprobar que no me quedara dormida. El era muy consciente de que al romperme el sueño e ir cansada, sería posible no oír el despertador cuando sonara. Parecía ciertamente muy considerado. Todo en él, era tacto y delicadeza.
Pero ahora, al analizar lo relatado, dudo de si lo hacía por estar enamorado de mí ó simplemente fue una treta para obligarme a decidir con mayor premura. A mayor cansancio, mayor prisa tendría yo por resolver la situación.
Estaba claro que mientras él siguiera fuera de casa, yo seguiría recibiendo sus visitas y rompiendo mi sueño, lo cual originaría en mí, el deseo de terminar las “noches de sueño interruptus” y ello, precipitaría su entrada en casa que, en definitiva…..era lo que él deseaba. Pero ese detalle, al igual que otros, no los vi hasta mucho tiempo después.
Mientras tanto yo, seguía feliz aunque “hecha polvo” y durante el día, comentaba con mi amiga Francis, como había transcurrido la visita de rigor de Arnaldo. Mis dudas, mis miedos.......¡En fin!. Esas cosas que la mayoría de las personas comentamos cuando nos sentimos inseguras en una situación. Entre dudas e hipótesis, transcurrían nuestras conversaciones. Pero en definitiva, fue mi cuñada Marta, la que me dio el argumento que yo necesitaba para decidirme. ¡Ya no éramos niños!......Y ambos, estábamos de vuelta......digamos que, de “unas cuantas cosas”.
A mi él me encantaba y Arnaldo necesitaba una solución rápida a su problema. ¿Qué había de malo en facilitarnos las cosas y darnos un voto de confianza?....... - A fin de cuentas, si la cosa no funciona.......¡Se deja!.....intentando no perjudicar a nadie y……¡Listos!. Para algo sois adultos.- (Añadió). - ¡No te lo pienses más Desi!. ¡Ya has sufrido mucho!. Tienes derecho a ser feliz y tener tu pareja. ¡No tienes porqué pensar que esta vez también se tiene que estropear!. ¡Sé positiva!. Esta vez saldrá bien. Ya lo verás.-
Marta tenía razón. Mi cuñada era una chica muy sensata a pesar de su juventud.
Así que durante esa semana, entre los consejos de Francis y los de Marta, empecé a ver las cosas más claras. Además.......¡El sueño me mataba! ¡No podía seguir así!.
Supongo que mi naturaleza positiva e impulsiva, me invitó a resolver con rapidez. Y ese mismo fin de semana, le di permiso a Arnaldo para que trajera sus cosas a casa. A partir de ese momento.........Dejó de ser “el Arnaldo” para pasar a ser “mi Aldo”.
(Ahora me doy cuenta de lo que vale escucharse a una misma. Siempre se dice que es muy importante la intuición, pues es, como la voz de un “Guía Protector” ó nuestro “Pepito Grillo” que nos aconseja desde el interior. ¡A mi esa voz me frenaba!. La oía pero.......No la quise escuchar. Tan solo tomé conciencia de lo que me decía, algunos años después. Pero en aquellos tiempos, la ilusión, me provocó una grave sordera.)"

"Estábamos casi en el final de mes. Aldo había traído ropa, zapatos y distintos enseres a casa. Pero lo hacía con lentitud. Muy poquito a poco. Y a mí, me extrañaba mucho su actitud.
Al preguntarle, decía que era para que, “la otra”, no se enterara de que “se estaba yendo” pues, si se percataba de lo que él estaba haciendo, no le dejaría sacar sus cosas del piso.
Habían días en los que venía con dos ó tres camisas puestas, una encima de la otra. ¡Yo no entendía nada!.
- Pero Aldo…..¿No erais vosotros los que teníais prisa en regularizar vuestra situación? (le preguntaba).- Y él me respondía que Flor era, ¡tan variable! que tan pronto decidía una cosa, como otra. Así que para evitar problemas ante su hijita, prefería hacer las cosas de esa manera, porque de otra forma……”se le podría complicar todo”.
La verdad es que durante los cuatro años de convivencia, me di cuenta de que él tenía razón. Y durante muchos meses después de su llegada, aún siguió trayendo ropa a casa que, según él dijo.......”Flor, la tenía escondida bajo la cama”.
Todo aquello me parecía muy lamentable. La vida que Aldo había tenido con aquella mujer, debía haber sido un horrible infierno. ¿Qué tipo de relación habrían mantenido ellos dos, para tener que llevar a cabo una ruptura tan extraña?.
Pero lo cierto es que, a pesar de algunas cosas “algo raras” (siempre relacionadas con Flor y su hija), entre nosotros, los días, iban transcurriendo tranquilos y felices como cualquier pareja de recién enamorados. Después de mis dos anteriores relaciones, la paz y tranquilidad que Aldo me proporcionaba con su compañía, cariño y dedicación, la agradecía cada mañana."

Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Calar".

7- ALEGRÍA, FELICIDAD Y....CONFUSIÓN.

Siempre hay una primera vez para todo. Y esa noche Desi, no tuvo ganas de separarse de él pero, sentía tanto miedo al pensar en pasar la noche juntos que le resultaba sumamente difícil invitarlo a subir. Se sentía como un bebé dando sus primeros pasos. Insegura, asustada, nerviosa......¡Ella no quería que todo aquello hubiese pasado, por ver la vida de su nuevo amigo, demasiado complicada! Sin embargo, su mirada comprensiva y llena de ternura, la convenció para dar el primer paso. Finalmente, superando sus propios conflictos, lo invitó a subir.

....Habitualmente nos despedíamos en la portería de mi casa. Ni tan siquiera había llegado nunca al ascensor. Pero aquella noche, después de cerrar la cristalera que daba acceso a la escalera, me sentí distinta. Lo miré a través del cristal, mientras desde el otro lado él, levantaba la mano diciéndome adiós. Caminé por el vestíbulo de la portería unos pasos más. Después, me giré para ver qué era lo que hacía.
Arnaldo caminaba lentamente hacia el coche, pensativo, con la cabeza agachada y las manos en los bolsillos. Nunca me pidió subir a casa y hasta ese momento, yo tampoco lo invité. Al llegar a la puerta del automóvil, se giró y me volvió a saludar.
Normalmente, no arrancaba el vehículo hasta que me veía entrar en el ascensor. Así que viéndome allí parada, rápidamente se acercó al portal y a través del cristal, me preguntó:…..- ¿Te pasa algo? -.
Pensativa le sonreí y abrí la puerta. Ambos nos quedamos en silencio, mientras nos miramos a los ojos. Serios. Con la mirada fija el uno en el otro.....

Arnaldo se mostraba muy prudente, mientras yo le enseñaba mi pequeño apartamento. Cogiendo unos vasos de tubo, le ofrecí una “copa” para romper el hielo. El se sentó en el sofá, mientras seguíamos hablando, a la vez que con la mirada, iba observando toda la estancia. Se interesó por los cuadros y dibujos colgados en las paredes......- Son míos.- (le dije).....- Los hice yo.-
Y para dar mas ambiente a la velada y relajarnos adecuadamente, puse en el aparato de música una cinta de Maria Betania. Al oír la letra en portugués, se le iluminaron sus ojos y con cara de interrogación, me miró emocionado, añadiendo:....- ¡Hace tanto que no voy a mi país, que casi no me acuerdo de hablar en portugués!-
Al verlo lleno de emoción, vulnerable, sensible.....por fin me atreví a sentarme junto a él. Y allí, en el sofá de casa, charlamos hasta el amanecer, sin importarnos que la cinta del casette se repitiera una y otra vez.
Hacia las seis de la mañana, un lacrimógeno sueño se apoderó de nosotros, decidiéndonos entonces a ponernos más cómodos y estirarnos en la cama. No tardamos en quedarnos dormidos profundamente. Ni tan siquiera, nos desnudamos. Sobre las diez, el impertinente sonido de un teléfono móvil, nos despertó. Arnaldo miró el número y lo apagó sin responder. Supuse que sería "ella" y me pareció conveniente invitarlo a que se fuera para evitar problemas mayores. El aún no le había comunicado a Flor su decisión de dejarla y aunque cada uno “hiciera su vida”, creía más conveniente que (antes de iniciarse nada en firme entre nosotros), ellos dos, terminaran definitivamente su extraña relación.
Insistí en que se marchara y reticente aceptó. Me aseguró que hablaría con ella y que no habría ningún problema. Me dijo:….- “No te preocupes cariño. No te estoy engañando. Ella y yo, nunca nos hemos querido. Y ahora que soy tan feliz por haber encontrado a la mujer de mi vida, no la dejaré perder. ¡Ni ella, ni la niña, te van a ocasionar ningún problema!. No dudes de mí. No te engaño. Te quiero”.- Y con esta última frase, cerró la puerta y se marchó.
Me quedé despierta analizando lo sucedido.
Yo era consciente de lo escarmentada que me sentía del género masculino, ya que tras mis últimas relaciones, había decidido poner tierra por medio entre los varones y yo. Aquella era una forma de evitarme nuevos desengaños. Y como ya os he explicado, llevaba así casi seis años. Sola, feliz y sin ningún “tropezón” que enturbiara mi vida. Las palabras de la psicóloga que analizó su escritura, también las tenía muy presentes.......Pero en el amor hay cosas muy hermosas y agradables…..Y si la vida me había vuelto a dar otra oportunidad y me ofrecía un nuevo compañero de camino…..¿Por qué lo iba a despreciar? .....¿A caso los problemas de depresiones y ansiedades, no son habituales hoy en día?
Pasaron las horas, mientras yo, seguía dándole vueltas a como y en qué momento había sucedido todo. Pero también me preocupaba de forma especial, la reacción de Flor ante las explicaciones de Arnaldo.
Pensando y pensando, nuevamente el sueño se apoderó de mí.
El teléfono de casa me despertó súbitamente al sonar. Eran casi las cuatro de la tarde y al descolgar el aparato, la voz de Arnaldo me llenó de ilusión.
El me llamaba para ver como estaba y averiguar si me había arrepentido de lo que habíamos hablado. Me dijo que se sentía muy feliz a mi lado y que con Flor, ya había conversado. Volvió a asegurar que no tendríamos ningún problema en nuestra relación pues, ella, ya se lo había imaginado y que lo que deseaba era, que todo se resolviera de la forma más rápida y amistosa, por el bien de la niña y el suyo propio.
Volvió a llamarme nuevamente a mitad de tarde, pidiendo permiso para venir a verme. Y antes de que le hubiera respondido, ya estaba llamando al timbre de la puerta.
Al abrir, entró rápidamente con una maletín negro, una bolsa con perchas y camisas que se había comprado unas semanas antes.
Estupefacta, cerré la puerta mientras lo observaba.
- ¿Pero qué haces?. (Le pregunté).-
Al oír aquello y ver mi expresión, volvió a coger la maleta del suelo sin saber que hacer con ella y con cara de “niño bueno” me preguntó, si me importaría guardar durante un tiempo sus documentos y su ropa.
Mi actitud era de desconfianza y extrañeza. Entendía perfectamente que él tuviera prisa en resolver su situación pero, me parecía excesivo que decidiera por mí y en mi casa. ¡Nadie había hablado de vivir juntos!. Simplemente, estábamos comenzando a expresar unos sentimientos. Al menos……¡Podía haberme preguntado!.
Tras unos minutos de silencio, serios y expectantes, volvió a dejar la cartera en el suelo y de pie frente a mí, me dijo:…..-“Desi, tienes que entender que yo no podré estar mucho tiempo en esta situación. Si tomo la decisión de rehacer mi vida junto a ti, no puedo estar viviendo con otra mujer y tampoco tengo dinero en estos momentos, para coger un piso en alquiler. Le tendré que pasar la pensión a la niña cuando llegue el día y me parece un poco absurdo que, teniendo tú un piso, nos metamos en más gastos. El dinero que yo tenga que pagar en otro alquiler, te lo puedo dar a ti para cubrir la parte que me corresponda y……¡Listos!. ¿No crees?. Además......Yo quiero vivir contigo, me quiero casar......Y quiero un hijo tuyo”.-
En aquel momento, mis ojos, ¡se salieron de sus órbitas!.....¿Qué era lo que me había dicho?......
A pesar de que su lógica era aplastante y no atiné a rebatir sus argumentos, me parecía excesivamente fuerte hablar de compartir mi vida con alguien y que tan de repente……¡Hasta me pidiera un hijo mío!
Sin embargo, no pensé. Únicamente me dejé llevar. Era ya demasiado el tiempo pasado sola, poniendo “seso y cordura” a mi vida y dando rienda suelta a mis miedos. Entonces me pregunté:…..- ¿Por qué no hacer una “locura”?. ¿Quizás él fuera mi “lotería”?. ¡Vale!......¡Pero nada de casarme y tener hijos!?......Hacía muchos años que dejé de planteármelo. Además....- ¡Pero si tú estás casado!, (le dije). ¿Vas a pagarte el divorcio?.-
De repente, al escucharme a mi misma, las dudas me asaltaron nuevamente. Las piernas me flaqueaban……¡Necesitaba pensar!. ¡Yo no estaba acostumbrada a actuar tan precipitadamente!. Me sentía aturdida y corté por lo sano.
Abriendo la puerta, le pedí que se marchara. Le dije que no podía seguir hablando…...¡Necesitaba tomar aliento! En pocos minutos había conseguido confundirme totalmente.
El se empeñaba en precipitar las cosas y yo necesitaba ir más lenta. Prometió darme el tiempo que yo necesitara pero, esa fue, una de sus mayores mentiras ya que, cuanto más tiempo transcurría en nuestra relación, más prisa tenía él y más rápida conseguía que fuera yo, atropellándome a mí misma.
Arnaldo tenía la facultad de estresarme y acelerarme. Daba la sensación de que le molestara verme relajada ó darme tiempo para decidir y pensar.
Pero…..Volviendo al momento de la despedida;……Tras darme un dulce beso en los labios, se marchó optimista y contento.
Al cerrar la puerta, me di cuenta de que allí sobre la cama, había dejado sus cosas y abriéndola rápidamente, lo llamé. Pero ya no estaba en la escalera y si estaba…..no contestó. ¿Cómo bajó tan rápidamente del tercer piso a la calle?

"……Yo no sabía como podía ser nuestra convivencia, ni la relación con la Ex, ni tampoco con la niña. En cuanto a la economía, no me pareció que fuéramos a tener ningún problema ya que, teniendo los dos trabajo, podíamos hacer frente a todos los pagos habituales del hogar y la convivencia entre dos personas. Así que mientras iba forjando mi cuento de “la lechera”, regresé a casa ya de noche y con la noche, el cansancio provocado por las emociones de la jornada, me pudo hasta la mañana del Lunes."

RDA/2007-Las cosas que no se Deben Callar.


jueves, 17 de enero de 2008

2- PATRÓN DE LA VÍCTIMA.

Otra de las cuestiones que más debatidas estaban en aquellos años y que posiblemente aún hoy creen polémica, es ese manido y supuesto "patrón de las Víctimas de Malos Tratos".
Pues bien, aquí os expreso como era yo en aquel entonces, para que podais valorar si realmente existe algún tipo de similitud entre mi historia, mi vida y mi forma de ser, en relación a otras tantas víctimas de las cuales, en algún caso, quizás podais conocer. Comparad y deducid.

"Siempre pensé que el estado natural del ser humano, era vivir en paz respetándose a uno mismo, respetando las normas y respetando a todo cuanto nos rodea. Disfrutar compartiendo, con aquellos a quienes amamos, de todas esas maravillosas cosas que nos ofrece la vida, creí que serían los objetivos que mayor gratificación aportarían a mi existencia. Ayudar y ser ayudado……Amar y ser amado…….Escuchar y ser escuchado…...Compartir……
También sabía que son numerosas las ocasiones en las que, un ser humano, comete errores y que, así mismo, son muchas las veces en las que, por fortuna la vida, nos permite rectificar adecuadamente. Aunque ello implique, “volver a empezar” de una manera dolorosa y traumática. Precisamente por todo eso, nunca creí que “olvidarme” de mí misma, en algún momento de mi camino y entregarme al amor y al “romanticismo”, pudiese llegar a salirme tan caro y ocasionar tanto sufrimiento en mi vida y en mi entorno.
Yo era de aquellas chicas que se habían formado al ritmo de las canciones de Simon & Garfunkel, Cat Stevens, Supertamp y Pink-Floid…..Falla o Chopin……Al amparo de las novelas de Alejandro Dumas, los poemas de Antonio Machado o las peripecias de los Super Heroes de “La Marvel”…….Yo era alguien a quién le encantaban las tétricas leyendas de Bequer y más aún la fantasía y alucinaciones de Edgard Alland Poe. Prefería las películas de Walt Disney y las de Woodi Allen antes que, la Matanza de Texas o Los Niños del Maiz……Las distintas dinastías de los Egipcios y las correrías de Marco Polo por el mundo……O la vida y la obra del “Loco del Pelo Rojo” y del genial Dalí.
Yo era de aquellas personas que se deleitaban admirando como crecían las plantas, el brinco de un caballo o simplemente observando, la alegría que expresaba mi familia al estar todos juntos.
En aquellos tiempos, era de esas chicas “inocentes y tontas” que todavía creían en “hacer el bien” antes que “hacer el mal”……En el amor verdadero y de por vida……En la lucha de los ideales……En que “Dios está en todas partes y nos protege de la adversidad y de los demonios que nos rondan”. Y también creía entonces…….Que la “justicia”, era justa y sabia.
Sabía que en ocasiones, nos cegamos en mantener y defender ridículas guerras o fantasías inalcanzables, sin darnos cuenta de nuestras propias limitaciones. Y también sabía que la lucha, nos podría resultar mucho más dura y laboriosa de lo que, en un inicio, hubiésemos podido prever, aunque no por ello, debía dejar de intentarlo. Era consciente de que, quizás, ese fuera parte del riesgo que entraña “el amor” y la vida. Posiblemente por ello, nunca me acobardé a pesar de los problemas que hubiesen. Mis padres me enseñaron a ser así. A luchar. A no flaquear…..A disfrutar y valorar los triunfos conseguidos con el esfuerzo, la constancia y el tesón. A disfrutar de la superación del día a día…..¡De la superación de “esos” problemas!. A ser valiente y ser fuerte……¡No podía ser todo romanticismo y “sensiblería”! Algo que por otro lado, seguramente, era excesivo en mi. Tenía que aprender a manejar todos esos valores, además de mi sensibilidad.
Mi familia también me enseñó a no perder la dignidad y la honestidad. Y supongo que por todo eso, nunca fui transgresora de nada, además de mantenerme siempre al margen de las personas que escogen vivir en “permanente riesgo”.
Quizás fui algo rebelde y a mi aire, como “buena” artista…….Pero sin dañar a nadie, ni a nada…….¿Transgresora?......de nada. Más bien dócil y obediente……Incluso sumisa, en algunas cuestiones. Mi severo colegio, supo inculcarme bien lo que era la obediencia.
Por todo ello, con una vida tan “rica” y tan “normal”…….En definitiva, una vida feliz y plena, nunca pude imaginarme que, para cuando consiguiera despertar de este extraño estado de catarsis (que aquí me he animado a relatar), observaría entre sollozos y lamentos que, lejos de haber cumplido alguno de mis ideales o ayudar a nadie……O incluso, haberme ayudado a mí misma….. lo único que hube conseguido fue, haber perdido mi dignidad y destruido lo que con tanto trabajo, esfuerzo e ilusión, había sido construido años antes.
¡Qué desagradable se hizo ver que todo aquello en lo que había creído hasta entonces y por lo que siempre hube luchado, no me sirvió para nada!
Admitir que no podemos ayudar a quién no desea ser ayudado, también fue parte de ese duro aprendizaje.
Ahora creo que ello, debe ser prioritario para evitarnos ese odioso sentimiento de frustración y problemas innecesarios." ......

Reservados todos los derechos de autor-2007. "Las Cosas que no se Deben Callar".